Todo el mundo se ha escandalizado al leer la carta de un niño de once años que se ha suicidado al parecer por un acoso escolar no detectado. A través de esa Carta aflora una España negra de miseria social y económica que más de uno quisiéramos no ver y los gobernantes, desde luego, con su malsano optimismo e inacción, están contribuyendo a aumentar. Es la diferencia que establecía el 98 entre España oficial y España real.
En dicha carta se insinúa el papel vertebral de los abuelos en la consolidación económica, social y moral de familias sometidas a todos tipo de tensiones desestructurantes: divorcio, paro, pobreza, desigualdad… Dicen sus padres que el niño era inteligente. Y este niño inteligente no quería ir al colegio. Se entiende: los inteligentes son más sensibles de lo normal y suelen padecer más que nadie la crueldad que, de forma difusa, se está esparciendo por toda la sociedad española. Los niños dicen las verdades; su comportamiento es una verdad: nos habla del suicidio de un país y de una cultura entera. Cuando nuestros niños se suicidan es que hay algo que verdaderamente no funciona. Y ese pilar siempre ha sido en una identidad colectiva la dignidad, la justicia.
Esta crueldad, cuya definición exige que la víctima sea siempre persona débil e indefensa (la crueldad contra los instalados en el poder es menos ilegítima, porque los débiles siempre son los primeros en padecer las consecuencias de sus errores y corrupciones), se infiltra sobre todo mediante los procedimientos anónimos del móvil, de Internet, de la prensa, de la radio, de la televisión. Aparece en los comentarios a las noticias, en los insultos y denuestos vertidos hasta el punto de que la mayoría de la gente se cubre de esta basura con el paraguas del pseudónimo, incluso para atacar a su vez con violencia extrema, lo que indica ya que incluso toda franqueza y toda nobleza se ha perdido en una sociedad mentirosa, traicionera y, sobre todo, violenta.
En esta sociedad de masas la formación de grupos y mafias es esencial incluso para presionar (nuestros jóvenes están demasiado socializados y carecen de individualidad: la información y la publicidad abusiva y constante los trata siempre en conjunto, como masas), una niña puede «desaparecer» del mapa si no tiene móvil, no podrá «quedar», no será invitada a cumpleaños ni a eventos, y si tiene móvil podrá ser acusada de gorda, sucia, solitaria o tonta de forma anónima a través de grupos de internet, donde se podrán difundir fotografías retocadas que la desfiguren, siendo odiada sin remite y sin responsabilidad y sin que siquiera se enteren profesores, padres, autoridades.
El asidero del odio es, frecuentemente, cualquier diferencia o heterodoxia: color de piel, delgadez, acento, origen… la lista es interminable y afecta a los llamados argumentos ad hominem, que se reducen simplemente al «usted es despreciable porque no es como yo». La pluralidad, algo que garantiza la emigración y que siempre se ha indentificado con el progreso mismo de una sociedad, es ahora objeto de oprobio y desprecio. Grecia, Europa misma pudo progresar más que otros lugares del mundo porque el extraño podía emigrar a otro país cercano y ningún poder podía imponerse al del individuo. Y alguien que se sale de la media por su inteligencia, por su humildad, por su independencia, por su voluntad y ganas de trabajar, por su físico excesivo, por sus enfermedades, por sus orígenes, por sus costumbres, por su religión, por cualquier cosa buena, mala o extraña, puede ser atacado de consuno y en forma anónima.
Y puede ser peor: el extraño es cosificado como un bolso al que no se dirige la palabra porque no pertenece al rango de lo humano y solo se encuentra aquí sordo, mudo y ciego, como ha establecido en su jerarquía de exclusiones el lucido sociólogo Zygmunt Bauman, que mencionaba hace unos días nuestro ilustre comentarista Hobbes. Una ignorancia muy propia de los comportamientos ideológicos conservadores y que es etapa previa a todo fascismo. Después cuenta la historia que se emprenden procesos de expulsión y de eliminación o simple exterminio.
Y, en el caso del niño, toda esa alienación, toda esa falta de respeto y de vergüenza que es común incluso entre los nefandos políticos que padecemos y esos debatidores incapaces de comunión, los «matones del espíritu» de que hablaba a comienzos del XIX nuestro gran maestro de tolerancia, José María Blanco White, unidos solamente en ser el gran hermano charlatán del siglo XXI, seguirá atontando a los más superficiales y ágrafos consumidores de imágenes y enviando a la muerte a pobres inocentes asqueados y sedientos de espíritu, decencia, cultura, limpieza y comprensión.
Contornos
Ángel Romera
http://diariodelendriago.blogspot.com.es/
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Después de leer el artículo adivinen en qué países se producen las mayores tasas de suicidios.
Pues está bien claro: en países donde impera un capitalismo desalmado: Corea del Sur, China, Japón… y en otras donde el capitalismo ha sustituido al estado protector: Rusa, Ucrania y las demás repúblicas exsoviéticas. La premio nobel Svetlana Aleixievich ya hablaba de eso en su «El fin del homo sovieticus» (2015)
En los países del «Estado protector», qué cachondo, la gente ni era homosexual ni se suicidaba. Un poquito de por favor.
Japón como ejemplo de capitalismo desalmado, la leche.
Anda por ahí Finlandia, por encima de los USA. Pero qué me cuenta
¿Y dónde está la terrible España de la que habla el artículo? ¿Por detrás de Dinamarca, el paraíso? No puede ser. Mariano trucando los datos.
La miseria moral, social y económica es la misma en todas partes, menos para los que creen en las fronteras. Y tú, Peterot, eres uno.
Buen ejemplo, Finlandia.
Allí la gente se podrá suicidar -no tienen la suerte que tenemos nosotros de disponer del sol como lo hacemos- pero lo del acoso, lo tienen controlado.
http://www.abc.es/familia-educacion/20150527/abci-programa-finlandia-acoso-201505261029.html
Podríamos aprender mucho de los fineses sobre democracia y estado del bienestar.
Naturalmente, no es un país donde impere el capitalismo salvaje precisamente. Todo lo contrario.
http://www.eldiario.es/alternativaseconomicas/Renta-basica-finlandesa_6_461663858.html
Tengo amigos en los países nórdicos; ahí el problema más grave es el alcoholismo. Hasta las colonias las tienen que vender con control.
Y qué tienen que ver las churras con las merinas.
Menudo jardín en el que se ha metido. Las estadísticas de suicidio en las dictaduras socialistas, ¿es que las conoce alguien?
Muy merecida por cierto la referencia a Hobbes.
Bauman hace unas observaciones muy destacables y agudas sobre el 15M.
La emoción es apta para destruir, pero inepta para construir nada… lo dice Bauman.
DICTADURA EMOCIONAL.
Muchos juicios políticos hechos desde las emociones.
Aptos para destruir ineptos para construir nada.
Bauman lo ha clavao!
Ángel Manuel, y las estadísticas de suicidio de las dictaduras capitalistas, ¿son fiables?
Aunque reconozco que en algunos países donde impera el capitalismo salvaje, como USA, es normal que se suicide menos gente, ya que antes mueren por arma de fuego, drogas, pobreza, falta de asistencia sanitaria… ¡si es que no le dan tiempo a la gente para suicidarse!
Os pregunto a todos. Cuándo la opinión pública ha denunciado un auténtico drama en España, la interrupción voluntaria de la vida adulta, el SUICIDIO.
En España hay más suicidios que accidentes de tráfico, laborales y homicidios juntos al año. 3.870 personas en 2013, la cifra más alta en 25 años.
Vivimos en una profunda crisis existencial, en realidad espiritual y por ende, de identidad.
Me sorprenden las contradicciones de los españoles. Lamentan que un chico se suicide, pero defienden la eutanasia o entienden el aborto como un derecho.
Lo siento, pero valorar la vida sólo se puede hacer en términos absolutos si queremos ser congruentes.
La moral inconsciente del español le impulsa a repeler desde las tripas no desde la cabeza. Pues bien, situemos a los españoles frente a sus contradicciones, sacudamos sus conciencias a golpe efectivo de sentido común.
Si defienden el aborto por qué no abortan, si defienden los derechos de las mujeres por qué olvidan los derechos de las madres, si defienden la libertad sexual por qué recurren a la pornografía, por qué maldicen a la Iglesia y llevan a sus hijos a colegios concertados o a bautizarse, y por qué maldicen su Historia y piden a los extranjeros que aprendan su idioma.
Ante este trágico suceso, lamento que este niño no haya tenido ayuda para evitar el suicidio. No culpabilizo a los padres, que ya estarán sufriendo mucho, pero me hace gracia las enormes CONTRADICCIONES de una sociedad que lamenta este suceso pero no analiza las causas espirituales de un chico que no puede agarrarse a la supervivencia porque puede que no se le hayan transmitido de sentidos últimos de la existencia.
Esta sociedad silencia dos realidades que la comprometen las depresiones y suicidios, que exponen una sociedad espiritualmente muerta.
Hoy al contrario que en el pasado el suicidio es epidemia.
Y en sociedades también materialistas como son las de los Estados socialistas, la tragedia tiene también equivalentes proporciones, con un agravante, la desintegración familiar es mas profunda y lo posibilidad de obtener ayuda de la familia menor.
El INE las publica, pero no son noticia, laa noticia es el acoso escolar pero no se analiza el suicidio ni las causas ultimas del suicidio y su hermana, la depresión.
Por supuesto, las razones para vivir que puede ofrecer nuestra cultura son tan escasas y pobres que delatan una grave enfermedad, la falta de sentido con la que vive.
Pedazo de reflexión, Ángel.
Está claro. Si queremos que las cosas mejoren, la sociedad debe cambiar. Hay que mirar menos a los políticos y mirar más en nosotros mismos, y a nuestro alrededor.
Somos parte del problema.
Me uno a Gonzalo. Y, como siempre digo, este país está lleno de gente válida como para largar a los politicuchos que ensucian el nombre de la política y elevar el nivel social a cotas europeas.
El problema es que los buenos sienten vergüenza de tener que trabajar con esta chusma.
Por cierto, los finlandeses y cía (Peterot) de suicidan por lo coñazo que es el invierno y las horas que pasan sin salir a desfogar. Si no me equivoco. Poco tiene que ver con la tragedia de este niño, que a muchos nos ha hecho llorar de rabia e impotencia por lo que tiene de sadismo y de desprecio a la vida.
nose si es inteligencia,pero por aki hay mucho cabron,a envidioso,a.
cosas de la españa profunda y negra.
no enseñeis a los niños acosar,lo hacen los padres a los forasteros,que les caen mal.