Eusebio Gª del Castillo Jerez.– La historia de Elmokhtar es la de tantas otras personas víctimas del zarpazo de la crisis económica que resquebrajó la sociedad española. Perdió su trabajo de ayudante de grúas por un ERE en la empresa que trabajaba. De eso hace 3 años, o más, ya no lo recuerda con exactitud. Desde entonces todo se torció, y la hipoteca de la vivienda que con tanta ilusión había comprado en Ciudad Real acabó por asfixiarle. Tras muchos meses de sufrimiento todo ha acabado porque, gracias a la ayuda de Afectados por la Hipoteca de Miguelturra, esta mañana ha firmado con Bankia la dación en pago de sus deudas y un alquiler social por tres años.
Elmokhtar, inmigrante de nacionalidad española, compró un piso con su mujer, Fatiha, en Ciudad Real. Fue un momento de gran dicha para esta familia que afrontaron con mucha ilusión. Pero cuando llegó la crisis Elmokhtar perdió su trabajo en Grúas Cambronero. A partir de entonces sus perspectivas comenzaron a desmoronarse.
Mientras cobraba el subsidio por desempleo fue abonando como pudo las cuotas de la hipoteca, hasta que, hace cosa de un año, le resultó imposible. Una experiencia angustiosa de la que, gracias al colectivo antidesahucios de Miguelturra, ha podido dejar atrás. «Me han ayudado mucho y siento alivio, un alivio muy grande por quitarme esta carga de encima». Sus palabras reflejan una gran felicidad fruto del desahogo. Una sensación que, reconoce, «no se puede pagar».