La identificación de las personas portadoras del virus del SIDA y su tratamiento con fármacos adecuados y la profilaxis preexposición son, junto a las medidas preventivas ya conocidas, las herramientas con las que se cuenta en la actualidad para paliar la propagación del Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida, según explicó el jefe de servicio de Enfermedades Infecciosas del «Clínic» de Barcelona, Josep María Gatell, en la conferencia que ofreció en el Hospital General Universitario de Ciudad Real.
Gatell, uno de los más reputados especialistas mundiales en el VIH, explicó que el «test&treat», que tradujo al castellano como «identificar y tratar», parte de la evidencia constatada de que es «prácticamente imposible» que un enfermo que responde al tratamiento y tiene una carga viral indetectable transmita la infección, por lo que «identificar a las personas infectadas y tratarlas con los medicamentos apropiados no sólo es bueno para ellas sino también para la salud pública», subrayó.
Junto al «test&treat», «la medida de mayor impacto global para minimizar la epidemia», el jefe de servicio de Enfermedades Infecciosas del «Clínic» aludió a la profilaxis preexposición, dirigida al colectivo de varones homosexuales promiscuos y en los que el riesgo de contraer la enfermedad es elevado.
Según indicó el también catedrático de la Universidad de Barcelona, «un tratamiento previo con retrovirales protege a estas personas de contagiarse aunque se expongan al virus», algo parecido al tratamiento previo contra la malaria que toman quienes van a viajar a países tropicales.
La charla del doctor Gatell se inscribe dentro de los seminarios programados por el hospital de Ciudad Real y la Facultad de Medicina para acercar a los alumnos y a los profesionales del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha los conocimientos y experiencias de destacados especialistas e investigadores.
En este caso, se trataba de informar en qué situación está la epidemia del SIDA y cuál puede ser su evolución en los próximos cinco años. Desde el punto de vista del conferenciante, la situación es «relativamente tranquila» para los infectados del mundo occidental, ya que disfrutan de un tratamiento sencillo y bastante bien tolerado y que «proporciona una calidad y esperanza de vida similar a la de los no infectados», pero la cosa «no pinta tan bien» en lo relativo a la epidemia: el número de nuevas infecciones se mantiene y lo que se pretende es que «entre 2020 y 2030 podamos, si no erradicar, sí minimizar la aparición de nuevos casos».
Para alcanzar este objetivo, Josep María Gatell aludió a la necesidad de sacar el máximo partido posible a todas las medidas de prevención disponibles, empezando por las campañas de educación sexual y siguiendo con el «test&treat» y la profilaxis preexposición, y aseguró que «si lo hacemos bien, en diez o quince años podemos reducir mucho la propagación de la epidemia».
En este sentido, comentó que estar infectado de VIH no es «ninguna banalidad» y lamentó que, al haberse convertido en una enfermedad crónica con tratamiento, algunos colectivos hayan dejado de tomar precauciones, por lo que abogó por seguir machacando con campañas informativas. Y es que, tener SIDA, recordó, «no deja de ser un problema» porque «hay que mantener un tratamiento toda la vida, en el mejor de los casos hay que someterse a analíticas 2/3 veces al año y los medicamentos pueden tener cierto grado de toxicidad acumulada y son caros».
Respecto al desarrollo de nuevos tratamientos, Josep María Gatell indicó que, pese a sus limitaciones, los retrovirales han alcanzado su «etapa de madurez» y afirmó que la vacuna contra el SIDA es un futurible aún muy lejano: «tenemos que actuar pensando que no la tenemos y que no la tendremos como mínimo en diez años».