Luis Mario Sobrino Simal.- El Convento de la Merced ha acogido esta tarde noche la conferencia “Calatrava La Vieja, historia y restauración”, a cargo de Miguel Ángel Hervás Herrera, arqueólogo, licenciado en Geografía e Historia por la Universidad Complutense de Madrid, enmarcada en el ciclo “Castillos de las órdenes militares en la provincia de Ciudad Real”, organizado por la Asociación de Amigos del Museo.
Una charla en la que Hervás Herrera ha profundizado en la historia de la ciudad y los procesos de recuperación que ha experimentado el yacimiento en los últimos años, con la excavación arqueológica y la restauración.
El proyecto actual de intervención en Calatrava la Vieja comenzó en 1984 y se ha desarrollado ininterrumpidamente hasta 2010. Este arqueólogo explica que sufrió un parón de tres años, pero que los trabajos se retomaron en 2014 con un equipo de trabajo es amplio e interdisciplinar, compuesto por arqueólogos, arquitectos, restauradores y historiadores del arte. El proyecto está financiado por el Gobierno regional y cuenta con la colaboración de museos y universidades.
Miguel Ángel Hervás Herrera, especializado en el estudio de materiales y técnicas de construcción de época medieval y moderna, ha participado desde 1987 en las excavaciones arqueológicas de la ciudad islámica de Calatrava la Vieja y las ha codirigido desde 1999, junto a Manuel Retuerce Velasco. Es autor de libros y artículos en revistas especializadas.
El surgimiento de las órdenes militares dentro de la Península Ibérica puede interpretarse como una traslación del modelo de las órdenes internacionales surgidas a raíz de las cruzadas en tierra santa, pero su nacimiento como su posterior evolución presentan rasgos diferenciales. Jugaron un papel fundamental en la lucha de los reinos cristianos contra los musulmanes, en la repoblación de extensos territorios desde el Tajo al Guadalquivir y se convirtieron en una fuerza política y económica de primera magnitud.
Calatrava, fundada en el siglo VIII por el emirato cordobés como punto avanzado de control frente a la levantisca Toledo, fue capital de la región durante los tres siglos de dominio omeya en al-Ándalus. Hacia mediados del siglo XII se convierte en la primera encomienda Templaria en el reino de Castilla, y poco después (1158) en cuna de la primera Orden militar peninsular, que tomó el nombre del lugar.
Tras la derrota de Alfonso VIII en Alarcos (1195), Calatrava servirá como vanguardia del imperio Almohade frente al Reino de Castilla hasta su definitiva reincorporación a éste último, pocos días antes de la batalla de Las Navas (1212).
El establecimiento de la orden militar de Calatrava tuvo importantes consecuencias para la historia posterior del reino de Castilla, y produjo cambios significativos en la antigua ciudad islámica de Calatrava, tanto en las defensas y los accesos de la fortaleza como en la configuración del alcázar, en cuyo interior se construyó el primer convento de la Orden y en la antigua medina islámica.
