Hacía tres años que Verónica había acabado sus estudios de Medicina, y luego de opositar tenía su destino en la Unidad de Urgencias de un macro-hospital en Madrid. Como cada mañana, sonó el despertador y se dispuso a levantarse y encarar una jornada más de trabajo, siendo la tónica dominante las prisas de la emergencia. Sin embargo, aquel Viernes tendría un aliciente añadido, porque tras él tomaba unos días de vacaciones de Semana Santa con unas amigas. María –una de ellas- las había invitado a pasarlos en Ciudad Real , de donde era natural.
Acabado el trabajo y con el cambio de turno , salió del Complejo Hospitalario y se reunió con aquéllaspara comer y luego viajar a la ciudad manchega. Tomaron un frugal aperitivo y se dirigieron a la Estación del AVE. Una vez en él, ya con ambiente distendido fueron comentando las anécdotas de la semana que acababa, y las posibilidades que les ofrecía el paréntesis laboral :realizar algo de deporte, visitar enclaves turísticos de la provincia que no conocían, hacer rutas gastronómicas por la Capital, etc.
Llegaron a Ciudad Real, y ya en el piso de María, éstales expuso el plan que tenía pensado para el merecido asueto.Esa tarde y los días sucesivos, conforme a la sugerencia de la anfitriona , fueron disfrutando de lo preparado. Ya el miércoles, por la tarde estuvieron de tiendas por la ciudad y tomando unas cervezas. Una vez en casa ,después de ver una película y tener un rato de charla, se dispusieron a ir a la cama. Era ya avanzada la madrugada , y Verónica advirtió de un ruido en la calle. Extrañada, abrió la ventana y comprobó que se trataba de una Procesión. María también se había asomado desde su habitación contigua. El suave redoble de un tambor acompañaba el trono de un Crucificado llevado a hombros por un buen número de nazarenos, entre las 2 largas filas de otros muchos hermanos. En el centro, varios de ellos portaban pesadas cruces de penitencia. María desde su ventana comentó en voz baja a Verónica que se trataba de la Hermandad del Silencio.
De pronto se oyó un estruendo , y es que uno de ellos había tropezado cayendo al suelo, dando la cruz un fuerte golpe en el asfalto. Sus compañeros acudieron enseguida a ayudarle, y subiéndose el capillo , comprobaron que se había hecho una herida en la frente. Instintivamente, Verónica al ver lo ocurrido bajó de inmediato a prestarle ayuda.Se trataba de un muchacho joven, que estaba plenamente consciente ,aunque aturdido.Le estuvo reconociendo, y pidió a María que bajara algún material de primeros auxilios . Después de curarle, y apercibiéndose de que la herida era de cierta importanciay que además acusaba dolor en la movilidad de un pie, recomendó que se le llevara a un Hospital para una mejor observación. Al asentimiento de Manuel –que así se llamaba el accidentado- ella misma se dispuso a llamar a una ambulancia .Al ir a sacar el móvil, se le enganchó con la pulsera y fue a estrellarse con el suelo. El Hermanos Mayor, que estaba con ellos , fue quien realizó la llamada al Hospital con el suyo que llevaba bajo la túnica , y el Cortejo procesional siguió su curso, mientras afectado y auxiliadores se quedaron aguardando en la zona. Un espectador-que había recogido el móvil- se lo dio a Verónica que pudo comprobar que la pantalla estaba hecha añicos. No le dio mayor importancia, ya que lo principal era que Manuel iba a continuar atendido. A los pocos minutos ya era trasladado al Hospital, dando continuamente mayores muestras de agradecimiento a la médica y los otros nazarenos. Verónica y María subieron al piso, comentando el accidente susurrando para no despertar a las otras amigas, ya que éstas no se percibieron del desfile procesional por estar en habitaciones interiores.A la mañana siguiente, lógicamente en el desayuno fue el tema monográfico.
Jueves y Viernes lo dedicaron a visitar pueblos emblemáticos, y el sábado en la Capital haciendo algunas compras. Mientras tomaban un aperitivo, Verónica aprovechó para llevar su móvil a una tienda especializada. Le expuso al técnico lo sucedido, y se lo entregó. Éste al examinarlo, puso cara de extrañeza : el mismo que experimentó Verónica al ver tal expresión. No hubo ninguna frase , y el operario le mostró el móvil : la pantalla estaba en perfecto estado y en ese momento aparecía como fondo con luz brillante, una foto de Manuel.
Francisco Blanco Mena
Retazos