El primer curso académico, después de seis años, en el que los estudiantes han realizado su matrícula en un marco normalizado tras concluir el proceso de Bolonia, arroja unas cifras de estudiantes matriculados en la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) prácticamente iguales a las del inicio de dicho proceso, con 26.327 estudiantes en el curso 2008-2009 respecto a 25.867 estudiantes en el 2014-2015.
Todo ello sin contar los estudiantes de doctorado en tercer ciclo y los de formación continua en títulos propios, con los que la Universidad regional alcanza una matrícula global de unos 30.000 estudiantes.
El curso académico 2014-15 ha sido el primero después de seis años en la universidad española en el que los estudiantes han realizado su matrícula en un marco estable, una vez concluido el denominado proceso de Bolonia iniciado en el curso 2008-09. Este proceso supuso múltiples cambios en la estructura y duración de las enseñanzas universitarias, los cuales influyeron considerablemente en el número de estudiantes matriculados en las universidades españolas. Así, por ejemplo, las antiguas licenciaturas e ingenierías superiores pasaron de 5 a 4 años, con la consiguiente pérdida de un curso completo de estudiantes matriculados, mientras que las antiguas diplomaturas e ingenierías técnicas pasaron de 3 a 4 años, con el efecto contrario al anterior sobre los estudiantes matriculados al añadirse un curso completo.
La Estadística de Estudiantes Universitarios correspondiente al curso académico finalizado 2014-15, hecha pública recientemente por el Ministerio de Educación, Cultura y Deportes, muestra que los cambios en la duración de las enseñanzas universitarias concentraron sus efectos positivos en los tres primeros cursos académicos (2009-10, 2010-11 y 2011-12) del proceso al cambiar los títulos universitarios de 3 a 4 años de una única vez, mientras que los efectos negativos sobre la matrícula se retrasaron para hacerse notar en los tres últimos cursos del proceso (2012-13, 2013-14 y 2014-15) al cambiar los títulos de 5 a 4 años de manera progresiva en el tiempo. Una vez concluidos estos procesos de implantación del proceso de Bolonia, el balance final es prácticamente neutral en su conjunto.
Las universidades públicas presenciales ganaron 31.655 estudiantes en el primer año del proceso Bolonia, 25.761 en el segundo y 21.450 en el tercero, mientras que perdieron 20.404, 20.075 y 37.221 en el cuarto, quinto y sexto. La UCLM presenta un perfil similar al resto de universidades públicas presenciales, acumulando subidas los tres primeros años del proceso Bolonia de 994, 937 y 314 estudiantes matriculados y experimentando un descenso los tres años finales de 188, 678 y 1.839, con la única particularidad de que el descenso del cuarto año (entre 2011-2012 y 2012-2013) fue más suave mientras que el descenso del sexto y último año fue más pronunciado (entre 2013-2014 y 2014-2015), por diferencias respecto al proceso de adaptación elegido.
La UCLM ha atravesado este complejo proceso manteniendo una matrícula estructural prácticamente constante, con 26.327 estudiantes en el curso 2008-2009 respecto a 25.867 estudiantes en el curso académico 2014-2015 (-460 estudiantes; -1,75%). En el conjunto de universidades públicas presenciales, el balance final ha sido de 1.166 estudiantes matriculados más después de los 6 años, equivalente a una variación de apenas el 0,10%. Destacan los incrementos de estudiantes universitarios en Andalucía (11.307), Cataluña (8.197) y Murcia (2.480), seguido de otro de grupo de regiones, en el que se encuentra Castilla-La Mancha, que básicamente mantiene posiciones (junto a Navarra, Madrid, Cantabria, Aragón y Valencia) con oscilaciones inferiores al 2%; y un tercer grupo que experimenta caídas más acusadas (5.913 en Galicia, 3.288 en Asturias, 2.670 en Castilla y León, 2.479 en Canarias, 1.677 en Extremadura y 1.619 en La Rioja y 1.010 en País Vasco).
Además de los factores indicados relacionados con la adaptación de la duración de las enseñanzas universitarias, otros aspectos que han influido negativamente en el acceso a los estudios universitarios a partir del curso 2012-13 vienen dados por los recortes en la financiación pública universitaria, la elevación de las tasas de matrícula de grado, el incremento de los precios públicos de másteres universitarios y la reducción y el endurecimiento de las becas para estudiantes universitarios.