José Luis Amores, director gerente de Grupo Montes Norte, ha intervenido en FENAVIN con su conferencia: El sector vitivinícola en Castilla La Mancha. Una ponencia centrada en la previsión de aumento de la productividad en la región y sus oportunidades en el mercado internacional.
Uno de los expertos que mejor conoce el sector agrario manchego es José Luis Amores, gerente de la agrupación de cooperativas Grupo Montes Norte desde 1993. Se trata de una de las mayores compañías agroalimentarias de la provincia y la región, con 7.500 socios de 25 poblaciones de Ciudad Real, Toledo y Badajoz, diez bodegas, otras tantas almazaras, además de tiendas, centros de recepción y otras instalaciones.
Durante su intervención, Amores ha destacado la situación actual que atraviesa el sector vitivinícola de la región. Para ello ha explicado detalladamente el cambio que se ha producido en los últimos años. Desde un gran aumento de las variedades, antes sólo centradas en la Airén y la Cencibel. La evolución de las técnicas de cultivo con una mejora en el abonado, tratamientos aplicados al cultivo, el cambio de vaso a espaldera, la utilización del regadío y la extensión del viñedo a parcelas de mayor tamaño. La recolección que ha pasado de ser manual a mecanizada con un incremento del volumen de recogida de uva de 1500 kg por persona y día a entre 1000.000-200.000 kg por máquina y día. También, se han visto afectados los procesos de elaboración, ahora más complejos y que exigen una adaptación en el sistema de trabajo.
Como consecuencia de estos factores, el sector vitivinícola de Castilla La Mancha está viviendo un crecimiento de su producción que propicia un escenario favorecedor para estos vinos en el mercado internacional. En gran parte, propiciado también por una disminución de la producción en lugares tradicionalmente productores, como Francia o Italia, que convierten a La Mancha en la despensa de estos países. En este sentido, José Luis Amores explica que «a pesar de la imagen negativa que puede suponer un aumento de la producción, en el caso de nuestra región se convierte en una oportunidad que hemos de aprovechar en exportación, pasando de ser el tercer país al primero en ventas. Asimismo, las perspectivas de los mercados exteriores apuntan a una estabilización de la superficie del viñedo mundial; a la caída de la producción de países productores, a excepción de España; a la eliminación de excedentes estructurales y a un aumento del consumo en países no productores», concluye.