Eusebio Gª del Castillo Jerez.- El profesor de la Universidad de Castilla-La Mancha Juan José Pastor Comín abrió ayer en el Museo del Quijote las Segundas Lecciones Cervantinas, unas jornadas que se celebrarán cada miércoles del mes de abril en torno a la figura de Miguel de Cervantes y su obra. En esta primera lección, Comín disertó acerca de la utilización que éste hacía de la música como instrumento para la provocación.
La conferencia abordó varios aspectos. En primer lugar, Juan José Pastor Comín presentó los indicios para descubrir El Quijote como una «Ilíada cantada», dentro de un marco musical que Cervantes introduce de forma deliberada. Asimismo, destacó la importancia de la obra cervantina en varios aspectos: la formación musical; la relación con los músicos de su época y las músicas populares, «que introduce en sus textos transformándolas y parodiándolas»; la relación con los poetas anteriores cantados, sobre todo con Garcilaso de la Vega; y con la música italiana a través de poemas traducidos e introducidos en sus obras.
Comín resaltó la utilización que hacía Cervantes de los romances en sus obras. «Introducía un verso dentro de la prosa, como empedrado, lo que un lector de la época lo reconocía rápidamente». Ese tipo de guiños son habituales en sus textos, subrayaba. Del Quijote, llamó la atención sobre la cantidad de información que aporta acerca de la realidad musical de la época, así como que se convirtió en un elemento de inspiración para músicos posteriores.
«La música juega un papel importante en el conjunto de su obra, Cervantes es un informante de la realidad musical de su tiempo. Exagerando un poco podríamos decir que sus textos son los 40 principales de los siglos XVI y XVII, donde se recogen muchos de los romances y canciones muy conocidas. Eso hacía que los lectores y oyentes reconocieran las referencias a esas canciones, que servían de instrumento para captar su atención», explicaba Comín.
Del mismo modo que en la obra Cervantes se prodigan los personajes provocadores, «incluso fuera de los usos sociales, como Feliciana de la Voz en El Persiles, que da a luz sin estar casada, la utilización que hace de la música tiene un carácter transgresor», señala. El autor del Quijote, añade, se permite insinuar ciertas cosas a través de referencias musicales que, en una lectura recta no podía haber hecho abiertamente. «Por ejemplo, podía aludir a canciones que eran conocidas pero utilizando una letra más procaz, más desvergonzada, y que la gente asociaba a las originales».
También citó algunos ejemplos en la obra de Cervantes con referencias a instrumentos musicales. «Cuando Don Quijote llega a la venta lo primero que le recibe él cree que son trompetas o música palaciega, y en realidad es un capapuercas para castrar gorrinos». Estos elementos musicales, insiste el profesor, tienen un valor paródico, irónico y transgresor.