Emilio Gutiérrez Caba, María José Goyanes, Javier Collado y Eva Marciel han sido los responsables de llevar al escenario de FENAVIN «La poesía del vino, de Noé a Shakespeare», un recorrido literario dramatizado por la vinculación del vino con la historia de la humanidad y las artes, a través de un texto elaborado por el periodista, escritor y director de la Feria Nacional del Vino, Manuel Juliá.
Una singular pieza teatral tejida con el alma y la literatura del vino que llena la historia de la poesía desde los orígenes de los tiempos, y en la que los actores han dado vida a un sinfín de autores y personajes de la literatura universal.
Un viaje literario dramatizado desde el «Gilgamesh» babilónico hasta «El libro de los muertos,» la propia Biblia o los consejos del «Eclesiastés,» sin olvidar a todos los filósofos y poetas griegos, romanos y persas y obras tan emblemáticas de nuestra literatura como «El Lazarillo», «La Celestina», «El Buscón» o «El Quijote», finalizando con Shakespeare y un emotivo brindis que levantó los aplausos del del Salón de Actos, en el escenario de FENAVIN-2015.
Sin duda, un acto que ha puesto el broche de oro a este primer día de la VIII edición de la Feria Nacional del Vino, de la que se podrá seguir disfrutando hasta el próximo día 14 de mayo.
FENAVIN, punto de encuentro en la difusión de la cultura del vino
Todos los actores afirmaron antes de su actuación sentirse encantados de compartir escenario en FENAVIN, una feria, según señalaron, que presta un especial interés por la cultura del vino en sus diferentes facetas.
Emilio Gutiérrez Caba, todo un veterano en este tipo de eventos en el marco de la Feria Nacional del Vino, destacó que para él asistir a FENAVIN siempre es un motivo de alegría, aunque lamentó la ausencia de un gran amigo, José María Arcos, fallecido en accidente el año pasado.
Por su parte, para María José Goyanes, que es la segunda vez que asiste, «todo lo que sea potenciar la cultura me parece que es favorecer un apartado que no siempre es excesivamente cuidado», subrayando la gran labor de Manuel Juliá en este sentido, al tiempo que reivindicó el vino como vehículo de cultura y amistad.
