Rodrigo Manchado.- Me encanta esa historia (desconozo su procedencia) en la que vemos a un padre anciano montado en un burro y su hija que camina tirando de él. Al oír que alguien critica al viejo por permitir que la hija vaya a pata, cambian las tornas: ahora el anciano anda y la hija monta el burro. De nuevo alguien encuentra injusta la situación: -¡pobre anciano!- exclama. Deciden entonces montarse los dos en el burro, pero no falta quien se apiada del pobre animal, que sin duda debe ir exhausto. Cuando, desesperados por tanta crítica, deciden ir los dos caminando, aparece el que faltaba: -Estos son tontos, tienen una montura y prefieren ir andano. La moraleja es evidente, y solo hay que asomarse a los artículos de opinión locales y a la voz de algunas personas para ver que la fábula nos describe de un modo brillante.
Por primera vez en muchas décadas parece que la gente de a pie va a tener algo de voz en el ayuntamiento de Ciudad Real. Tras demasiadas legislaturas bajo un sistema que obvia la opinión de aquel a quien se debe, hay un partido que tiene como prioridad escuchar a los ciudadanos y sigue pareciéndonos mal. Pero lo que abochorna no es que al Partido Popular le parezca mal, está en su naturaleza, lo que abochorna es que a gente que ha manifestado repetidas veces que el sistema necesita, como mínimo, una revisión, también le parezca mal. Hablan de teatrillos (y los profesionales del teatro agradeceríamos que dejen de usar nuestro medio de vida como comparación peyorativa) y hablan de populismo, pero lo hacen desde una posición que uno no sabe si es ignorante o malintencionada, pues mezclan datos reales con datos falsos, usan la irritante reducción al absurdo… y todo ello desde la supuesta e iluminada atalaya del nihilismo. Esa atalaya tan cómoda desde la que resulta enormente fácil decir “lo sabía” si, desgraciadamente, algo sale mal.
Pero incluso yo, que a menudo caigo en el pesimismo más profundo, me lancé a la calle en el 15M con la mejor de las esperanzas, he apoyado a Ganemos con ganas de que den voz a quien nunca la ha tenido, me he manifestado y he sido llevado a juicio por acudir a protestas legítimas. Sin embargo se me ha secado la lengua de dar justificación a mis acciones más inocentes y se me han inflamado los oídos de oír a los mismos de siempre (los de-izquierdas-de-toda-la-vida) dar lecciones: -Nadie lucha como lo hizo mi generación. Nadie hace política como lo hicieron mis camaradas. Nadie es tan subversivo como lo fui yo corriendo delante de los grises…- Y hoy no paran de decir, con una estúpida sonrisa de suficiencia: ocupar las plazas está mal, tomar las calles está mal, protestar está mal, debéis entrar en las instituciones para hacer política. -El sistema es bueno, el sistema me cuida, el sistema me protege- repiten cual Gollum acariciando una democracia que hace aguas.
Sin duda esto es solo el principio, está todo por hacer. Y por supuesto, no son las instituciones las que nos van a salvar el pellejo, sino la acción de la gente mano a mano con sus vecinos. Y sin duda que esta propuesta será más complicada de llevar a cabo que la del sillón del concejal que dicta y firma. Ojalá en las dos asambleas que ha hecho Ganemos en el Pilar hubiese acudido más gente, pero dejadme hacer una pregunta: ¿Cuántas veces hemos tenido la oportunidad de opinar sobre la postura que debe adoptar un partido, pongamos PP o PSOE, en lo que lleva este país de democracia? ¡Si ni siquiera sus afiliados tienen apenas voz! ¿De verdad hacer asambleas donde todos opinen es malo? Y claro que esa no será la solución a todos nuestros problemas, pero vuelvo a preguntar al los agoreros: ¿De verdad es eso malo? Al final resulta que somos los perfectos esclavos: sometidos y tan encantados que protegeremos al amo con nuestra propia vida.
Sigamos, sigamos con el mantra de “todos son iguales”, “estos solo quieren llenarse la panza”, “una vez que agarren el sillón, no lo sueltan”, que al final, si hay alguien honrado en la política, acabará tan harto que se quedarán los de siempre, los que se han fabricado una corteza de indiferencia, los sordos a las críticas pero receptivos al halago, los… los de siempre, vamos. Y si estos, los nuestros, nos decepcionan, ya nos oirán, ya. Que las traiciones de los nuestros deben ser peor castigadas que las de los ajenos. Pero dejemos que empiecen a trabajar y después valoremos. Que, por cierto, los concejales de Ganemos ya han firmado el acta de renuncia que queda en manos de la asamblea para que, en el momento en que intentasen engañarnos, la patada en el culo esté garantizada. Pero eso también será malo. Supongo que para los intelectuales provincianos, ningún gesto será suficiente, todo estará mal. Sin embargo yo ahora ya no miro el ayuntamiento de reojo y mascullando.
Rodrigo Manchado. Uno de a pie.
Bien traído el cuento-fábula de «El conde Lucanor». Pues nada, a aplicarse la moraleja: a los agoreros críticones , que no críticos, ni caso, oye.
El poder debe ser criticado, desde luego. Y ya, si es con argumentos…
Por cierto, gracias por el dato de El Conde Lucanor, no sabía por qué estaba en mi memoria.
Nihilistas inmovilistas, vamos, algo así como de derechas de toda la vida disfrazados, no se confunda Manchado.
Quiero decir que , de hecho, solo son nihilistas cuando se trata de opciones políticas que les disgustan.
Rodrigo, esa guerra la vas a tener vayas donde vayas. En esta ciudad tan rancia y tan conservadora muchos son íntimos amigos de que nada se mueva, nada cambie, nada evolucione. Tanto en el PP (que bastante bien lo han demostrado estos días con sus declaraciones pueriles y de rabieta) como en el PSOE, donde han hecho un «revival» de viejas glorias con las listas y con el nombramiento de Josele para la Diputación.
Y no es una cuestión ideológica, es una cuestión de no querer perder parcelas de poder.
Por lo tanto, bienvenido al club y, sobre todo, enhorabuena por lanzarte y dejarlo negro sobre blanco. Porque estos granitos de trigo como el que acabas de dejarnos en MCR suman y, aunque algunos lo nieguen, algo tienen que ver con que esta ciudad haya empezado a moverse y a querer que las cosas sean como deben ser y no como algunos quieren que sean (algunos y los que les siguen).
El otro día, cuando se publicaron los acuerdos PSOE-Ganemos debió ser un auténtico bofetón con la mano abierta hasta para los trolls que por aquí pululan, porque no tenían forma de meterle mano. Eso significa que el camino es bueno y, cuantos más seamos los que lo decimos, mejor.
¿Y que va a pasar con las corridas de toros?
eso es lo importanta……
Ese conocido apólogo ya lo copié yo en uno de los artículos que he publicado en Miciudadreal; es el segundo capítulo de esa obra maestra sobre la naturaleza humana que es El conde Lucanor, compuesto por ese Dostoievski del siglo XV que era el infante Juan Manuel. Como ya señalaba entonces, no es original, sino de tradición esópica; lo que yo descubrí es que la versificó un escritor anónimo que la publicó por vez primera en el Diario de Madrid más o menos hacia 1800 y esta adaptación apareció poco después en un libro decimonónico que recopilaba las mejores fábulas de autor desconocido. Es un ejemplo magnífico de perspectivismo o de cómo la gente no es buena ni mala, sino simplemente egoísta, porque así lo piden los genes darwinianos. Copio esta refundición del apólogo del manchego Juan Manuel (uno de tantos autores ninguneados por el reduccionismo cervantino):
El hombre, el chico, el asno y los que pasaban.
Encontró en un camino
montados en un mísero pollino
a un chico y a un anciano cierto arriero;
y al punto dijo: ¡Oh chusco lastimero!
¡Pobre animal! Con estas valentías
no tenéis asno para cuatro días.
tanto, por más que calla, le ha dolido
la pulla al pobre viejo, que, corrido,
se desmontó al instante:
y al asno con el chico echó adelante.
Caminaban así, cuando de cara
dan con otro hombre, el cual, como repara
que el muchacho va holgado,
y el viejo a pie detras estropeado,
«¡Mal enseñáis -le dice-
a vuestro hijo o lo que es, infelice!
Mirad mejor por vos y a ese insolente
hacedle pese a tal, que ande o reviente;
que nuevo es su pellejo
y al fin es un rapaz y vos sois viejo.
Esto que oyó el anciano, dijo: «Tate,
tiene razón: molerme es disparate.
Baja, montaré yo». Y así lo han hecho,
pero a muy corto trecho
un soldado bribón desde otra senda,
la voz alzó para que el viejo atienda:
«¡Qué caridad que tiene el tal abuelo!
Como él va a su placer, no le da duelo
despear al muchacho.
Apuesto que es judío o va borracho».
Sin desplegar la boca
contra quien con denuestos le provoca,
se apeó el triste anciano
y, tomando el chicuelo de la mano,
fueron en pos de su jumento un rato;
cuando a deshora un estudiante chato,
(para fisgón sobrole el ser manchego)
soltó la carcajada y dijo luego:
«¡Donoso desvarío!
¡Ellos a pie y el asno de vacío!
Ce, buena gente: pues así os apiada
la caridad con bestia tan honrada,
a cuestas la tomad y por los daños
ponedla luego de aguardiente paños».
A tanta sinrazón, de enojo ciego,
prorumpió el viejo así:
«¡De mí reniego,
y reniego del bruto y del canalla
que a gusto de otro se acomoda y calla!
Ir en un asno me decís qne es mengua:
si nadie va, me mofa vuestra lengua,
mal si camino a pie, peor si monto;
¿Subo al chico? Soy tonto:
¿Le bajo? Es acción fea:
¿Cómo le he de entender? ¡Maldito sea
tanto hablador y consejero tanto,
y maldito sea yo, si más aguanto!
Ven, chico, ven: ya que el pollino es mío,
bien tengo poderío
para servirme de él a mi talante,
sin que de necios el decir me espante;
¡murmuren ellos y los dos montemos,
que así a lo menos con descanso iremos!
APLICACIÓN,
El que de todos quiere
seguir los pareceres, poco a poco,
por premio logrará volverse loco.
Este es un país que se ha quitado la boina y el refajo del cuerpo pero que las lleva ( la boina y el refajo) grabadas a fuego en la sesera. Aquí el cambio se ve como una herejía insoportable, la gente se comporta como vecindones a pie de obra o porteras correveidiles que pretenden inculcar sus experiencias sin tener en cuenta que cada quien tiene que vivir las suyas propias. Y lo peor es que no hay verdaderos críticos, ni en el periodismo provincial ni casi en el nacional. Siempre es más fácil estar a bien con los de siempre, PPSOE, que es quien nos puede dar una subvención o un curro, que con esa gentecilla de IU que solo molestan. Pero la crítica ecuánime donde está? El caciquismo campea a sus anchas y los de Ganemos lo tendrán dificil para hacerse comprender. Los toros, las procesiones, las tradiciones eso es en lo que se han trabajado a fondo los políticos tradicionales. Y es lo que saben que gusta al común de los mortales.
No os hagáis mala sangre con las soflamas tergiversadoras de los hechos de los carcas de siempre. Ganemos ha conseguido un hito histórico en una villa tan megaconservadora como C. REal. Algo o mucho han tenido que hacer bien. Como algo o mucho han tenido que hacer bien en Zamora los de IU para conseguir un 30 por 100 de los votos, o en Almodóvar del Río , con una alcaldesa que ha roto las urnas, aumentando y mejorando los resultados de 2011 y muchos otros lugares por el periodismo rancio y malintencionado. Adelante, palos en las ruedas os pondrán a mansalva. En Andalucia , hasta algunos periodistas de la derecha hablan del gran trabajo que hizo IU en la Junta. El resultado fue malo en las urnas. Por qué será? Miedo me da lo de C. REal, porque mucho me temo, que aunque Ganemos consiga traer el mediterráneo, es un suponer, todo serán zancadillas para ellos.
Suerte, la vais a necesitar.
El debate da para mucho y prolongado. Pero solo dos consideraciones la primera tiene que ver, cosa curiosa, con la proximidad etimológica de agora y agorero. El ágora como plaza pública griega, o por inclusión como las asambleas allí realizadas. El agorero como el que agora o predice por agüeros, anticipando presagios y barruntos.
La segunda, más próxima tiene que ver con los antecedentes organizativos, tanto del PCE como de IU, donde la democracia directa de las asambleas actuales era una entelequia lejana y sospechosa. Incluso desviacionista. Pero los tiempos nuevos, impulsados por el 15M y luego por Podemos, parecen imponer estos formatos. Iremos viendo como evoluciona todo.
Nadie va a decir que este tipo de asambleas de momento son más de lo mismo, es decir votar propuestas que hacen otros, como lo que hacemos cada 4 años.
Para un cambio de verdad las propuestas las deberían hacer también los ciudadanos, no solo limitarnos a votar a una vanguardia bunerrollera.
Saludos