Hay que acudir sin prejuicios, aunque la obra no hiere susceptibilidades y está hecha con el mayor respeto. Es la advertencia que ha dirigido este jueves Blanca Portillo en rueda de prensa a los espectadores que disfrutarán el próximo sábado de “El testamento de María”, un monólogo en el que la actriz interpreta a la Virgen María.
La función, patrocinada por la Fundación Repsol, comenzará a las 21,00 horas en el Auditorio Municipal y la recaudación de las entradas, a la venta por 5 euros, será destinada íntegramente a Cruz Roja.
Blanca Portillo lleva dos años recorriendo los principales escenarios españoles con esta función, por la que ha recibido el premio Max de teatro. La popular actriz, que también posee la Medalla de Oro a las Bellas Artes, reconoce que el reconocimiento le “asusta” por la responsabilidad que conlleva, y que en su momento le produjo “´pánico” abordar por primera vez un monólogo, y más con un personaje con la profundidad de la Virgen María.
No obstante, considera que, en esta representación, el personaje “baja a la tierra” y es interpretado como una mujer en una época determinada que pierde a un hijo por perseguir sus ideales. “Se trata de dar voz a los sin voz”, ha enfatizado, “dando una dimensión a María que la equipara a las heroínas del teatro griego de la Antigüedad”.
Por su parte, el subdirector de Personas y Organización de Repsol, Francisco Castro, ha destacado que la llegada de esta obra a la localidad es fruto del convenio firmado entre la Fundación Repsol y el Ayuntamiento de Puertollano, y que incluye un programa de actuaciones que, como en este caso, persiguen el objetivo de “acercar” la cultura al público y, al mismo tiempo, contribuir a una labor social en ayuda de los más desfavorecidos.
En los mismos términos se ha expresado la concejala de Cultura, Ana Muñoz, quien ha apuntado que Blanca Portillo es un “valor seguro” en el escenario. En este sentido ha animado a todos los puertollaneros a asistir a una obra que “va a ser maravillosa”
“El testamento de María”, del escritor irlandés Colm Tóibín, está dirigida por Agustí Villaroga. Las críticas la sitúan como uno de los grandes montajes del teatro español desde su estreno. Presenta a la Virgen María como una mujer de pueblo, en pleno duelo por la violenta muerte de su hijo Jesús. Durante su monólogo recuerda los acontecimientos que ha vivido. La palabra se apoya en la teatralidad, en la gestualidad y en la acción que emanan de la interpretación de Blanca Portillo.
El objetivo es “descubrir que detrás del icono religioso de la Virgen María hay una mujer y una madre que sufre, que es humana y que, por tanto, cuestiona las decisiones divinas que la han llevado a vivir la terrible experiencia de perder a un hijo”.