La psicóloga Pilar Pascual Pastor ha participado esta tarde en una charla coloquio sobre “La salud psicológica de las mujeres desde la perspectiva de género organizada por la Concejalía de Igualdad del Ayuntamiento de Ciudad Real, a la que han acudido medio centenar de mujeres y hombres. En ella, la coordinadora de la Asociación de Mujeres para la salud reflexionaba sobre el concepto integral de salud y alertaba sobre los “malestares de género” que pueden derivar en depresiones.
“Las mujeres si no gestionamos bien nuestra salud psicológica es difícil que nos ocupemos de la salud corporal, afirmaba, ya que la educación de género nos hace prestar más atención a los que cuidamos que a nosotras mismas. Tanto la educación como factores psicosociales como la violencia contra a mujeres son las causantes de que tengamos malestares psicológicos”.
Y entre esos los denominados “malestares de género” como la “depresión de género”, esa que sólo sufren las mujeres “por ser mujeres, es decir por no atender a sus propias necesidades. Cuando por otro lado desarrollamos una parte de nuestra autonomía pero luego al tener una pareja o querer formar una familia renunciamos a esa autonomía. Muchas veces entre esos dos modelos de mujer, entre lo tradicional y lo moderno, tenemos conflictos que muchas veces acaban en trastornos muy relacionados con la depresión”.
La psicóloga consideraba que es una depresión de género “porque sólo la sufrimos las mujeres derivada de todas las presiones de género que sufrimos, sociales, de nuestros compañeros por la falta de corresponsabilidad y la falta de desarrollo personal”.
Y para conseguir hacer conscientes a las mujeres de esta cuestión, decía lo “primero es cuestionar si la educación de género es algo que debemos perseguir o son las expectativas que tenemos sobre nosotras mismas y deconstruir las creencias faltas y comenzar a respetarnos a nosotros mismas y nuestra autonomía personal y nos daremos cuenta de que ambas circunstancias no son incompatibles”.
La coautora del libro “La psicoterapia de equidad feminista” reconocía que entre el grupo de mujeres de mediana edad, casadas, y profesionales se han encontrado muchas mujeres con problemas graves de estrés personal, con mala relación con sus compañeros y que creen que tienen que dar todo. “Cuando esta mujer viene al centro tenemos que convencer de que lo que tiene que hacer es delegar y corresponsabilizar a los demás, para que respeten su espacio social y profesional”.
