El doctor Miguel Urioste, responsable de la Unidad Clínica de Cáncer Familiar del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), ha señalado que entre un tres y un cinco por ciento de los tumores cancerosos son hereditarios y abogó por poner en marcha mecanismos de detección precoz para reducir su incidencia.
Urioste, que impartió en el Hospital General Universitario de Ciudad Real una conferencia magistral titulada “Cáncer hereditario: nuevas perspectivas en la identificación, diagnóstico y manejo de los principales síndromes”, relató que las pruebas genéticas realizadas a distintos miembros de una familia que han desarrollado el mismo tipo de cáncer a edades muy tempranas ha permitido determinar la presencia de uno o varios síndromes que predisponen a desarrollar un tumor maligno.
Para detectar estos síndromes se utilizan técnicas diagnósticas como paneles multigen y la secuenciación masiva del genoma, pero existe el problema de la complejidad de los paneles, en los que se trabaja con hasta quinientos genes. El responsable de Cáncer Familiar del CNIO confía en que en menos de dos décadas el abanico se reducirá a una veintena de genes, concreción que “llevará a un ahorro del gasto y, por consiguiente, a la generalización de estos estudios”.
Según Urioste, que se desplazó a Ciudad Real invitado por el servicio de Oncología Médica del HGUCR, se hace necesario que los hospitales cuenten con consultas de consejo genético que informen de los riesgos de padecer cáncer a los pacientes potenciales y de las posibilidades que tienen de transmitirlo a sus descendientes. Asimismo, entiende que cada región debe disponer de un plan autonómico de abordaje multidisciplinar del cáncer hereditario y familiar.
La herencia familiar se hace especialmente patente en los cánceres de mama y ovario. El responsable de la Unidad Clínica de Cáncer Familiar del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas comentó que la extirpación de los ovarios y las trompas de falopio reduce hasta en un 76% el riesgo de tumores mamarios y sitúa en el 48% la tasa de supervivencia de las pacientes.