Alumbre acoge desde esta noche su primera exposición fotográfica de alguien ajeno a la profesión. «¡Que hablen las paredes! Graffiti y espacio público», una etnografía visual que reflexiona sobre la relación de los graffiti en el espacio de lo común -y las dinámicas de apropiación de dicho espacio- y sobre la importancia de lo que se mira y con qué intencionalidad, es obra de la antropóloga Carmen Ciudad.
Durante la presentación de la exposición, Carmen Ciudad comentaba que, a la hora de emprender este proyecto, le preocupaba el espacio público desde el punto de vista de la antropología: cómo se construye, cómo son las relaciones sociales, qué es lo que está pasando.
El graffiti es un término muy ambiguo, que se utiliza tanto para verdaderas obras de arte urbano, como para pintadas que carecen de valor artístico. No obstante Ciudad manifiesta sentir interés hacia ellas desde el punto de vista antropológico. «Está claro que la gente se expresa, pero esto no es nuevo», ya que hay rastro de pintadas desde Pompeya a la Guerra Civil pasando por la Edad Media. «Son personas que simplemente quieren decir yo estoy aquí o tengo esta pena o esta preocupación«.
«Por un lado está la pintada anónima con rabia donde se manifiesta algún dolor personal, luego están los mensajes o consignas políticas, y por último los mensajes de amor o entre amigos». En cualquier caso, destacaba que no hay un equilibrio entre mujer y espacio público, y es que los autores del graffiti son, en su mayoría, masculinos.
«Los graffiti son un don que se hace como necesidad de expresión». Una válvula de escape «para las culturas juveniles en esos espacio de transitoriedad» que ofrece la adolescencia.
Buen trabajo, Carmen.