Escrituras y conjeturas

joseRivero2El recientemente desaparecido Stanley Bendelac, sostenía con fundamento, que «Hacer un anuncio es como escribir Poesía«. Ahora más que antes, ahora más que nunca.

Puede que sea una exageración fruto del exceso publicitario del finado. Aunque Bendelac haya firmado piezas memorables como ‘Hacienda somos todos’ o como ‘Libertad sin ira’, para publicitar el nacimiento del periódico Diario 16.

Anuncios-Poemas, como formas breves de pensamiento comercial o como forma comercial del Pensamiento poético.

Cabe pensar la contraria de la anterior afirmación: ¿Hacer poesía es como escribir anuncios?

Y, si fuera cierto y más allá de la estirpe poética del creativo publicitario, ¿qué se anuncia al escribir versos?

No objetos comerciales, sino sensaciones no venales. Así, adioses fríos, amores muertos o idos, crepúsculos únicos y atardeceres fríos y sin tregua.

Y ¿son vendibles tales productos, cual si fueran mercancías fetiches o productos del bazar?

Por ello resulta inexplicable y congruente el florecimiento de la Publicidad y la decadencia de la Poesía.

Cada vez hay más anuncios y cada vez hay menos Poesía. Que da cuenta de la afirmación lejana de Jean Cocteau, al decir «Sé que la Poesía es imprescindible, pero no sé para qué«.

Todo ello además, porque lo Imprescindible, como lo Esencial en Saint Exupery, es siempre Invisible.

Claro que no toda la Poesía de un tiempo a esta parte, es legible, o resulta creíble. Por ello, el desplazamiento creciente hacia la Publicidad de nuestras vidas.

O la vida ya como un puro anuncio: con glamour y rosas.  Y con fondo musical al gusto: desde el viejo y desaparecido ‘Hilo Musical’ al más actual ‘Chill out’.

Incluso el director de cine único e irrepetible, Víctor Erice, hizo anuncios para la firma comercial Terry, hoy inencontrable.

Hizo Publicidad en lugar de hacer Cine. Un brandy, antes coñac de Jerez. Un caballo blanco cartujano, una amazona rubia dorada y un paseo melancólico y otoñal, cual parisino Campo de Marte.

Ya digo la vida como un anuncio.

José Rivero
Divagario

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3 COMENTARIOS

  1. La ciencia nos hará la existencia más fácil, pero solo el arte nos la convertirá en algo soportable; y la publicidad es insoportable.

    • No te falta razón A.R. Pero pese a tu desprecio hay anuncios científicos, anuncios artísticos y, lo peor, anuncios publicitarios. Incluso hay anuncios capaces de componer el friso de una época, más y mejor que ciertos relatos creativos concebidos a tal fin.

      • No os olvidéis de la propaganda…que es peor aún que los anuncios publicitarios. Ese trabajo sesudo de los malignos arriolas y bengoas de turno, donde lo imposible se convierte en esencial (dándole la vuelta a Saint Exupery).

        Ese producto sí que es nauseabundo.

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