El paso del tiempo, el reencuentro con los sueños y miedos de nuestra infancia son algunos de los ejes principales en los que Itziar Pascual bucea en ‘Mascando ortigas’, una obra que estrena la compañía ciudadrealeña Trementinas el próximo fin de semana en el Teatro de la Sensación, en el marco de las X Jornadas de la Mujer Creadora.
Una propuesta que rinde homenaje a la bailarina, coreógrafa y directora alemana Pina Bausch, pionera en danza contemporánea, y en la que el uso de la forma monologada marca la presencia de un discurso basado en las emociones más íntimas de los personajes, en su identidad.
¿En qué momento dejamos de ser niños y nos convertimos en adultos? ¿Hay alguna manera de recuperar nuestra infancia? ¿Es posible hacerse mayor sin traicionar lo que queríamos ser de pequeños? Itziar Pascual nos da la oportunidad de que la niña y la mujer se encuentren durante unos minutos.., para hablarse, para reñirse, para reconciliarse. El encuentro no es siempre agradable…, parece a veces amargo y doloroso, como si estuviéramos mascando ortigas.
En un polvoriento y olvidado restaurante, junto a mesas y sillas vacías se produce el reencuentro necesario. En él flota la magia etérea de Pina Bausch, a través de su Café Müller, de sus fantasmas, de sus ecos, de su música, de esa fragilidad de los que están hechos los recuerdos.
Un viaje del futuro al pasado para reconectarnos en un eterno presente a través de una propuesta íntima y cercana,protagonizada por Judith de los Reyes y Teresa Flores, con música en directo a cargo de Luis Miguel Rodríguez. “Una obra con la que todos podemos sentirnos identificados y que nos ayuda a reflexionar sobre nuestra propia trayectoria vital”, según destacan las intérpretes.
La compañía de Ciudad Real Trementinasnace con la puesta en escena de ‘Mascando ortigas’, de la mano de Teresa Flores y Judith Reyes y su deseo de explorar y aprender a través de las artes escénicas.
Las trementinas eran esas mujeres que se lanzaban en pareja a los caminos, cargadas de remedios naturales para sanar a las gentes de todos los lugares, y cuyo oficio desapareció a mediados del siglo XX con la llegada de la medicina a los núcleos rurales y la mejora en la comercialización y distribución de los fármacos.