¿Son populares los Festejos feriales, así llamados? O ¿sólo son populistas y populacheros? ¿A qué aluden las figuras acartonadas, usuales en desfiles feriales, de los Gigantes y de los Cabezudos?
Más allá de ciertas notas que se quieren históricas, y no lo son tanto, de conquistas y derrotas, de charangas y murgas, de comparsas y pasacalles, el desfile ceremonial de cabezas acartonadas y de artificios con armazón de madera y sayas volantes, relata una historia oculta de poderes cambiantes.
Nobleza de Gigantes y comicidad de Cabezudos, componen no sólo un enfrentamiento o un choque, sino una suerte imposible de ‘Final de la Lucha de Clases‘.
Más aún, y hoy más que ayer, relatan el final posible de las viejas Clases Medias. Pilladas y sorprendidas entre la Plebeyez ordinaria de los Cabezudos y la Altanería mayestática y aristocrática de los Gigantes.
De igual forma ¿es machista La Pandorga local? Toda vez que la Hermandad de Pandorgos es un sólo relato de varones, que ignoran las pretensiones de las listas igualitarias o listas cremalleras.
El perfil del susodicho Pandorgo refleja la movilidad de lo viril. Al haber pasado de un ‘Volumen‘ reconocible de cintura y latitudes, a una silueta más adelgazada y neutra.
Refleja también, tanto las nuevas pautas dietéticas, como la estilización de lo masculino que transita ya por la preocupación por el propio cuerpo.
Ese carácter machista de gran parte de las Fiestas feriales, era bien visible en las múltiples y pronunciadas Cortes de las Reinas, Cortes de Honor, Dulcineas, Ramillete de Bellas Agraciadas, y similares.
Un Harén embellecido por las Flores locales en sazón.
Por eso, de un tiempo a esta parte estas Cortes de Belleza, se han modificado por decreto de la Alcaldía y se han constituido como Cortes Mixtas en respeto a la Igualdad de Género que demandan los tiempos.
Y por ensalmo, han aparecido acompañando a las Bellas Evas, Zagales del Fitness, Heraldos masculinos, Reyes de la Huerta, Mozos Pintureros y Adanes Flamboyantes.
Si toda Feria, como la de Sevilla en abril, arranca de un simple intercambio de reses y de punta de ganado, y hoy es la plenitud del Símbolo y de la Metáfora; ¿qué diremos de otras celebraciones que rememoran el intercambio de los bienes de la huerta, con los productos del esfuerzo de los regantes?
Celebraciones que han tornado el Trato práctico y material, por el Truco simbólico y fluido de lo sentimental.
José Rivero
Divagario
Muy interesante y lo de los figurones lo es especialmente en La Mancha y desde el punto de vista de la historia literaria, ya te diré por qué en un artículo «ad hoc». Solo avanzaré que en estos pagos no hubo comedias de figurón regionales (como sí las hubo sobre vascos, asturianos, madrileños y demás) porque Cervantes se adelantó cuando el estereotipo de manchego se estaba formando y lo suplantó. Hay por cierto un par de piezas teatrales del siglo XVIII sobre manchegos muy graciosas, ya lo verás. En España no hubo «comedias de carácter» propiamente dichas a la Molière sobre tipos universales, sino figurones regionales; mi amiga y antigua novieta Olga Fernández hizo una tesis entera sobre este tema y sabe mucho sobre el asunto.
A. Espero impaciente los datos sobre los Figurones Manchegos. Puro pleonasmo que crece con insensatez ¿desde el XIX? Y luego los favores quijotescos del 98.