José Mateos Jiménez. Responsable de Promoción Artística y Actividades Extracurriculares del CPM Pablo Sorozábal de Puertollano.- Las personas vamos a conciertos con la intención de disfrutar de la música que los intérpretes vayan a ofrecernos y con ello pasar unos buenos momentos. Sin embargo, hay ocasiones en que este objetivo se ve claramente superado por lo que ocurre en la sala de conciertos y el público se va a casa sabiendo que lo que ha ocurrido allí no sólo le ha hecho disfrutar, sino que ha aprendido lecciones fundamentales de la música y de la vida.
Esto último fue lo que ocurrió el pasado sábado 25 en el concierto que dirigió y presentó Raúl Díaz, quien convirtió la segunda planta del Museo Municipal de Puertollano en una sala de conciertos única en la que se pudo aprender y disfrutar con música ejecutada por intérpretes de trompa venidos de diferentes regiones de España.
Ya se pudo observar que el concierto del sábado no era un concierto al uso cuando a las 18, 30, hora de comienzo del evento, el público asistente pudo observar que Raúl Díaz, con su meticulosidad inherente, seguía dando indicaciones a los intérpretes, intentando sacarle jugo a cada segundo de ensayo. Visto el resultado del concierto, está claro que el señor Díaz supo sacar ese jugo de cada uno de los músicos.
Y esta no es una afirmación cualquiera, ya que en el museo se juntaron más de cincuenta intérpretes de trompa que tocaron un repertorio muy heterogéneo que incluía obras desde Georg Friedrich Händel hasta música de Queen. Intervinieron el grupo de trompas “Langsam Waldhornër” de Granada y el ensemble “Trompissim@” de Málaga, junto con un grupo de metales del Conservatorio de Música Pablo Sorozábal de Puertollano.
El sábado no sólo hubo música en el Museo Municipal. Entre pieza y pieza, Raúl Díaz exhibió parte de su sabiduría acumulada en años de tocar la trompa con las principales orquestas del mundo y como profesor de grandes centros musicales europeos como la Guidhall School of Music and Drama.
En apenas dos horas de concierto, tuvo tiempo de acercarnos por medio de sus explicaciones a la historia de la trompa y a los aspectos claves de la música que se interpretaba. Pero lo hizo de una manera extremadamente amena, y haciendo participar al público en cada momento en sus intervenciones. Nos enseñó el papel fundamental de la trompa en la música que se hace hoy en día, como la compuesta para el cine.
El Museo Municipal acogió el sábado un concierto extraordinario en el que un gran artista, Raúl Díaz, junto con la generosidad y buen hacer de las agrupaciones musicales que participaron nos hicieron disfrutar, claro que sí. Pero también aprendimos, porque como decíamos antes, lo del sábado no era un concierto al uso.