Medio siglo de atletismo en Puertollano se recorre en una exposición fotográfica que hace un año por los cincuenta años del Cross del Chorizo, la prueba más antigua de Castilla-La Mancha que nació de la mano de Francisco Sánchez Menor y todavía sigue siendo un referente deportivo cada mes de enero.
El Patronato Municipal de Deportes ha organizado esta muestra en el Museo Municipal que sirve de homenaje a los hombres y mujeres que han edificado el atletismo en esta ciudad.
Las fotografías, expuestas hasta el viernes 22 de enero, hacen un itinerario desde su inicio en el año 1967, año de celebración de la primera edición de esta carrera, hasta el año 2001 han sido recopiladas por Francisco Sánchez Menor y Francisco Carrasco a través de donaciones de distintos fotógrafos, mientras que de 2002 al 2015 son instantáneas de José Luis Céspedes, antiguo presidente del Club Atletismo Puertollano.
Una carrera que nació en 1967
Como narra Eduardo Egido en su biografía sobre Sánchez Menor, el 23 de enero de 1966, el atleta marcha con un grupo de alumnos al cerro de Santa Ana para celebrar el día del chorizo y propone a los muchachos que el año siguiente podrían organizar una carrera a pie cuyos premios consistieran en ristras de chorizos. Con esta iniciativa se quiere aunar una importante tradición popular de nuestra ciudad con la práctica del deporte y de este modo incentivar el cultivo de ambos acontecimientos.
Sánchez Menor, en calidad de jefe de actividades deportivas de la Delegación Local de Juventudes, madura los pormenores de la futura competición y el domingo 23 de enero de 1967 se dan cita cincuenta corredores en el Paseo de San Gregorio, emplazamiento que se considera idónea porque es el centro neurálgico de la ciudad, todos ellos masculinos habida cuenta de que en aquella época el atletismo contaba con escasa participación femenina, para poner los cimientos de esta competición que, andando el tiempo, se convertiría en la prueba atlética señera de Puertollano.
La ristra de chorizos
A lo largo de medio millar de fotografías se pueden contemplar el paso del blanco y negro al color y algunas de sus curiosidades, como la entrega de una ristra de chorizos a los ganadores de las distintas categorías, que permite después ser degustados en familia o con los amigos.
En las primeras ediciones se entregaba también una corona de ramas de olivo, a semejanza de las coronas de laurel que recibían los atletas de la antigua Grecia; posteriormente, estas coronas fueron sustituidas por trofeos cuando el presupuesto lo permitió. La participación femenina comienza en 1970 y mantiene su presencia de modo intermitente hasta 1977 en que lo hace de manera fija.
Tres emplazamientos
El emplazamiento ha recorrido diversos escenarios. Las tres ediciones primeras se celebraron en el Paseo de San Gregorio, y en 1970 la prueba se traslada a los descampados de la barriada de las “630” que contaban con una mayor amplitud para acoger el incremento de participantes.
Finalmente, en 1995 la prueba se traslada al parque del Pozo Norte –que, paradójicamente, se encuentra en el sur de la ciudad- donde permanece en la actualidad. Un dato curioso es que en 1972 tuvo lugar en la vecina población de Brazatortas debido a un problema del calendario deportivo.
Desde 1979 organizado por el Ayuntamiento
Hay que reseñar que la organización de la prueba corre a cargo de la Delegación de Juventudes durante 12 ediciones y que a partir de 1979 es el Ayuntamiento, a través de su Área de Deportes la que dirige su organización, siempre con la impagable colaboración de numerosos voluntarios.
Todas las Corporaciones del Ayuntamiento, por medio de sus alcaldes, concejales de deportes y técnicos municipales han brindado un apoyo sin fisuras a esta destacada competición que engrandece una de las tradiciones más inveteradas de la ciudad, la celebración del día del chorizo
Titulo Un dato destacado es que la apuesta institucional ha tenido una sobresaliente respuesta: en las 49 ediciones celebradas han participado un total de 31.291 corredores y corredoras, que han escrito páginas gloriosas sobre el esfuerzo de los atletas para superarse a sí mismos.
En todas ellas, sin faltar a ninguna, aunque a veces hiciera acto de presencia con la salud quebrantada, se ha podido distinguir la activa participación de una figura menuda en tamaño y entrañable en su entrega, la del creador de la prueba Francisco Sánchez Menor.