Chema Serrano Rodríguez, exmiembro de la Ejecutiva Regional de la FSC-CC.OO. CLM.- Cuando a principio de los años 80, inicié mi militancia en Comisiones Obreras formando parte de sus cuadros sindicales en la empresa Telefónica, siendo firmante de mi carnet de afiliación el propio Marcelino Camacho, nunca podría imaginar que casi 35 años después y tras una trayectoria de dedicación sindical intensa y efectiva, tendría que defender mi derecho constitucional a pertenecer y/o mostrar simpatía por una organización política de izquierdas como Izquierda Unida y al mismo tiempo, pertenecer a un sindicato de clase y/o seguir siendo miembro de una ejecutiva en comisiones obreras.
Esta historia comienza días antes de celebrarse las últimas elecciones municipales y autonómicas, cuando responsables sindicales de la federación de servicios a la ciudadanía de CC.OO. en Castilla-La Mancha, haciendo una interpretación coactiva de los estatutos de este sindicato, envían a cuatro miembros de la ejecutiva regional de dicha federación, un burofax en el que se les obliga a dimitir de las candidaturas de I.U., o bien, la propia ejecutiva regional procedería al cese de aquellos miembros que hubieran formado parte de las candidaturas de esta organización política en Castilla-La Mancha.(IU)
Una de estas referidas personas, de las cuales se pretendía hicieran su renuncia a la candidatura de I.U., en mi localidad de nacimiento de Argamasilla de Calatrava (Ciudad Real), soy yo, José María Serrano Rodríguez, inscrito como candidato número seis en dichas elecciones municipales.
Tras la celebración de las elecciones municipales y no habiendo efectuado la citada renuncia y/o oposición a mi derecho constitucional a formar parte de una organización política mediante mi presencia en sus listas electorales, la ejecutiva regional de la Federación de Servicios a la Ciudadanía de Comisiones Obreras en Castilla-La Mancha, en su reunión del pasado día 29 de mayo, sigue manteniendo la idea de incompatibilidad a ser miembro de su ejecutiva y pertenecer a la candidatura municipal de Izquierda Unida. Y por ello, proceden a mi cese como miembro de la mencionada ejecutiva regional de esta federación de Comisiones Obreras.
Hasta ese momento, cabía la posibilidad de un error por exceso de celo o una interpretación errónea de las compatibilidades existentes en este sindicato; sin embargo, una vez, oídas las manifestaciones de la mayoría de miembros de esta ejecutiva de dirigentes sindicales de ámbito regional en Comisiones Obreras, no cabe duda, pertenecer a un sindicato de clase como CC.OO. y/o ser cuadro sindical del mismo, según estos dirigentes, es incompatible con ser candidato a elecciones municipales en la lista de Izquierda Unida, a pesar del Derecho Constitucional referido a los derechos fundamentales y a las libertades públicas de las personas.
La privación de mis derechos fundamentales en un sindicato de clase como Comisiones Obreras, tendrán que ser recuperados por la vía jurídica, ya que, estos dirigentes al tomar esta decisión, careciendo de una visión social y política acorde con la situación actual de la clase trabajadora, deciden ellos, utilizar la vía de la exclusión frente al trabajo sindical.
Para echarse a llorar con estos «dirigentes» de los trabajadores. Y es que se deben a quien los subvencionan.
¿Qué te podías esperar de un sindicato de talibanes? El problema es que I.U. no anda muy lejos.
Hace unos días vi a un amigo en la calle que, años atrás, lo pasábamos felices corriendo juntos por los pueblos de nuestra provincia, allí donde había una carrera de medio o de gran fondo (de 800 m. hasta 21, 175 Km. medio maratón) nosotros participábamos.
Mi sorpresa estuvo cuando me fijé en uno de sus ojos completamente hinchado y amoratado profusamente. Que tenían que operarlo por aquello que le había “salido”, me dijo.
Después lo visité en el hospital el mismo día que le daban el alta, hasta el día que vuelvo a verlo más recuperado y también observé, cómo a consecuencia de todo el proceso, el ojo operado ha quedado más pequeño y más bajo simétricamente hablando que el otro. Haciéndole yo estas observaciones, me contó, ya si, “que esto le ocurrió trabajando una noche en la refinería de Algeciras, al darse un golpe con un hierro que estaba situado a la altura de su frente, que con mala suerte no vio”. “Que permaneció por lo menos 50 segundos inconscientes en compañía solo de su hijo, que estaba de ayudante con él”. “Que no requirió las asistencias médicas que hay en todas las refinerías españolas, porque lo habría echado a la calle su compañía”, “que con su sueldo mantiene a otros dos hijos en paro y a sus respectivas familias”. “Que se marea”, me contaba, le dicen como resultado de esa asimetría de los ojos), “y que ve perdidas sus facultades que antes tenía para seguir desempeñando el mismo trabajo”. Que se ve en la tesitura, dice él, que, cuando diga que se marea a los médicos del seguro de la empresa, le rescindirán el contrato…!
Esta es la situación en la que se encuentra mi amigo y miles de trabajadores en España, muertos de miedo y aceptando condiciones miserables, cuando no, también aquellas que atentan contra su seguridad física, porque saben que lo echarán a la calle en cuanto se den de baja, acuciados por una situación laboral consentida, en muchas ocasiones por quienes debían de dejar de firmar tantos acuerdos que no valen nada más que para maniatar más y más a los trabajadores, que crean situaciones más propia de siglos pasados.
Mientras desde los despachos, gentes hay que espera que cuando cese su actual posición en estos sindicatos, puedan utilizar las puertas giratorias, y la administración o las organizaciones empresariales le concedan un “puestecito” hasta la jubilación.
Gentes hay que están más preocupadas de perseguir a los verdaderos representantes de los trabajadores, como Chema Rodríguez, que de perseguir y denunciar ante las organizaciones empresariales estas prácticas abusivas contra los derechos y la salud de los trabajadores.
Lamento el problema de tu amigo, pero te mintió…
En las refinerías, de ocurrir algo así, no te dan opción… existen otros trabajadores que tienen la obligación de pasar nota de los accidentes tanto a su empresa como a la empresa contratista, por lo tanto son dos personas, que obligatoriamente deben estar junto a tu amigo y su hijo. Y darían cumplida cuenta del incidente. Mas si cabe si perdió el conocimiento, ya que pudiera ser por el golpe como por escape de productos y el personal de seguridad no puede arriesgarse a poner en riesgo la vida de otros trabajadores y la suya propia por gases, fuego o explosión. Los protocolos de actuación en estos casos, funcionan rápidamente… es imposible, guardar en secreto una circunstancia como la que cuenta tu amigo, porque cualquiera que pase daría inmediatamente la voz de alarma. Y no creo que decenas de trabajadores de esa refinería se jugaran realmente su puesto por una historia tan dedil como la de tu amigo.
Es una historia típica de sindicato para alentar a la masa. Pero sin fundamento en la actualidad.
En definitiva, cuento chino de predicador de televisión…
Si no lo cuentas en primera persona, no me lo creo!!!… de verguenza!!!
Eso de gente mediocre es por decir algo positivo.¿No?