Fermín Gassol Peco.- Francisco Piquer Rodilla fue un sacerdote turolense que en el año 1702 fundó en nuestro país el Monte de Piedad. Una institución benéfica que se dedicaba a prestar dinero en metálico a las personas más empobrecidas tomando como única garantía sus pertenencias; fue una manera de protegerlas hacia la usura galopante que por entonces dominaba el negocio de la banca.
Las Cajas de Ahorros, hijas crecidas de los Montes de Piedad, fueron hasta hace un par de años unas instituciones de crédito sin ánimo de lucro, motivo por el que debían destinar una parte de sus dividendos a fines sociales; estaban representadas por impositores, empleados y administraciones públicas en la Asamblea General, órgano superior de gobierno.
Los bancos siguen siendo entidades privadas dedicadas a la compra venta de dinero, con el único afán de lucro. Personas físicas o jurídicas invierten sus muchos o pocos dineros en acciones para obtener un beneficio. Se trata de un negocio en el que existe una inversión y por lo tanto un riesgo. Gracias a ellos, los impositores pueden sacar una determinada rentabilidad a sus ahorros, que ahora mismo es prácticamente nula y siempre menor que la obtenida por el banco cuando presta, ahí está su margen financiero y sus ganancias, que se reparten entre los accionistas en forma de dividendos. Es decir, que las diferencias entre cajas y bancos radican tanto en los fines como en su propia idiosincrasia fundacional y representativa.
Como habrán observado he utilizado los tiempos de pasado y presente; de pasado para referirme a las Cajas y de presente para los bancos y así significar el extremo de que las entidades que representaban la dimensión social, han acabado absorbidas o trasformadas hoy en entidades de lucro, salvo alguna rarísima excepción debido a su tamaño, que no a otra cosa.
Cuando hablo de este tema, lo hago inevitablemente desde mi experiencia profesional de más de veinticinco años en una Caja de Ahorros, que fue referente de decencia, modestia, buen hacer y de dimensión social…”hasta que llegaron ellos”, que denunciaría Rafael Amor, los que trincaron sin medida. Hasta que un maldito día, entraron en nuestra casa porque así la teníamos, empleados y clientes, unos intrusos ajenos al negocio. Ocuparon los primeros sillones y empezaron a cobrar cantidades impresionantes… por no hacer nada. Eran los enchufados, políticos y sindicalistas. Empezaron a llevarse a cabo unas estrategias propias del peor enemigo, a marcarse distancias entre compañeros, el ambiente se enrareció y comenzó también una escalada en la venta de productos muy complejos difícilmente entendibles para el cliente.
Hablar hoy, ya desde las lejanías, tanto de mi situación de jubilado como de una Caja ya extinta, me produce cierta añoranza y un inmenso dolor.
Las Cajas de Ahorros han sido durante lustros, auténticos salvavidas en muchos casos y “enzimas económicas” en otros, que facilitaron el crecimiento social. Trabajar en una Caja de Ahorros constituía un orgullo porque era hacerlo en una familia y si además, quien lo hacía tenía conciencia social…disfrutaba viendo cómo esos dividendos eran de dimensión social.
Lo doloroso viene después. Lo que un día fue una manera de hacer llegar a la sociedad la rentabilidad obtenida en forma de Obra Social, se acabó convirtiendo en un avispero en el que políticos y sindicalistas metieron sus garras hasta dejarlas escuálidas, de manera directa o indirecta con préstamos e inversiones alejadas del rigor crediticio…con la ausencia o anuencia de la autoridad monetaria.
Y aquí no vale justificar esa dejación o ausencia diciendo que se trataba de un asunto interno en entidades privadas, porque de privadas, nada. Que una Caja de Ahorros nunca lo fue, a diferencia de los Bancos.
Como dato ilustrativo adjunto cuadro de retribuciones obtenidas por veintisiete Consejeros políticos en una gran Caja, estos guapos de la vida en el año 2011.
R. R.[PP: 2.436.000 euros], Á. A [PP: 163.000], P. B. P. [CC.OO: 308.000], F. B. N. [CC.OO: 317.000], L. B. B. [PP] 178.000, J. M. F.[PP] 672.000, R. F.G. [Bancaja] 307.000, J.G. F. [PP 265.000), J. G. M. [ PSOE], 339.000); A. G. G. [ PP 214.000]; M. de la M. [PP], 376.000), J. P. [PP] 204.000), R. P. [ PSOE] 302.000); J.M. de la R. A. [UGT], 202.000;) E. R.-P. [PP], 355.000) M. R. I. [PP], 374.000], R. R. de T. [PP] 270.000, J. M. S. del T. [Cruz Roja] 235.000), A. T. J. [PSOE] 409.000), A. D. V.[PP] 307.000), J. L. O. [PP] 1.764.000), A. F. [CEOE] 278.000), J. Ll. P. [Grupo Zeta] 367.000;) F. J. L. M.310.000), J. A. M. S. [IU] 522.000); J. M.) S. P. [PP] 387.000; V. Z.[PSOE]366.000). O sea un total de: 11.761.000 €
La desaparición de las cajas de ahorro ha sido pues un exponente formidable del abuso que la política y los políticos de todos los colores han mantenido sin tino. Su muerte ha sido también y sobre todo consecuencia de la falta de rigor en la concesión y análisis de las operaciones de riesgo en las alturas, ese rigor que se exigía a los directores de oficina tomando duras represalias si la operación fallaba, rigor que ellos, en muchos casos se saltaban a base de poderes… y presiones de distintos ámbitos. Era el divertido juego de unos “guapos” ataviados con caros trajes, encendidas corbatas, abrillantada gomina y tarjetas de crédito de fácil y gratuita firma. Pero lo más doloroso de todo esto es que este desmadre,hubiera sido impensable en cualquier banco. (Bankia ha resultado ser una broma política demasiado pesada para poner fin a un icono financiero como fue Caja Madrid.) Si el padre Piquer levantara la cabeza…
Don Fermín, con su permiso, me pongo de pie y le aplaudo.
¿En qué momento se jodieron las Cajas?
Cuando dejaron de ser la Banca de las personas humildes, para convertirse en una herramienta de poder para los políticos; cuando en vez de atender las necesidades financieras de la clase trabajadora, fueron utilizadas como medio para el cambalache político; cuando en lugar de profesionales y honestos gestores, fueron regidas por gentecilla que carecía preparación, ayunos de moral y principios que no fueran el «me lo llevo». En resumidas cuentas, cuando los políticos pusieron sus manos sobre ellas.
Políticos de todo signo. Me causa asombro como sindicatos y partidos de izquierda han salido de rositas del expolio de las Cajas, pareciera que todo es Bankia y Rodrigo Rato. Y me causa vergüenza y asco ver como ningún responsable de este expolio ha pagado sus culpas; incluyendo el Banco de España, pues como usted comenta, don Fermín, mucho de lo sucedido acaeció por omisión (cuando no acción) del deber de vigilancia y control de esta entidad. No hubieran podido venderse preferentes sin el beneplácito del Banco de España, por ejemplo.
Como digo, ningún responsable ha purgado sus culpas. Debe de ser porque TODOS están en el pecado. Al fin y a la postre, aquí los únicos que hemos pagado somos los ciudadanos con nuestros impuestos, y de paso hemos endeudado a nuestros hijos y nietos.
Y han sido, precisamente, las Cajas las que nos han costado la ruina para futuras generaciones.
Que Dios guarde en su gloria al Padre Piquer.
Gracias Censor. Buenas observaciones.
Uzura
Estupendo articulo, Fermín
Gracias maestro.
Este viaje que nos narras, va del Padre Piquer al padre Vallejo Balda, digno representante de la vida opulenta, del poder y de las malas compañías vaticanas, como dice la prensa este fin de semana.
De un origen prístino (Piquer), a un final enlodado por haber ensuciado todos aquellos principios y normas que deberían cumplir tanto los hombres de Fe (que mira que me escuece escribir eso, y más en este fin de semana contra los machismos –cuándo tendremos mujeres de Fe en los altares-), como los hombres y mujeres que guardan nuestros dineros.
Esta historia de las cajas (que ya sabemos no tendrá un final feliz para los ciudadanos que confiamos en ellas) es una historia de degeneración, de abuso de poder, de deshonra, POR SUPUESTO de delito flagrante, de egoísmo, de avaricia y, sobre todo y, por encima de todo, de absoluto desprecio a los ciudadanos que confiaron en unos hombres y mujeres “honrados” que hacían todo lo posible por cuidar aquello que centra los pensamientos de todos: el dinero, el puñetero dinero sin el cual no somos nada….
Desde luego es, también, una historia de dejadez, de desinterés, de desconocimiento y pasotismo por parte de todos los ciudadanos que veíamos y no queríamos denunciar, que veíamos y no queríamos parar, que veíamos y mirábamos hacia otro lado. Porque los que estamos en la calle, en las administraciones y en las empresas no hemos sido ajenos a esto. Hemos visto todo tipo de negocios imposibles ponerse en marcha con la financiación de las cajas, hemos visto ponerse en marcha proyectos públicos absolutamente inútiles con el dinero de las cajas y hemos visto cómo los consejos de administración se llenaban de paletos con poder omnisciente sobre el dinero de las cajas (el dinero de todos).
Es verdad que no podíamos meterles mano como individuos que somos pero, año tras año les votamos (PP y PSOE) y les dimos carta de legalidad para que siguieran haciendo lo que hicieron porque ¿Quién se metía en ese jardín?
Ahora que todo empieza a cambiar, solo pido una cosa a los lectores: que en estas próximas elecciones no se vote a ningún partido que haya tenido imputados o juzgados en cualquier caso de las cajas de ahorros españolas rescatadas con dinero público. Que tanto PP como PSOE (dejo aparte partidos de otras comunidades autónomas que no afectan a Ciudad Real) paguen bien caro su “savoir faire” en estos últimos años en los que han esquilmado los fondos públicos en beneficio de los propios partidos y sus miembros más deleznables.
Que a la gente le quede claro que no se puede votar en conciencia a quienes aún no han purgado su pena y casi no han pedido perdón por ello. 72.000 millones de euros en rescates es muchísimo dinero para ir tranquilamente a las urnas a darles continuidad. Al menos para el que escribe.
Recupera Savater en su nuevo libro «Aquí viven leones» a Flaubert y una frase suya de «La educación sentimental» que dice: «era tan corrupto que hasta pagaría por venderse».
La realidad, de nuevo, ha superado la ficción, porque algunos de los que hablamos, hasta pagaron…
Hay una entrevista muy guapa, en El País, de Borja Hermoso a Savater hoy. Creo que a muchos les va a dar hambre de lectura.
Gracias Blisterr por tu colaboración. El viaje que narro, al que te refieres, es el de la condición humana en este estado social tan licuado que nos estamos dando. Saludos.
Blisterr:
Es que hay algo que se llama seguridad jurídica, la certeza en el respeto y cumplimiento de la ley. La prosperidad de un país está íntimamente ligado a la seguridad jurídica. La gente no invierte su dinero en sitios donde el capricho del político de turno, manifestado a través del BOE, puede arruinar su inversión. Del mismo modo, el que nadie haya pagado por lo sucedido con las Cajas tiene como consecuencia que mañana puede volver a suceder, el riesgo moral aumenta.
Una Justicia independiente y seguridad jurídica; sin estas dos cosas, siempre seremos un país de medio pelo.
Lleváis razón los dos Peterot y Censor. Por un lado la ley no es igual para todos, la Justicia no es ciega (empezando por el CGPJ) y las referencias a la época de la dictadura siempre son para poner en cuarentena.
Aún así, nos estamos refieriendo a un periodo que empezó con las CCAA en plena democracia y en pleno declive del interés de los ciudadanos por la política. Y por ello estamos pagando ahora.
Si nuestra cuenta la revisamos una y mil veces a ver si nos han tangado un céntimo en una comisión ¿Por qué narices les dejamos que nos tangaran 72.000 millones?
Y eso, amigos, es cosa nuestra. Es una responsabilidad que no quisimos asumir y que ahora se les echa en cara a los nuevos partidos por querer asumirla. La intervención ciudadana es más necesaria que nunca. Porque estamos hablando de los NUESTRO, lo común, lo de todos, lo que sale directamente de nuestro sueldo.
La mitificación de un pasado supuestamente glorioso, y que encima coincidió en buena medida con una dictadura que era pura corrupción, me deja siempre con la mosca detrás de la oreja. No me la creo. Los muertos lo aguantan todo.
Más bien pienso que lo de las cajas ha venido por una gravísima crisis financiera e inmobiliaria que golpeó a las instituciones peor gestionadas y sacó a la luz lo que yo imagino que ya existiría desde bastante antes. Les pillaron.
En ese sentido, las cajas han quebrado precisamente en parte por ofrecer dinero a manos llenas a todo aquel que quería préstamos inmobiliarios (fueran contratistas o no), algo en principio positivo para el ciudadano.
Aunque ha habido cajas que han quedado fuera del proceso lo que parece evidente es que el sistema de gestión dejaba la suficiente libertad como para que se hicieran todo tipo de abusos sin control alguno por parte de la propia institución. Mientras fluía dinero todos miraban para otro lado como si los ocupantes de su gestión fueran una secta ignota.
Peterot:
No es mitificación. Es que las Cajas, los antiguos Montes de Piedad eran eso, los bancos de los pobres. La gente empeñaba sus alhajas, incluso sus ropas, recibiendo a cambio un dinero que no conllevaba el pago de intereses. Lo más bello, bajo mi punto de vista, es que estoy seguro de que el dinero recibido, además de ser muy bien empleado, creaba riqueza y contribuía a la prosperidad de los más humildes.
Sobre la quiebra de las Cajas, no te quito razón, aunque sigo pensado que de haber mantenido su esencia original y no haber sido mancilladas por los políticos, hoy en día, con la crisis actual, estarían dando un gran servicio.
Resulta curioso que la creación de cajas de ahorros la inspirara un ciudarrealeño liberal moderado en el siglo XIX, Diego Medrano Treviño y que su principal impulsor en La Mancha fuera un regeneracionista miguelturreño como fue Francisco Rivas Moreno. Estoy seguro que si Rivas Moreno levantara la cabeza y viera lo que han hecho hoy, se volvía a morir.
Los políticos de hoy no tienen ni un gramo de sentido histórico.
¿Y de futuro? Porque la impresión que trasmiten es la de ser malos gestores de lo que se encuentran, pero nunca «profetas» que iluminan el mañana. El momento de «antítesis» política y social es preocupante.
¡Bendito sea Dios! Lo suyo ya es vicio, don Ángel. ¿Hay algo que usted desconozca de la historia de nuestra ciudad?, ¿algún legajo que no haya pasado por sus inquisitivas manos?
Creo que no, lo cual es de agradecer. Y mucho.
Cuando llegó la borrachera inmobiliaria y creció el vicio del ladrillo, muchos profesionales y bastantes gestores propiciaron amistades peligrosas con los políticos y los sindicalistas. Lo intrigante de esta conducta es que no puede ser atribuida a que se careciese de información de que algo estaba funcionando mal.
El artículo de Fermín es un testimonio de primera mano de lo que sucesió que da para reflexionar, por más que los historiadores -tan cicateros ellos- pongan con frecuencia estos documentos entre paréntesis. A mi me hubiera gustado que hubiese dedicado un párrafo más a los supervisores, esos hombres que detectaron que algo olía a podrido pero que no fueron escuchados por el Banco de España. Este, para no contrariar a los gobiernos de Zapatero y Aznar prefirió contarnos que nuestro sistema bancario era el más solvente de Europa. Nos lo creímos y así nos fue. Alguien ha dicho que la ceguera de la supervisión no fue tan inocente; pero reflexionar sobre este asunto nos metería en berenjenales y nos llevaría demasiado lejos.
Los ciudadanos también fuimos complacientes. Por más barrabasadas que hiciera Jesús Gil y cientos de jesuses giles, jamás se les castigó en las urnas como era debido… Blisterr tiene razón. El dinero fácil corrompe. (¿Para qué pinchar la burbuja si todos, en mayor o menor escala, sacamos partido?)
Pero tampoco conviene ponerse un parche en los ojos como si el mal acabare de producirse y como si las cajas de antes fueran inmaculadas. Aquí, en Ciudad Real, tuvimos hace una década el asunto de la Caja Rural, sobre el que no se ha reflexionado lo suficiente. Más si se tiene en cuenta que hay nombres que se repiten en este caso y en el de la quiebra de Caja Casilla la Mancha.
Algunos economistas piensan, además, que hubo fusiones equivocadas y que la bancarización de las cajas agravó el problema. Gracias, Fermín y Cía, Isidro incluido por supuesto, por habernos obligado a reflexionar sobre la banca y sus problemas… Y sobre la condición humana.
Agradezco todas las colaboraciones, que en este caso, han ilustrado y mucho…el artículo.