Alrededor de setenta personas han participado en el hospital “La Mancha Centro” de Alcázar de San Juan en la jornada “Cómo cuidar mí hígado” en la que varios facultativos del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha les han aleccionado acerca de los cuidados que necesita este órgano y de cómo prevenir el contagio de enfermedades graves como las hepatitis.
La jornada la ha organizado la Asociación Española de Hígado y Riñón. Según su presidente, Sami Aoufi Rabih, médico del servicio de Aparato Digestivo del “Mancha Centro”, “los casos de hepatitis B y C, hígado graso y los daños derivados del consumo excesivo de alcohol son muy habituales en consulta”, por lo que se hace necesario programar actividades de fomento de hábitos saludables entre la ciudadanía porque el “hígado no duele” hasta que las lesiones son muy graves.
A este respecto, ha recordado que “el alcohol mata a más personas que todas las drogas juntas” y ha señalado que “el hígado graso es la tercera causa de cirrosis y trasplante en España después del alcohol y de la hepatitis”.
Sami Aoufi Rabih, que califica de “enfermedad del siglo XXI” al hígado graso porque “un 30% de la población lo padece sin saberlo”, recomienda ejercicio físico, una alimentación equilibrada, control del peso y moderación en el consumo de alcohol para evitar las patologías hepáticas.
En cuanto a la ingesta de bebidas alcohólicas, el facultativo del hospital alcazareño ha recordado que moderación es un término relativo y que toda cantidad que supere las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, cuarenta gramos diarios de alcohol para los hombres y veinte para las mujeres, equivalentes a medio litro de cerveza, supone un consumo excesivo que puede ser muy dañino.
Al término de las conferencias, a cargo del propio Sami Aoufi y de las especialistas de Digestivo Emilia María Tébar, Esperanza Romero y Patricia Peña, los asistentes han podido conocer el estado de su hígado gracias al fibroscan, equipo que permite determinar de forma rápida e indolora que lesiones puede presentar el hígado aunque no haya ningún indicio ni síntoma de enfermedad.