El pasado miércoles día 27 de abril tuvo lugar en el Auditorio Municipal “Pedro Almodóvar” de Puertollano el concierto que cada año organiza el Departamento de Tecla del Conservatorio Profesional de Música “Pablo Sorozábal”. Este año se contó además con la participación del clave, instrumento que junto al piano, forma parte de dicho departamento.
Como cada año, este concierto no fue un concierto al uso, y los profesores del departamento de tecla ofrecieron un hilo temático conductor que unía toda la música tocada durante la velada del miércoles. En esta ocasión, se plantearon unos viajes temporales que permitían a diferentes personajes ficticios conocer las principales características de los compositores interpretados. Fue el clave y la música de Johann Sebastian Bach quien abrió el concierto, cuando el profesor de clave del centro, realizó una fabulosa interpretación de la Fantasía Cromática del compositor germano. La versatilidad del evento se vio cuando tomó el relevo György Ligeti, con sus enérgicas cinco piezas para cuatro manos.
Los estudios de Chopin, caballo de batalla de todos los pianistas, tomaron el relevo con una extraordinaria interpretación de su primer estudio, pieza de gran dificultad técnica que hizo las delicias del público asistente. No se abandonó el siglo XIX, cuando la danza eslava para cuatro manos en mi menor de Antonín Dvorák deleitó a los presentes en una fantástica versión que dio paso al más melancólico Carlos Guastavino, con su primer movimiento del Romance del Plata.
Se aproximaba el final del concierto, y ya no se abandonaría el siglo XX con dos piezas de Alexander Scriabin y Witold Lutosławski respectivamente. Del primero fue su Fantasía y del segundo sus virtusísticas variaciones sobre un tema de Paganini, ambas para dos pianos. La excelente interpretación de las mismas levantó al público asistente de sus asiento haciendo salir a los profesores del “Pablo Sorozábal” en varias ocasiones para agradecer el concierto. Las intervenciones musicales del concierto se intercalaron con las risas que se producían entre las piezas gracias a las presentaciones didácticas realizadas por los mismos profesores, siempre hechas desde el humor, demostrando que la música de calidad y el humor no están reñidos, sino que son íntimos amigos.