El escritor Antonio Muñoz Molina clausuró este viernes en Manzanares el VII Curso de la Escuela de Ciudadanos, donde defendió el activismo ciudadano como esencia de la democracia y reflexionó sobre la “buena educación” como base de este sistema. Ante más de trescientas personas, el académico y Premio Príncipe de Asturias de las Letras dijo que “la democracia no es natural”, por lo que su idea debe enseñarse “en el más amplio sentido de la palabra”.
En el abarrotado patio del Castillo de Pilas Bonas, el dos veces Premio Nacional de Literatura desglosó la conferencia titulada “Por una democracia educada”, en la que el activismo ciudadano adquiere importante protagonismo. Muñoz Molina dijo que en nuestro país hemos tenido déficit de ciudadanía desde que los ciudadanos abandonaron cualquier activismo “y se limitaron a votar siguiendo una línea ideológica sin exigir nada a cambio”. Por ello, según el conferenciante, iniciativas como la Escuela de Ciudadanos hacen que las cosas estén cambiando en España, “que no seamos votantes pasivos que aguantan todo lo que haga un dirigente político por el hecho de decir que nos representa”.
El dos veces Premio Nacional de Literatura dijo que aún queda mucho por hacer en el ejercicio de la ciudadanía, no sólo en la política. Como ejemplo puso a Estados Unidos, donde “la alta política es tan corrupta y depende tanto del dinero como en cualquier otro sitio”, pero por debajo hay muchos campos en los que la ciudadanía interviene, toma decisiones, colabora y se organiza. “Ese activismo es para mí lo que define el sistema democrático”, declaró en Manzanares.
Antonio Muñoz Molina reflexionó sobre educación y democracia. Afirmó que la idea de democracia “no es natural” y es muy nueva, por lo que precisa ser enseñada. “La idea del ciudadano como sujeto que desde su autonomía personal toma decisiones racionales y que concede su apoyo o no, no se cultivó en nuestro país, es una idea que tiene que ser enseñada”, explicó el ponente, que recordó lo mucho que ha costado, por ejemplo, aceptar la idea de que el hombre y la mujer son iguales. “Son ideas que hay que establecer mediante la enseñanza, en el sentido más amplio de la palabra”, añadió.
Otra faceta de la palabra educación sobre la que reflexionó el conferenciante fue la referida a la buena educación. “El sistema democrático se basa, entre otras cosas, en la buena educación, porque significa que puedes estar discutiendo con tu adversario, pero sabes que tienes en común con él cosas fundamentales”. Al respecto recordó cómo
siendo adversarios políticos, los demócratas estuvieron unidos frente al terrorismo en el País Vasco.
Lejos de ser pesimista, Muñoz Molina se mostró esperanzado con una democracia aún muy joven como la española, que ha sido capaz de avanzar mucho y de convertirse en puntera en materia de derechos como la igualdad. “Estos treinta años en la Unión Europea no han sido el balde, pensemos cómo estábamos entonces y ahora”, señaló el escritor antes de advertir que las conquistas nunca están garantizadas, por lo que la democracia debe ser un sistema vigilante.
Reconoció después que en estos años de progreso también ha habido errores y dificultades, “sobre todo con la corrupción amparada en las instituciones y alentada muchas veces por gente en los partidos políticos”. Pero el problema de la corrupción no es exclusivo de España, aclaró. “Es un problema universal y es un problema al que nosotros por fin estamos empezando a hacer frente”, según el escritor residente en Nueva York buena parte del año.
Como solución al problema de la corrupción, Muñoz Molina abogó por un buen funcionamiento de las instituciones democráticas. “En España carecieron durante mucho tiempo de controles para la voluntad o capricho de quienes se dedicaban a la política y eso ha generado corrupción y mucha incompetencia”, por lo que a su juicio la administración debe ser profesional, independiente, austera y ajena a los políticos. “Deben marcar las directrices, representan la soberanía nacional, pero las leyes están por encima de ellos”, de ahí que el reconocido escritor apueste por una administración sólida, no politizada y no clientelar.
Muñoz Molina fue presentado por Blas Villalta, vocal de la Escuela de Ciudadanos y profesor de Literatura especializado en la obra del autor jiennense. “Con sus palabras ha ayudado a cimentar la conciencia cívica”, explicó en su brillante introducción. Por su parte, el director de la Escuela de Ciudadanos, Román Orozco, agradeció a los colaboradores y patrocinadores que han hecho posible este séptimo curso que también ha tenido como profesores a Javier Pérez Royo, José Antonio Marina y Miguel Lorente, y que comenzó con un debate sobre nuevos líderes en el que participaron Alberto Garzón (IU), Beatriz Talegón (PSOE), Juan Carlos Monedero (Podemos), Borja Semper (PP) e Irene Lozano (UPyD).