Coordinadora Antiprivatización de la Sanidad de Ciudad Real.- Hoy nos manifestamos junto a vosotros/as, no solo como profesionales y usuarios de los servicios de salud, sino como personas, ciudadanos/as preocupados/as por el desarrollo de los acontecimientos que, a nivel político y social, nos están dejando reducidos a poco menos que pilas no recargables, esclavos/as, mano de obra precaria al servicio de un pequeño porcentaje que continúa engordando a costa de nuestro sudor y nuestra sangre; a costa de nuestros derechos y libertades, que tantos años de lucha han costado a nuestros padres y abuelos.
Estos son algunos datos más concretos más centrados en la sanidad de nuestra tierra:
CLM es la segunda comunidad con menos médicos colegiados por cada 100.000 habitantes; tiene la tasa más baja de aumento de profesionales y presenta también el mayor descenso en enfermeros colegiados. Estamos por debajo de la media europea en el gasto destinado a salud, protección social (incluido el desempleo), educación o vivienda.
Año tras año, observamos como el empleo, los servicios sociales, los derechos básicos, están siendo diezmados por los intereses del capitalismo imperante.
Y así continuamos, como espectadores pasivos de un sistema que primero nos despoja de lo legítimo, para engullirnos después.
De un año a esta parte, y sólo en sanidad, en CLM hemos sido testigos de la entrega millonaria de recursos a entidades privadas, sanitarias o no, que no nos dan más ni mejor servicio, pero por el que nos hacen pagar más (y nadie nos explica ni nos pregunta si es así como lo queremos, o si no hay otra manera de hacerlo).
No podemos asistir impasibles al secuestro del derecho universal a una asistencia sanitaria pública y accesible para todo el mundo: a los pacientes los están derivando a centros privados con peor servicio y mayor coste que los centros públicos; se están recomendando pruebas y tratamientos que, en lugar de velar por la salud de los usuarios, están enriqueciendo a las empresas sanitarias y farmacéuticas, al mismo tiempo que se dificulta un tratamiento contra la hepatitis con la excusa del coste que produce.
A los/as profesionales se les hace trabajar con contratos precarios, aumentando la jornada laboral y disminuyendo los salarios, fomentando la desunión con incentivos a la productividad que luego no se hacen efectivos por falta de presupuesto.
Nos están engañando con las noticias que sacan en los medios que sirven a sus intereses, mientras ocultan a la población la INFORMACIÓN verdadera: privatización del hospital de Toledo y de muchos servicios sanitarios, maquillaje en las listas de espera, eliminación de prestaciones, cierre de plantas hospitalarias, copagos sanitarios, deterioro de instalaciones…, y un largo etcétera que pone a la Sanidad de CLM en cabeza de los recortes sanitarios.
Pero la hay, por supuesto que la hay…
Queremos un sistema que aproveche los recursos humanos que entre todos/as hemos formado, los medios materiales por los que todos/as hemos pagado y que no se usan al 100% porque no interesa; un sistema de gestión sanitaria que priorice las necesidades de salud de la población, y no los intereses de mercado de las grandes multinacionales de farmacia… y un sistema de protección social que intervenga y limite los verdaderos determinantes de la enfermedad.
Tenemos ya un hospital privatizado en Toledo, las clínicas privadas incrementan anualmente sus conciertos con la sanidad pública e invierten en la tecnología más rentable para seguir desangrando a nuestro sistema público, gracias a la connivencia de nuestros desalmados políticos. Y si no hacemos nada, esto será imparable.
La acción pasa por organizarse y unirse a los colectivos que ya están luchando contra la privatización sanitaria y contra los recortes. Ejemplos magníficos como los Espacios Sociales griegos, la Plataforma de Afectados por la Hepatitis C, el colectivo del Hospital Bellvitge, la Coordinadora Antiprivatización Sanitaria y más grupos que ya han logrado pequeñas conquistas que han de ser difundidas y emuladas en el resto del territorio español.
Somos trabajadores/as y lo único que queremos, exigimos y tendremos, es lo que por derecho nos corresponde: UNA VIDA DIGNA.
De todas depende. Ni un solo día sin descanso. NI UN SOLO DÍA SIN LUCHA.