El Hospital General Universitario de Ciudad Real ha dedicado su sesión general de esta semana a profundizar en el conocimiento del quilotórax, un tipo infrecuente de derrame pleural.
El quilotórax se caracteriza por la presencia de líquido linfático, el quilo, en el espacio pleural, entre el pulmón y la pared del tórax, y, según la adjunta del servicio de Neumología del HGUCR Belén Herrero, lo origina una rotura u obstrucción del conducto torácico por el que circula la linfa. Menos del 3% de los derrames pleurales en adultos son quilotórax.
Sus síntomas principales son la disnea progresiva, la tos seca y el dolor torácico y sus causas pueden ser traumáticas o por la presencia de lesiones tumorales. Asimismo, entre los quilotorax hay que distinguir entre los exudados, asociados a infecciones pulmonares, o trasudados, ligados a insuficiencias cardíacas o cirrosis.
La doctora Herrero ha señalado que el tratamiento del quilótorax pasa en primer lugar por drenar el derrame y favorecer que el paciente recupere los triglicéridos y proteínas perdidos. Para ello se le administrarán ácidos grasos de cadena media que se metabolizan directamente en el sistema portal sin pasar por la circulación intestinal con el fin de reducir el líquido linfático que alimenta el conducto torácico. En caso de que el derrame no remita no quedará otra que recurrir a la cirugía.