Finca Sandoval, Valle García Blanco Viogner, «Volver» de Bodegas Volver y «Olimpo» de Vinícola de Castilla son algunos de los diez vinos seleccionados por Custodio Zamarra para la cata comentada que presentará en el marco de la Feria Nacional del Vino, que se desarrollará del 12 al 14 de mayo en Ciudad Real.
De forma concreta, Custodio Zamarra, sumiller de sumilleres, presentará además Dominio de Valdepusa Syrah, de Bodega Pagos de Familia Marqués de Griñón; Pago del Ama Cabernet, Quercus, Finca Río Negro, La Viña Escondida Garnacha, Altos de la Finca de Finca Constancia, y La Plazuela.
La selección de estas marcas, según apunta, responde a criterios de calidad «no solo en el panorama de vinos de La Mancha sino en el panorama de vinos nacionales», puesto que «son vinos que pueden competir con otras zonas realmente importantes», destacando su satisfacción y orgullo porque en su tierra se hagan vinos de esta calidad y categoría. En este sentido, apunta la gran evolución de los vinos de la región en los últimos 15 años. «Cuando empecé hace más de 40 años, La Mancha era una zona donde había una producción de vino realmente impresionante en cantidad, había muchísimo granel, cooperativas, pero en las últimas décadas ha tomado un camino realmente extraordinario y las bodegas o viticultores que apuestan por la calidad tienen materia prima para hacer vinos de excelente calidad».
Los vinos que presentará serán de diferentes añadas, hay diferentes tipos de crianza, algunos son más conocidos, otros menos. Lo bueno de La Mancha, comenta, es que las distancias son muy largas y en cada zona se hacen vinos completamente diferentes, «no tienen nada que ver los vinos que se hacen en los Montes de Toledo con los vinos que se hacen en la zona conquense», explica.
La cata será un recorrido por el paisaje, por la tierra, por su materia orgánica, comenzando por los vinos más ligeros para terminar con los vinos más robustos y carnosos. En definitiva, «se trata de una selección de vinos con los que poder disfrutar».
Y el objetivo último también señala, «es demostrar de alguna forma que en Castilla-La Mancha se hacen unos vinos fantásticos, extraordinarios, aunque afortunadamente ya no tenemos el prejuicio de que un vino manchego es equivalente a un vino sencillo»; «los vinos seleccionados pueden estar al lado de los vinos más importantes, y a las pruebas me remito», concluye.