Luis M. Román Alhambra. Sociedad Cervantina del Lugar de don Quijote.- Alcázar de San Juan ha estado siempre, incluso por deméritos propios, fuera del mapa del Quijote. Como mucho ha sido un simple lugar de paso a Campo de Criptana o El Toboso cuando alguien venía de Argamasilla o Puerto Lápice.
Y en ese paso obligado por su situación geográfica, el viajero, después de refrescarse y cambiarse de ropa, al pasear por nuestras calles o contemplando las magníficas estatuas de don Quijote y Sancho Panza en la plaza, de alguna u otra manera de siempre ha escuchado de alguien que «…aquí nació Cervantes… «.
Veo en el escaparate de una librería la portada de una revista con una gran fotografía de un molino de viento de Campo de Criptana y un gran titular: «400 años de Cervantes. La Ruta de Don Quijote», y, aunque me imagino que pondrá lo de siempre, paso a comprar este último ejemplar de VIAJAR. Me imagino, como decía, que habrá en su interior un artículo de algún periodista que ha recibido el encargo de venir a la Mancha, casi a la fuerza, y describir algunos lugares y su relación con el Quijote al conmemorarse este mes de Abril el cuatrocientos aniversario de la muerte de su autor, Miguel de Cervantes, proponiendo hoteles y sitios donde comer, puntos de interés cervantino, etc. Y seguro estarán las localidades de Argamasilla, Campo de Criptana, Puerto Lápice, El Toboso… y a lo mejor como lugar de paso nuevamente, Alcázar de San Juan, aunque seamos el «Corazón de la Mancha de don Quijote».
Y ¡sorpresa!, el artículo está escrito por Luis García Jambrina. Me pongo a leerlo con atención, estando ya seguro que no será otro artículo más sobre la Mancha de don Quijote. Luis García Jambrina es un gran conocedor de la literatura del Siglo de Oro Español y de Cervantes especialmente. Profesor de Literatura Española en la Universidad de Salamanca, aprovechó magníficamente la figura de Cervantes para escribir la novela «La sombra de otro».
¡Doce páginas en el centro de la revista VIAJAR!, «Premio Travellers Choice a la revista de viajes favorita 2016», también con preciosas imágenes del fotógrafo Luis Dávila. Antes de empezar con la lectura los ojos se me van a una de las fotografías, en ella se ve la iglesia de Santa María tomada por detrás de la estatua de Cervantes. Parece que el propio Cervantes, pluma en mano y espada envainada, se dirige hacia su puerta, quizás a comprobar que su nombre sigue en el libro primero de bautismos, donde, en 1558, fue anotado después de ser bautizado.
Y comienzo la lectura del artículo. Jambrina describe como se basa en la misma ruta que en 1905 hizo Azorín y, cómo no, también se fija en la forma de ser del manchego:
«¿Y qué decir del paisanaje o paisaje humano? Los manchegos son gente afable, cordial y hospitalaria, muy acostumbrada, por ser tierra de paso, a recibir al viajero y, sobre todo, muy orgullosa de lo suyo; de hecho, es muy habitual encontrarse con personas que defienden, con pasión y conocimiento de causa, que su pueblo es ese lugar que Cervantes no quiso recordar o que por allí pasó Don Quijote o tuvo lugar tal aventura o, incluso, que en él nació el autor de la novela. Eso le sucedió a Azorín con los académicos de Argamasilla de Alba, los sanchos de Campo de Criptana o los miguelistas de El Toboso; o, en mi caso, con los miembros de la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan, que además, me agasajaron con un suculento almuerzo»
Tengo que leer y releer este párrafo varias veces para darme cuenta de la transcendencia que, por derecho propio, tiene Alcázar de San Juan como Cuna del manco y Lugar de don Quijote, y que esto sea así publicado en esta prestigiosa revista de viajes. Y agradecer a Luis García Jambrina su exposición, aunque esto levante en muchos, viejas y nuevas ampollas. Pero así es lo que la tradición alcazareña defiende desde que en 1748 se descubrió la partida de bautismo de Cervantes, varios años antes que la de Alcalá de Henares, aunque posteriormente, después de aparecer otros documentos especialmente los del rescate en Argel por los Padres Trinitarios, la disputa terminase por decantarse definitivamente por Alcalá de Henares. Lo que defendieron los toboseños ante Azorín, en 1905, que el abuelo de Cervantes era de allí, aunque ya su padre y el mismo Miguel nacieran en Alcázar de San Juan, Luis García Jambrina lo pudo ver en el archivo parroquial de Santa María la Mayor leyendo el original del libro primero de bautismos el día 1 de Mayo del año pasado, durante la actividad que la Sociedad Cervantina realiza con el nombre de «Almuerzos con don Quijote».
Luis García Jambrina conoció también el Museo Casa del Hidalgo y almorzó con nosotros. Hablamos de sus trabajos, especialmente de su última publicación, la novela «La sombra de otro», donde narra la intrincada vida de Cervantes, pero desde la mirada de su peor enemigo… Cervantes y don Quijote, la cuna del autor y el lugar de don Quijote, que también reivindica Alcázar de San Juan. Realidades o ficciones, novela en una geografía real donde Alcázar de San Juan es ese lugar enigmático… Y todo esto alrededor de una mesa con platos nuestros: queso, duelos y quebrantos, pipirrana, caldereta de cordero y bizcochá. Varias horas donde la Sociedad Cervantina conoció a Jambrina, y Jambrina conoció Alcázar de San Juan y su relación con el autor y la obra, como para escribir en este artículo de VIAJAR esto:
«De allí nos dirigiremos a la ciudad de Alcázar de San Juan, que presume de ser no solo el lugar de Don Quijote sino también la cuna del propio Cervantes. Como principal prueba, alegan la partida de bautismo que se guarda en el archivo parroquial de la iglesia de Santa María la Mayor. En ella se declara que un tal Miguel de Cervantes fue bautizado en esa iglesia once años después que el alcalaíno. Y, si bien es cierto que lo único que demuestra es que pudo haber otra persona con ese mismo nombre, resulta muy tentadora la hipótesis de que Cervantes fuera manchego. En todo caso, de lo que nadie puede dudar es de que Don Quijote y su autor están muy presentes en Alcázar de San Juan…»
Estamos por legado de Cervantes en el «Corazón de la Mancha de don Quijote», lugar que tan bien tuvo que conocer, y que siempre nos han tratado de birlar este derecho, con extraños argumentos, y no siempre bien defendido este universal legado ni por nosotros mismos. Ahora muchos viajeros ya tendrán en su mochila a Alcázar de San Juan para sus próximas aventuras por la Mancha. Esto, gracias a Luis García Jambrina y a la revista VIAJAR.