Juan José Pastor Comín. Profesor titular de Universidad en la Facultad de Educación de Ciudad Real por el área de Música.- La Universidad de Castilla-La Mancha ha inaugurado el año 2016 con la carrera electoral hacia su Rectorado. Por primera vez en la historia de nuestra universidad uno de sus candidatos, el profesor Francisco Quiles, ha presentado abiertamente, en un ejemplo de transparencia y honestidad, al equipo de vicerrectores que le acompañará en su gobierno si así lo decide la comunidad universitaria.
No puedo sino agradecer profundamente al profesor Quiles su confianza en mi para desempeñar las responsabilidades del Vicerrectorado de Estudiantes y Campus de Ciudad Real. Solo el hecho de poder compartir durante los pasados meses preocupaciones e ilusión con todos los compañeros que conforman esta aventura constituye ya una de las mejores experiencias de mi vida profesional. Conocer a un excelente grupo de colegas extraordinariamente comprometidos con la institución, que han sido o son Decanos de Centros o Directores de Departamentos e Institutos de Investigación, y compartir con todos ellos un proyecto plural y coherente para la universidad ha sido –está siendo- una oportunidad profundamente enriquecedora.
Conozco bien los sacrificios personales y profesionales que una responsabilidad de esta naturaleza conlleva. Desde el año 2003 al 2011 fui Coordinador de Actividades Culturales primero y Director Académico del Vicerrectorado de Campus de Ciudad Real y Cooperación Cultural después dentro del equipo de Ernesto Martínez Ataz. Aquellos años de intenso trabajo me hicieron muy consciente de la necesidad de una universidad integrada en la vida de la ciudad, circunstancia de especial relevancia hoy que lamentamos un alarmante descenso continuado de estudiantes en todos nuestros campus y cuyas consecuencias no son, en modo alguno, nada desdeñables para la vida económica de cualquier ciudad.
Hace unos meses tuve ocasión de pronunciarme en estos mismos medios sobre las acciones necesarias y los caminos a los que se había renunciado para introducir a la UCLM en las etapas educativas previas. En unos días el programa de Francisco Quiles definirá las acciones que, tras un largo proceso de reflexión, participación y consulta, tratarán de encauzar una promoción que en estos últimos cuatro años ha resultado fallida. Hoy, sin embargo, trataré de acercarme a las olvidadas condiciones del campus, instrumento imprescindible de la vida universitaria y cuyo cuidado carece de una responsabilidad clara en el actual equipo de gobierno. La articulación de vicerrectorados propuesta por la nueva candidatura hace nuevamente visible la realidad de “Campus de Ciudad Real”, “Campus de Toledo”, etc., es decir, de una herramienta esencial dispuesta a la coordinación y gestión de los servicios y la actividad común, subrayada en los últimos años con la aparición y reconocimiento de los Campus de Excelencia. En este sentido muchas de nuestras universidades vecinas contemplan modelos estratégicos de organización y gestión de sus campus universitarios con el fin de garantizar la eficiencia y calidad de sus servicios y de potenciar la actividad común. El crecimiento orgánico y coordinado del campus debe levantarse sobre su dimensión urbana, el cuidado de su infraestructuras y la organización de los espacios de docencia, investigación y desarrollo tecnológico; la actividad cultural y el asociacionismo;y las relaciones institucionales que puedan mejorar no solo sus condiciones físicas sino el impacto y la integración de sus actividades en la ciudad a través de nuevas fórmulas imaginativas y convenios que rindan real nuestro compromiso social.
Un Vicerrectorado de Campus debe comprometerse con las actividades de cada uno de sus centros y alentar la gestación, coordinación, divulgación, presentación y participación en las mismas; procurar, en definitiva, instrumentos y recursos de una vida universitaria común para todos nuestros colectivos –Personal de Administración y Servicios, Personal Docente e Investigador y Estudiantes−, que resulte especialmente atractiva para nuestros jóvenes en fuga y que, al mismo tiempo, revierta sobre el tejido social de la ciudad, pues no olvidemos que nos mantenemos sobre la financiación pública.Por ello debemos esforzarnos en disponer de los medios adecuados para recuperar una presencia de la universidad muy debilitada en los últimos años: estudiemos y fomentemos las vías de transporte ecológico que nos vinculen a la ciudad; aspiremos a que nuestras carreras solidarias crucen la ronda y alcancen la plaza; a que nuestros centros –como algunos año tras año hacen por si mismos− transformen con su actividad la realidad de la ciudad; a que nuestras investigaciones encuentren su divulgación entre los ciudadanos.Durante siete años el Aula Cultural Universidad Abierta –en estos cuatro años cerrada y tutelada desde otro campus de la región− tuvo una intensa actividad que Ciudad Real todavía hoy demanda. En este sentido hay fórmulas que se atreven a desarticular las restricciones económicas y que deben permitir su necesaria recuperación como espacio de divulgación científica, artística y cultural; escenario para el debate crítico y la participación ciudadana; lugar de convivencia entre distintas generaciones y etapas educativas; y espacio de relación con Conservatorios, Escuelas de Arte, museos y medios de comunicación.
En definitiva: recuperemos el aliento y devolvamos el nombre de la UCLM a la conversación familiar de nuestras cenas: “Ayer la universidad trajo a su facultad…”; “hoy la UCLM hizo en la Plaza…” y, sobre todo, “Mañana la UCLM organiza en…”. Hagamos de ese mañana un proyecto común. Solo así será posible que nuestra universidad haga ciudad y que la ciudad sea universidad. Construyamos un campus para la ciudad real: el Campus de Ciudad Real.