Aproximar el vino a los jóvenes y a los no entendidos es el principal objetivo de la empresa Wine Revolution, que realiza eventos y actividades de fomento de consumo del vino con el objetivo de ayudar a las bodegas en esta misión. Esta mañana ha presentado su proyecto y filosofía en la Feria Nacional del Vino, FENAVIN, porque «tenemos que estar donde está el vino», ha afirmado Jose Ramón Navarrete, que ha acudido a la ponencia junto a su socio Eusebio Pérez.
El bajo consumo del vino entre la población juvenil -los últimos datos apuntan a que solo el 8% de las personas menores de 35 años lo hacen- motivó a estos empresarios a construir su concepto de negocio, basado en la organización de eventos y catas «diferentes» para dar a conocer el vino de una forma más desenfadada y alejada de la imagen elitista que tiene en la actualidad según su punto de vista. De hecho, «las catas contribuyen a ello», ha opinado Eusebio Pérez, «uno sale de una cata sabiendo lo ignorante que es porque no distingue el olor a vainilla». La muestra de vino debe ser una oportunidad para acercar el vino a nivel emocional al consumidor, no a nivel técnico, «que debería pensarse solo para profesionales, el lugar que le corresponde», ha argumentado.
Además de ello, los miembros de Wine Revolution han apuntado a que es imprescindible cambiar algunos usos y costumbres en torno al vino. «Para llevar el vino al ocio nocturno, nosotros hemos quitado la base a la copa para que la gente no tenga miedo a la hora de posarla en la barra», ha explicado Jose Ramón Navarrete.
Al mismo tiempo, ha animado a las bodegas a que se atrevan a salir de la dinámica de estrategia habitual a la hora de poner un producto en el mercado. «Se invierte en un buen etiquetado y embotellado pero no se invierte en el proceso final, que es el de dar protagonismo al consumidor», ha opinado el socio de Wine Revolution, quien ha anunciado que una de las intenciones de acudir a FENAVIN y ofrecer esa ponencia era para intentar cambiar esa costumbre contactando con las bodegas. «Creíamos que nuestra propuesta no iba a gustar por el establishment del vino, pero nos llevamos una grata sorpresa cuando comprobamos que éramos bienvenidos a mostrar nuestra idea», ha desvelado Eusebio Pérez, que también es sumiller, además de formador.
La exportación como efecto narcotizante
A pesar de que Wine Revolution se congratula de los buenos datos de exportación del vino español, Eusebio Pérez ha puesto la lupa sobre esta dinámica del sector para llamar la atención sobre lo que le ha llamado «el efecto narcotizante». «Las bodegas están más volcadas en exportar que en preocuparse en el descenso del consumo del vino en nuestro país», ha sentenciado.
Una tendencia que no sucede a nivel internacional, según ha explicado en su ponencia: «en Estados Unidos se consume el vino como si fuera un combinado», ha afirmado Eusebio Pérez, quien adelantó que eso sucede por movimientos sociales basados en prescriptores que, ayudándose de los medios de comunicación, han sabido explicar con un lenguaje ágil y sencillo el consumo del vino, «porque el mejor vino es el que más te gusta, no el que tiene más puntos», ha espetado. Para él, los índices como Parker o Peñín fueron muy útiles en una época en la que se podía exigir una mayor calidad en la producción de los vinos, una circunstancia que gracias al adelanto y la profesionalidad de las bodegas, hoy en día, se da por descontado.