Con motivo del cuarto centenario de la publicación de la segunda parte del Quijote, media docena de hidalgos lectores acudía esta tarde a la llamada de la «Operación periquito», una iniciativa anónima gestada en las redes sociales que pretendía rendir un homenaje a Miguel de Cervantes, y a su magna obra, alejado de los fastos institucionales y de las lecturas a viva voz, e incluso a voz en grito, que se prodigan por la geografía castellano-manchega para conmemorar el Día del Libro.
Una hora de lectura en el Parque de Gasset y la puesta en común de lo leído. Los participantes, ataviados con un sombrero de papel, han llamado la atención de los viandantes para animarles a unirse a la lectura. Preguntados por tan pintoresco bonete, explican, en tono jocoso que, además de como faro, sirve para «poner de manifiesto la condición enajenada que hoy es necesario adoptar para sobrevivir con dignidad».
Tras la hora de lectura, los asistentes han intercambiado las frases y textos que más les han llamado la atención. Como conclusión, subrayan «la vigencia absoluta de la obra, lo necesario de su lectura para comprender la sinrazón contemporánea, y la necesidad de combatir la mediocridad en la que hoy está hundida nuestra moderna sociedad».
Una esperanza que surjan propuestas con intención fuera de la parafernalia oficiosa.