Miguel Ramírez Muñoz. Coordinador Provincial de IU Ciudad Real.- El próximo 7 de octubre se celebra la Jornada Mundial por el Empleo Decente, un día en que se denuncia la creciente precariedad y degradación del empleo en todo el mundo, y que no es más que una de las consecuencias lógicas de tantas reformas inducidas desde el FMI especialmente.
Los datos de empleo y seguridad social dados a conocer hace pocos días, demuestran como 5 años de reformas, dejan un panorama en que el empleo estable es una especie en vías de extinción, y donde los nuevos gurús del neoliberalismo persisten en inducirnos a asumir como una amplia gama de oportunidades el hecho de la precariedad laboral, la movilidad y los salarios bajos como acicate para superarse, cuando en realidad son salidas a la desesperada para millones de jóvenes y menos jóvenes a los que se les han hundido el mundo laboral que conocían.
El Gobierno de Rajoy y del PP nos dicen que mejor un empleo precario que seguir en el paro, pero ésta no debe ser la respuesta de un gobierno a un drama tan enorme como el desempleo. El dilema entre un mal empleo o el paro pasa de ser una salida temporal, a un modelo estructural de sistema económico y productivo, que basa en la degradación de las condiciones laborales el margen de beneficios de las empresas.
Es el perfeccionamiento de la explotación del hombre por el hombre, su etapa de mayor deshumanización, y así lo vemos cuando personal sanitario tiene contratos por horas, días o guardias, de tal forma que no sabe si al acabar su turno de trabajo se irá al paro o sin apenas descansar tendrá que volver al trabajo, o cuando se impone en el mundo anglosajón el contrato de 0 horas, es decir, disponibilidad absoluta las 24 horas del día a la empresa y sin remunerar.
En la maquina alemana se han multiplicado el número de subempleados, empobrecidos y las bolsas de marginalidad, en el que cerca de 700.000 pensionistas tienen que recurrir a trabajos temporales para cubrir su exigua pensión.
La persistencia de estas medidas de precariedad laboral ya empiezan a tener sus efectos en otros soportes sociales, como la aceleración del agujero en las cuentas de la Seguridad Social y de la reserva de pensiones, así como en un paulatino deterioro de los sistemas de servicios sociales, educación y sanidad públicos.
El resultado final de todo ello, es que se avecina una nueva crisis de empleo, de deuda pública y de perpetuación de las desigualdades sociales. El Banco de España, acaba de rebajar la previsión del crecimiento del PIB en el tercer trimestre de 2.015, a pesar de un verano de turismo de record de visitantes, y en el que por paradojas del sistema, la situación humanitaria convulsa en Oriente Medio y el Norte de África se transforma en una expectativa de negocio para España.
Frente al escenario del mal menor que plantea el Gobierno, desde IU y otras fuerzas en Europa planteamos un nuevo modelo de democratización de la economía, a través del reparto del empleo y de una mejor redistribución de la riqueza, y por estos motivos se están celebrando las Euromarchas a Bruselas, para demandar un futuro con dignidad para todos, y donde el Trabajo Garantizado, y un sistema productivo adaptado a las necesidades de la sociedad y las posibilidades del planeta, sustituya a este sistema neo-liberal depredador de recursos y que se muestra incompatible con la democracia y la dignidad de las personas.
Por eso este 7 de octubre, IU estaremos en los actos reivindicativos por un empleo decente, y contribuiremos al éxito del próximo 22 de octubre en una Jornada General de Movilización convocada por centenares de movimientos sociales, políticos y ciudadanos.
Efectivamente las reformas laborales efectuadas primero por el PSOE y después por el PP tan sólo han tenido un objetivo: degradar las condiciones laborales de los trabajadores para que los grandes empresas aumenten sus beneficios en una escalada en principio sin fin.
Es cosa del neoliberalismo que nos gobierna desde el 78, año en el que se debio de producir una ruptura por parte de una izquierda anticapitalista (por aquel entonces movilizada) que sin embargo aceptó monarquia y concordato de la iglesia.¿De que nos quejamos ahora?.
Es cierto, nadie puede negar que las condiciones laborales en España han empeorado. La precariedad, los sueldos bajos y las jornadas diarias interminables son el pan nuestro de cada día en la empresa privada. A todo ello hay que añadir la presión que sufren todos aquellos que tienen trabajo, debiendo transigir con casi todo para conservar el empleo.
Pero si esto es cierto cuando hablamos de la empresa privada, no lo es tanto si se trata de los funcionarios y de la clase política que vive del presupuesto público. A los primeros se les quitó una paga doble que ahora se apresuran a devolverles; las próximas elecciones tienen la culpa. ¿Cuándo van a devolver a los trabajadores de la empresa privada las bajadas de sueldo, la pérdida de pagas dobles y otras rentas perdidas durante esta crisis? No olvidemos con qué dinero se pagan los sueldos de los funcionarios y de la clase política parasitaria.
La reforma laboral es mala para el trabajador, sí, lo es. ¿Por qué los sindicatos la han aplicado cuando han despedido a sus trabajadores? Si es tan mala…
Es cierto que vamos a una crisis de deuda, pero de cabeza. Uno de los motivos es el dineral gastado en la quiebra de la Banca Pública, las Cajas de Ahorro. En Bankia, antigua Caja Madrid, había un vicepresidente llamado José Antonio Moral Santín, comunista, que fue secretario general de Izquierda Unida Madrid. Medio millón de euros se gastó este sujeto con su tarjeta black. Hoteles de lujo y opíparas comidas en caros restaurantes era su manera de meditar cómo acabar con la explotación del obrero. Apoyando a Moral Santín en su lucha estaba en Caja Madrid un tal José Ricardo Martínez, secretario general de UGT Madrid; 180.000 euros del ala por ser consejero; cuya defensa de la educación pública consistía en llevar a sus hijos a un exclusivo y caro colegio privado de Madrid. Por supuesto, estos dos señores nada sabían de la ruina de Caja Madrid, su labor era otra.
En fin, el mayor ejemplo de lucha por los trabajadores lo encontramos en Andalucía, donde el dinero destinado a los parados era robado en proporciones industriales por los sindicatos; «mi hijo tie dinero pa’asar una vaca» dijo la difunta madre de D. Juan Lanzas, ugetista él.
La culpa, dice, es de las políticas neoliberales. ¿Dónde están esos neoliberales? Yo sólo veo socialistas en todos los partidos.
Por cierto, la creación del ya mermado Fondo de Garantía de la Seguridad Social se lo debemos al marxista-leninista José María Aznar López, no lo olvidemos.
Le deseo suerte, y mucho ánimo en la defensa de los derechos de los trabajadores, don Miguel.