Regresó encapotada de gris, casi como manda la tradición, la Feria de Mayo de Puertollano, aunque la tarde con querencia aguanosa no impidió que los puertollaneros se lanzaran a la fiesta con un magnífico pregón del historiador Luis Pizarro.
El pregonero regaló a los puertollaneros un discurso con trazas de clase magistral sobre la historia reciente, o no tan reciente, de la ciudad minera. Acompañado de diapositivas proyectadas sobre el escenario del Auditorio Municipal, recordó con añoranza y sentido del humor las vivencias colectivas de las ferias mineras, principalmente de la década de los sesenta.
La cuerda del ganado, el Gran Teatro, la Concha de Música, las viejas atracciones, las antiguas casetas, la tradición taurina y flamenca de Puertollano desfilaron ante los ojos del público que llenó el auditorio, pero también numerosos personajes y familias de todo signo y condición que han protagonizado la vida de Puertollano durante la que posiblemente fuera la época más esplendorosa de su historia.
Ahora, Luis Pizarro, anima a los puertollaneros con un mensaje de optimismo, apelando a la sangre que corre por sus venas, «la mejor sangre». «Nuestro futuro existe y no tenemos que estar asustados, ¡saldremos adelante!», ha exclamado.
Reproducimos íntegramente el texto del pregón:
¡Oh Puertollano!
Imaginen a un niño el 6 de enero de cualquier año cuando se levanta y ve los juguetes que le hayan podido regalar los Reyes Magos. La explosión de júbilo que se produce, esos ojos encandilados, esa ilusión tan infinita, ese sol brillante en el que se convertía nuestra cara, que recordaremos toda nuestra vida, cabe aquí hoy para demostrar lo que sentí cuando Mayte Fernández me llamó para decirme que había pensado en mí para dar el pregón de Ferias de 2016. En ese momento, se me vinieron a la cabeza mis padres, mis Reyes Magos queridos, que me formaron en la vida para conducirme hasta aquí. ¡Qué no habría dado mi padre por verme hoy hablando de su pueblo, al que tanto amó! Así que, ¡cómo no le voy a declarar ahora públicamente a Mayte mi agradecimiento por el gesto que ha tenido conmigo!
Estimados convecinos, mucho ha llovido desde aquel 2 de mayo de 1895 cuando las mocitas puertollaneras pudieron saberse observadas, por primera vez en un ferial, por las ávidas miradas de los pimpollos que celebraban la brillante decisión tomada por Fulgencio Arias hace 121 años, previamente espoleado por las peticiones de algunos industriales locales.
Por mi parte, sabiendo que muchos me han precedido con esmero en la noble tarea que se me encomendó, deseo que ustedes salgan de mi pregón tan alegres y satisfechos como salían los parroquianos del Bar El Chino de la calle Aduana, a pesar de anunciarse en la feria de 1947 despachando la peor cerveza, aperitivos inaguantables y un servicio infernal, curiosa manera de atraer clientela al único bar que vendía mariscos en la ciudad por aquel entonces, que estaba regentado por Paco, un malagueño con gracejo como podría atestiguar bien nuestro paisano Joaquín Oña.
En fin, dicho sea de antemano para que nadie se llame a engaño: en estos días de justa holganza en la primavera puertollanera yo no he venido aquí para desplegar un cúmulo de nubarrones, sino para hacer sonar alguna campana de optimismo. ¡Vaya, que no soy ningún aguafiestas! Si el pregonero es la Voz pública, yo vengo a vocear cuán hermosa y noble es nuestra villa y cuánta vitalidad y cuánto genio guardan sus entrañas. ¿Pues en qué consiste en definitiva este viejo oficio de pregonero sino en anunciar las excelencias y encantos de lo que se vocea?
Que las cosas no están bien es harto sabido, pero no podemos instalarnos en el gimoteo permanente. ¿Qué han resuelto alguna vez los avinagrados y otras especies de similar catadura? Debemos pensar que no es la primera vez que Puertollano pasa por un trance difícil y siempre se ha salido adelante porque, sencillamente, y sin ambages, mi pueblo que es el de todos ustedes, es muy grande y está forjado en el sudor y en la sangre derramada por los trabajadores a lo largo de muchos años, cosa que saben los más viejos y deben ir aprendiendo los jovencitos.
“En vísperas de fiesta ¿de qué te voy a hablar? ¿De enfermedades…?” Eso decía Julio Hernández Novas en el programa de feria de 1945 y no hace falta decir lo difíciles que eran las cosas en aquellos tiempos, y si no, que se lo pregunten a los mineros que ven en la pantalla.
Cavilé entonces sobre cuántos ilustres pregoneros se han enfrentado a este cometido exhibiendo sus maravillosos recuerdos de las fiestas. Como entiendo que no pueden faltar, he querido traerles esos recuerdos en forma de imágenes entrañables de nuestro pueblo, pues ya dicen que una imagen vale más que mil palabras.
Evidentemente, doy por sentado que el recinto ferial es el núcleo en torno al que gira la Feria y yo les aliento a que lo visiten, pero permítanme sugerirles ahora otra forma de vivir la Feria en toda la población, ayudando además a nuestros comercios y negocios, cosa que nos les vendrá mal ni a ellos ni a la ciudad.
En aquel año que ya cité antes −1945− el bar Cervantes, que estaba en la calle Teniente Giraldo 1, anunciaba como algo especial que serviría desayunos durante los días de feria. Pues bien, ¿por qué no nos planteamos desayunar alguno de estos días en los estupendos lugares que tiene Puertollano? Ya no tendremos La Almagreña o La Gabriela, ni siquiera el bar con diecisiete metros de barra –“un bar de primera división” se dijo− que llamó la atención de Víctor de la Serna en el artículo que publicó en ABC el 3 de julio de 1953, pero tenemos otros que no los envidian cuando se trata de tomar un buen café y unos pasteles gloriosos, o unos churros como dios manda: Chocolat, Casa Margarita, Aybar, Delicias, Don Ramón, El Bomba… Y cuando acaben se van a la Fuente Agria a echarse al coleto un traguito de ese manjar que sale por sus caños para rebajar la acidez, y luego al Mercado, y compran queso o pescado, aceitunas o arenques, embutidos o carne, con los que te vas a chupar los dedos… Y si tienen un rato den una vuelta para ver a Sofía Colado, que se van a caer de gusto cuando vean cómo han cambiado el almacén de coloniales.
Sepan ustedes que en aquellas ferias se anunciaban hasta tres sastrerías (Galindo, en la calle de la Tercia; Ibo, en la calle Aduana; y Arroyo, en la calle Cañas), pues era costumbre muy sana encargarse un traje para estrenarlo en feria, hasta el punto de que, andando el tiempo, hubo algún buen sastre de nuestro pueblo que en el mes de enero ya tenía nada menos que 600 trajes encargados para el comienzo del mes de mayo. Claro, los tiempos han cambiado y ahora apenas quedan sastres y ya no existe, por ejemplo, el comercio de Secundino Gómez, pero tenemos comercios en Puertollano que bien pueden satisfacer las mejores apetencias para emperifollarnos con algún buen atuendo que lucir en la feria. Hay para todos los gustos y bolsillos: Confecciones Sixto, Noel, Volvoreta, Gosálvez, A tu aire, Ángela Ramos, Chic’s Boutique, Andrés e Hijos, Mabenka, Sabino, Kira… ¿Y sus hijos? ¿No se merecen un hato nuevo en Aliaga, Pololos, o en Noah?
No olviden que un buen paño se arruina sin unas buenas alpargatas, así que visiten Zara o Menasalvas, La Zapatillera o Gracia López, Don Regalón o Ciempiés, Manuela León…
Y no se vayan únicamente a comer a la feria por más que la buena gente de Fuente Agria y Virgen de Gracia o el PCE se desvivan con los que allí acuden y sea un placer estar con ellos. Disfruten gastronomía a raudales acudiendo, verbigracia, a los preparados de Ladis, Qué bueno o Tita Elo, o sentándose a la mesa en La Plaza, El Mesto, El Mesoncito, El Cazador, La Ula, El Rubio, La Mafia, Los Arcos, Cándido, La Parilla del Dacho… ¿Por qué no se regalan los manjares que ofrecen evitándose el tostón de tener que preparar la comida?
Por otro lado, muchos son los beneficios que reporta al organismo un buen helado, así que cuando vaya acabando el día no olviden llevarse a la boca uno suculento de los que preparan Romero o Morán, dos joyas puertollaneras que no se encuentran fácilmente en otros lugares de la geografía nacional.
Como he dicho, no es menester aclarar que la Feria no se celebra solo en el recinto ferial, sino que ésta merodea por todos los confines del pueblo. Vivámosla, por tanto, ayudando también a los comerciantes que siguen abriendo cada día para agrandar esta tierra encerrada entre las fronteras de “El Cabezuelo” por el norte, la “Mina del Conde” por el sur, la “Fuenmayor” por el este y la “Peñaperrilla” por el oeste como decía Enrique Porras en 1949.
Finalmente, les quiero hablar del Puertollano que engendra una grandeza sin límites, como símbolo de que nuestro futuro existe y no tenemos que estar asustados. Eso sí, no podemos confiarnos lo más mínimo, pero teniendo en nuestro ser árboles tan portentosos como los que poseemos, no debemos sino sentirnos orgullosos de lo que somos para alzarnos sobre todas las dificultades.
Me refiero a que, si repasamos aquellos que llevan por bandera el sello puertollanense, no podremos sino pensar en lo grande y fuerte que debe ser nuestra ciudad capaz de alumbrar plantas tan frondosas. Les hablo de gigantes como Cristina García Rodero, María Dueñas o Miguel Belló, del comisario Mariano Simancas, de los catedráticos de la Complutense y de la Autónoma de Madrid Delfín Rodríguez y José Luis Viejo.
Por cierto, el escritor Stephen Vizinczey escribe en su obra En brazos de una mujer madura: “De todos modos, me gustaría vivir en una ciudad cuyas calles y plazas llevaran nombres de grandes hombres, en lugar de constructores, alcaldes o árboles. ¿Por qué no podemos construir ciudades que honren al genio en cada una de sus esquinas? ¿Cómo van los niños a convertirse en ciudadanos civilizados si nunca han hecho carreras por la Cervantes Road, Dante Street o Dürero Avenue? ¿Cómo va la gente a aspirar a algo que no sea el dinero si nada de su entorno les recuerda a los inmortales que crearon cosas que no se devalúan con la inflación?” Fin de la cita. Pues bien, yo propongo, con todo respeto, que ya es hora de que nuestros dos edificios culturales más emblemáticos ostenten los nombres de esas dos diosas llamadas Cristina García Rodero y María Dueñas en homenaje a sus grandísimas cualidades. Puertollano, creo yo, no se puede permitir prescindir de lucir las galas que nos otorgan estas dos grandes mujeres, que solo han merecido elogios y nunca han sido puestas en tela de juicio.
Pero les hablo también de toda una pléyade de riqueza humana y asociativa que mueve a nuestra ciudad y la hace grande, y que me perdone alguno si no está incluido.
Tanta creatividad y tanta genialidad en todos los valiosos nombres que hemos visto, añadida a potentes empresas o proyectos como Elecnor-Deimos, Repsol, Fertiberia, Iberdrola, ISFOC o el Centro Nacional del Hidrógeno, nos hacen pensar que necesariamente vamos a avanzar, sobre todo si resolvemos grandes retos como el de la prolongación de la autovía hacia Mérida y Lisboa, la construcción del nuevo Hospital, esa Escuela Superior de Arte Dramático que aparece en el horizonte, y nos beneficiamos de lo que nos pueda deparar de una vez por todas el célebre aeropuerto.
“Puerto sin mar y vela sin navío”, así definió el poeta Eladio Cabañero allá por los años cincuenta a este viejo poblachón manchego . Es verdad que fuertes vientos arrecian contra demasiados de nuestros trabajadores (no podemos olvidar los dolorosos casos de Silicio Solar, Solaria o Elcogas), pero Puertollano es grande, tan grande como nuestra maravillosa e imperecedera Fuente Agria, que ya mencionó Emilia Pardo Bazán en 1881, en su novela Un viaje de novios , y más tarde don Benito Pérez Galdós en su Narváez. Somos tan orgullosos como esos leones que rugen haciendo brotar nuestro oro líquido que nos da vida.
¿Pueden creer ustedes que nuestro pueblo no va a remontar? Tenemos la mejor sangre que corre por nuestras venas, la que nos han dado tantos años de esfuerzo y tantas gentes nacidas aquí y otros que acogimos y nos enriquecieron. El escritor mejicano Fernando del Paso dijo el otro día en la ceremonia del Premio Cervantes: “(…) desde hace 81 años y 22 días, cuando lloro, lloro en castellano; cuando me río, incluso a carcajadas, me río en castellano y cuando bostezo, toso y estornudo, bostezo, toso y estornudo en castellano. Eso no es todo: también hablo, leo y escribo en castellano.” Y yo les pido a todos ustedes: cuando se acuesten piensen en Puertollano; cuando se levanten piensen en Puertollano; piensen siempre en Puertollano. ¡Saldremos adelante!
Y ahora, por favor, respóndanme a este grito enardecido en honor de nuestro pueblo: ¡Viva la Feria de Puertollano! ¡Viva Puertollano siempre!
También ha pasado a la historia la corrupción de Puertollano, de eso ni una palabra, Luis???
*MODERADO*
estaba en aquellos equipos de gobierno pésimos. tiene una visión un tanto idealizada, melancólica y almibarada de la vida en este pueblo. como concejal, y en aquellas concejalías q tuvo, parece ser , según se comenta, q fue una mediocridad
Faltó añadir la ruta del despilfarro, a ese mismo recorrido por Puertollano que tu compadres joaquin y mayte hubiesen hecho.
Viva la feria y viva lo indefendible, el despilfarro ausente en el pregón que ahoga, asfixia y mata a Puertollano poco a poco. La gran miopía de algunos les impide ver más allá de sus propias narices.
Ya no engañais al pueblo, al menos, no, como en la época del gran derroche.
Esto es pregón de feria o apertura de campaña electoral?
Como bien dice el pregonero, Puertollano es un pueblo forjado sobre la sangre, sudor y trabajo de nuestros mayores y bien deberían aprender nuestros jóvenes y no tan jóvenes,de las anécdotas de esfuerzo, sacrificio y calamidades que nos han transmitido nuestros abuelos. Esos que estuvieron en la cárcel por manifestar sus ideas contrarias a las corrientes de la época. Esos que iniciaron la andadura de «la casa del pueblo» anterior a la calle Aduana con sus tertulias y sus ilusiones por hacer de Puertollano un sitio mejor para que vivieran sus hijos. Vaya si vieran a sus sucesores.
Claro que no hay que ser pesimista ni agorero. Claro que hay que pensar en la feria con ilusión. Claro que a todos nos gustaría estrenar ropa y calzado, y comer en las casetas, y subir a las atracciones a los niños, y tomar un helado…. pero nos conformaremos con el traguito de agua agria del hilito que aún nos regala la fuente.
Ustedes debieran haber guardado mejor el tesoro que les llegó a sus manos y que era ese Puertollano de éxito.
Vaya, vaya, uno de los males del pueblo se pega su baño de masas ante un público adormilado que sólo le faltaba preguntar si cuando ha enumerado las tiendas del pueblo eso entraba en el examen. No he visto mención al Terry ni a la plaza de toros ni a sus colegas investigados, que poco queda ya de Iniciativa Ciudadana eh, ya no merece la pena criticar cuando has probado el pienso del pesebre. *MODERADO*. Mediocridad. Y se me olvidaba, tremenda labor engatusando a los cuatro mochuelos que vociferaban por el Nuevo Cerrú, Barreda dejó el aeropuerto y usted el estadio, muy orgullosos quedamos del gasto público inútil que va dejando su partido en la historia de nuestro pueblo, una pena que se le perdiese esa hoja del pregón.
Con la de bares que hay en Puertollano, aparecen juntos «… El Mesto, El Mesoncito, El Cazador… »
Gran ejemplo de las redes clientelares del PSOE en Puertollano.. O estas con ellos o no existes, ni para el pregón de la feria
Bares y la gran mayoría de los nombrados, salvo excepciones para dar postín al evento ya se sabe a qué clan político pertenecen, además de propaganda electoral, publicidad de los palmeros agradecidos.
Lástima que un pregón se utilice de esta forma tan parcial, una vergüenza más de las que estamos pasando los puertollanenses que no dignifica a Puertollano como se merece, su pasado, presente y futuro, sobre todo sus fiestas tradicionales tiene que desligarse de la tan interesada política.
Vergonzoso. Ni historia, ni literatura, ni sentimiento. Pura propaganda electoral socialista. Digno de uno de los que más ha contribuido a la ruina de Puertollano. Y sin olvidar que estaba con el alcalde Hermoso que ya está camino del banquillo. Viva Puertollano que yo hice todo lo que pude para matarlo. ¿Cómo se atreverá ese individuo a hablar de Puertollano? Devolviendo favores al PSOE.
Pues si parece que el mejor Puertollano es aquel en el que los socialistas no lo habian arruinado todavía.!!!!!
cuando estaba en iniciativa ciudadano no hablaba bien de la psoe precisamente. *MODERADO*
Muy apretada estaría ayer la agenda para que *MODERADO* haya tenido que dar el pregón, el año que viene que lo de su colega Javier Bermejo, otra eminencia de la lírica y la prosa en Puertollano.
Yo te podía decir algunos ejemplos del odio mortal que tenía hacia los socialistas. Hasta que le dieron un cargo. A partir de entonces el más socialista del pueblo era Pizarro. *MODERADO*. Y de la habilidad que tienen los socialistas parta crear y comprar clientes. *MODERADO*.
el año q viene yo propongo q lo haga Hermoso Murillo, o el tal bermejo, o la pepi amaro o casimiro. hay q agradecerles su encomiable labor hundiendo este pueblo
Si no era Gila, era otro de esos graciosos el que decía aquello de:
«Mamá, ¿por queee papá mató al pregoneeeeeroooo…?!
Últimamente, los luispi están de moda: éste por pregoneeeeero, y el otro por lo de Ausbanc.
Descarada publicidad y panfleto político de los de siempre.
Los medios públicos, las fiestas a disposición de la campaña electoral.
se abre el telon
sale un sicialisto
desaperece el telon
……
Luis tú si has contribuido en la historia de Puertollano, dejando miseria a tú paso, mirando a otro lado cuando tus compañeros se saltaban las reglas, en fin … un despropósito.
Pues a mí me gusta este pregón para mi pueblo.
Enhorabuena, Luis.