Arte y anorexia

joseRivero2La actualidad del Arte, es siempre paradójica. Y  llamativa. Y no se trata solo de Ferias y Certámenes Artísticos. Como si el Arte, de suyo, fuera siempre un asunto intemporal que no acepta calendarios ni relojes.
Y rara vez, acepta programas

Entre la llegada anunciada a Ciudad Real del ‘legado Carlos Vázquez’ y el seminario de la Facultad de Letras ‘Arte y canibalismo’, quieren despertarnos el apetito.

O quieren quitarnos el hambre.

De Carlos Vázquez, se pueden decir muchas cosas de valor variable. Como su pintura misma.

Por su carácter burgués, su tipismo tópico, su imaginería melodramática, su éxito social reconocido, sus amores (¿…?) no reconocidos con Raquel Meller, sus peripecias de la Guerra Civil y sus exaltaciones heroicas de Queipo primero y de Franco después.

Es raro ahora el interés local por el Hijo predilecto del año 1944, año de su muerte en Barcelona.

Pero llamarle, como hace el concejal Herrera «un quijote manchego en la sociedad burguesa de Barcelona«, parece excesivo.

O parece un recurso tópico y fácil. Y un brindis equivocado.

Tan excesivo como la tardía (setenta y un años después) reivindicación de ‘Su museo Propio‘.

Donde exhibir su legado y las pocas piezas pictóricas disponibles.

Si en mayo de 1969, en un texto publicado en Lanza y denominado ‘Evocación de Carlos Vázquez’ se decía que «las principales obras de Carlos Vázquez, se encuentran fueran de España«, ¿qué es lo que puede quedar en 2015?

¿Valor de uso o valor de cambio? Si todo lo valorable está vendido.

«Esta dicotomía, decía Vicente Verdú días pasados, que convive en el mundo de los objetos reina también entre las obras de la cultura. Hay, efectivamente, escritores o pintores que poseen un alto valor de uso pero un escaso poder de cambio. Son aquellos que nos procuran muchas ideas pero que luego, por unas u otras razones, no los citamos como referencias».

«Si las principales obras de Carlos Vázquez, se encuentran fueran de España«, ¿qué es lo que puede quedar en 2015?

Y de lo poco que queda en Barcelona, ¿qué  es lo que mandarán a Ciudad Real, señor Herrera?

Las migajas, tal vez.

Unas migajas que se confunden con el mobiliario, las condecoraciones, las insignias y con otro menaje doméstico.

Por lo que se entiende la pretensión del Departamento de Arte de la Facultad de Letras, de regalarnos con un tema tan apetecible como el Canibalismo en el Arte.

A falta de pan, nos hacemos caníbales.

Como los náufragos hambrientos de ‘La balsa de la Medusa’ de Théodore Gericault, de 1819.

Que es un caso  visible de la artisticidad del canibalismo.

Junto a algunas otras recreaciones de Saturnos devoradores y hambrientos. Desde Rubens a Goya.

O el proverbial ‘Canibalismo en otoño’ de Salvador Dalí de 1936. Que ya se sabe que fue un año dado al canibalismo de guerra.

Igual que se sabe que Dalí poetizó y teorizó sobre la ‘belleza terrible y comestible‘.

‘Canibalismo en otoño’ de Salvador Dalí, casi como ahora mismo.

José Rivero
Divagario

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