El Púrpura es el color o el conjunto de coloraciones que se encuentran amalgamadas entre el rojo y el azul.
Por lo que, más específicamente, podemos decir que es un color magenta oscuro, y que se encuentra entre el violeta y el carmesí.
El término proviene del color resultante del machaqueo de los caracoles marinos, también llamados púrpuras, con nombres latinos como Stramonita Haemastoma o Nucella lapillus.
También así se llamaba al color producido por la oxidación de la tinta de estos caracoles. Tinta muy apreciada desde antiguo, y aplicada al tintado de telas.
La rareza de la mezcla de esas conchas tintoreras, otorgó dignidad a los hábitos y a las togas así coloreados.
Y así aparecen revestidos los miembros del Senado romano.
Con la dignidad del púrpura.
En colorimetría, el púrpura, ha sido definido como el color complementario de aquellos que se perciben, como consecuencia de la foto recepción, en una luz cuya longitud de onda dominante mide entre 555 y 565 nano metros.
Popularmente, se usan como sinónimos de los púrpuras nombres de colores como morado, violeta, lila, malva, magenta o cárdeno.
Hay una tradición del morado o del cardenalicio, en las representaciones simbólicas de la Iglesia Católica.
Mi muy querido morado.
No sólo el mérito de los prelados y de los pastores, también la figuración de la Pasión y su prefiguración Cuaresmal y Penitencial.
Más reciente aún, y dentro de los movimientos sociales, es la identificación del tono púrpura, en clave violeta, como enseña del Movimiento Feminista.
En la ola púrpura, tenemos que citar la recuperada canción de Prince, tras su muerte reciente hace casi un mes, de ‘Purple Rain’.
Una pieza que data de 1984.
También los colores programáticos de Podemos beben en la ola púrpura, por una razón inexplicada.
Y puede que ese color inexplicado, se fije en coherencia con el apellido de su líder.
Pero esa inexplicación cromática, relata la mixtura del azul (Partido Popular) y del rojo (Partido Socialista), en el discurso eficiente de la transversalidad esgrimida por Podemos.
Y esa comunión del púrpura con Podemos y con Prince, se verificó el pasado día 6 en Sestao.
Un acto en el que Iglesias fue despedido al son de la vieja pieza de Prince ‘Purpure Rain’.
Otras inexplicaciones tienen que ver con la misteriosa pintura púrpura del vallado del solar de Camarín esquina a Caballeros, en Ciudad Real.
¿Sede venidera de Podemos, una vez aparcado el Museo de la Semana Santa? ¿Otra rareza u otra incoherencia? Si recordamos que allí se ubicó la sede del Frente de Juventudes, entendemos más sobre la transversalidad cromática.
Por ello, no ‘en azules me enveneno’, sino ‘en púrpuras me mareo’.
José Rivero
Divagario
Purpure rain, purple rain…