En estas fechas recordamos el referéndum de la OTAN en el Estado Español fue en marzo de 1986 hace 30 años.
Constatamos en estos años que esta organización destruyó Libia, el país que tenía el índice de Desarrollo Humano más elevado de toda África. La misma que financió y pertrechó a los talibanes para derrocar al único presidente de toda la historia de Afganistán que sacó durante un breve periodo a su país de la edad media. Los mismos estados miembros que destruyeron a Iraq, el país árabe más desarrollado. O el conflicto en Ucrania donde esta organización aspira a llegar hasta las mismas fronteras rusas.
Porque, precisamente, la consecuencia de esas intervenciones y alianzas militares criminales es la huida desesperada de miles y miles de personas en búsqueda de asilo. En el Mediterráneo se juntan con las que huyen de otras guerras menos renombradas pero que sistemáticamente son provocadas por las mismas potencias europeas o estadounidenses que saquean sus países, desestabilizan gobiernos o asesinan presidentes poco colaboradores en la venta a precios de saldo de sus riquezas.
Ante este aluvión de desplazados forzosos que llaman a nuestras puertas, urge comprender las raíces y las dimensiones de esa guerra global de la que son víctimas, y entender la conexión entre refugiados, explotación colonial y guerras imperialistas.
Articular hoy respuestas solidarias coherentes pasa necesariamente por señalar con claridad a los responsables.
PLATAFORMA NO A LA GUERRA CIUDAD REAL
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