El consejero de Sanidad, Jesús Fernández Sanz, ha reiterado el compromiso del Gobierno que preside Emiliano García-Page en la creación de una Cátedra de Gestión Clínica junto a la Universidad de Castilla-La Mancha, como herramienta para mejorar la eficacia en la prestación de servicios.
Estas declaraciones las ha realizado en la inauguración del VI Congreso de Gestión Clínica que se desarrolla en la Facultad de Ciencias Sociales y Jurídicas de Toledo.
Fernández Sanz ha explicado que la gestión clínica no es más que una forma de gestionar las unidades asistenciales basada, fundamentalmente, en la participación activa y responsable de los profesionales para la consecución de unos objetivos definidos, llegando a afirmar que es “una solución que garantiza la sostenibilidad del sistema sanitario”.
Así, explicó que la gestión clínica “aborda los tres niveles importantes que queremos hacer, tanto en la macro, en la maso como en la microgestión, que son la eficacia, la efectividad y la eficiencia”.
Fernández Sanz ha destacado que la tendencia en las modernas organizaciones es la horizontalización en la toma de decisiones, para la cual es primordial que el profesional sanitario participe no sólo en su labor asistencial, sino inmiscuyéndose en su planificación, el diseño organizativo y la gestión de la misma.
El consejero ha señalado que el futuro pasa por la implantación de procesos asistenciales en los que intervengan varios departamentos tanto de Atención Primaria como de Atención Especializada hasta constituir unidades de gestión clínica.
La exploración de modelos de excelencia en la gestión ha supuesto una pauta en la evolución tanto técnica como instrumental de la manera de gestionar las organizaciones sanitarias, que ha incidido en aspectos tan relevantes como la planificación, la incorporación de nuevas tecnologías y la gestión del conocimiento, como elementos nucleares del Sistema Nacional de Salud.
La idea es que el profesional sanitario gestione sus recursos siguiendo una serie de indicadores, con el compromiso de reducir los costes, manteniendo la calidad, consiguiendo así una mejora continua en la eficiencia de todos los procesos.