Uno de los momentos más bellos y emocionantes de la Semana Santa de Puertollano acaece en la noche del Sábado Santo. Al filo de las 21,30 horas llegaba a su ermita Nuestra Señora de la Soledad portada a hombros sobriamente, al estilo castellano. Es una de las maniobras más complicadas de la Semana de Pasión puertollanera. El momento culminante es el paso de los arcos del templo. Tras la operación, los hermanos se quitan el capillo y rompen en lágrimas de emoción.