Juan J. González Rodríguez. Secretario de Política Institucional y Comunicación de CCOO CLM.- CCOO CLM viene reivindicando hace tiempo la necesidad de una política industrial como elemento estratégico imprescindible para un cambio de modelo productivo. Dicha necesidad parte de considerar que la reactivación de la industria es elemento imprescindible de la solución a los graves problemas económicos y de la consolidación de un crecimiento que suponga la salida real y sostenible de la crisis.
El gobierno de Mª Dolores Cospedal no puede tapar con campañas de propaganda ni anuncios de última hora la inacción de toda la legislatura o la aplicación con mano de hierro de las políticas de austeridad, los recortes presupuestarios o el desplome de las inversiones públicas que han dejado una región en la ruina.
La crisis arroja unos datos demoledores: la destrucción de 152.900 empleos (el 17,7% del empleo existente), la destrucción de 14.728 empresas (el 10,7% del total), una tasa de paro del 28,9%, o una renta per cápita que representa el 81% de la renta media en España. De este panorama forma parte la industria, condicionada por las debilidades inherentes a un tejido productivo atomizado, al que ha venido a unirse la ausencia de crédito y la caída del consumo interior derivado de la contención de las rentas.
Así, los datos en el sector industrial arrojan una pérdida de 36.100 empleos, el 24,7% del empleo existente respecto al inicio de la crisis, y se han destruido 1.834 empresas, el 13% de las mismas, lo que nos retrotrae al año 1999.
Sin embargo la industria es, sin duda, el sector económico con mayores garantías para encabezar la salida de la actual crisis. Aquellos países que tenían una industria más desarrollada han sido capaces de recuperar el crecimiento económico y se han visto menos afectados en la destrucción de empleo.
En ese contexto se inscribe la propuesta y el emplazamiento que CCOO CLM a las fuerzas políticas para definir un Plan para la Reactivación de la Industria en Castilla-La Mancha y que debiera articularse, en torno a los siguientes ejes:
• Mejorar la dimensión de las empresas industriales en nuestra comunidad autónoma (el 94% de las mismas son empresas sin asalariados o microempresas de 1 a 9 trabajadores) para lo cual es imprescindible incrementar su tamaño, mejorar la cultura y profesionalización empresarial y de gestión de las mismas, incorporar la innovación en sus procesos y apostar por la internacionalización para ganar con ello competitividad; condiciones ineludibles para su viabilidad y el mantenimiento del empleo.
• Restablecer los canales de financiación del crédito bancario, pero explorando a la vez nuevas formas de financiación tales como el capital riesgo en sus diferentes modalidades o el micromecenazgo.
En España merecería la pena considerar el papel de una banca pública y, desde luego, dotar de mayor protagonismo a organismos públicos que, como el ICO, debieran jugar un papel esencial en el restablecimiento del crédito.
• La apuesta decidida por la I+D, cuya caída ha sido de un 11,5% a nivel del estado. Por el camino han desaparecido un 29,4% de las empresas que hacían I+D+I y más de 11.000 investigadores. No es de recibo que la inversión en I+D en la región sea tan solo del 0.64% del PIB, lejos del 1,3% nacional y muy alejados ambos del objetivo del 3% fijado por la UE en la Estrategia 2020.
En estos momentos, España y, particularmente, Castilla-La Mancha necesitan impulsar compromisos de gasto público sostenidos en el tiempo en esta materia, y poner en marcha organismos que como una Agencia Regional de Investigación e Innovación integre y coordine todas las actuaciones.
• Impulsar decididamente las exportaciones y la internacionalización de nuestras empresas mediante el reforzamiento de la influencia de España en el exterior en la defensa de sus intereses industriales y el desarrollo de servicios específicos de información y asesoramiento. Es imposible competir con potencias productoras de bienes tecnológicos o con países cuyo volumen y precios hoy por hoy no tienen competencia.
• Mejorar las infraestructuras, el entorno industrial y los costes energéticos. En nuestra región, es imprescindible considerar una mejora de las infraestructuras de comunicación vial y ferroviaria, la red de comunicaciones internas y externas y el acceso y la extensión de la banda ancha en el conjunto del territorio. Por otra parte es preciso abordar los costes energéticos de las empresas españolas que son un 35% más elevados que la media de la OCDE, a la vez que soportan una gran inestabilidad de su marco regulatorio.
Una política que apueste por el desarrollo industrial debe tener muy presente la cualificación de los recursos humanos, tanto individual como colectiva y la generación de empleo de calidad. La rotación laboral y el empleo precario contribuyen a la pérdida de cualificación profesional de los recursos humanos.
• Una apuesta decidida por el dialogo con el gobierno y con las organizaciones empresariales de la industria como medio para concretar en la práctica las políticas en el ámbito industrial que nos ocupan, pues el capital humano y las relaciones laborales son parte fundamental del proceso productivo.
La creación del Observatorio de la Industria de Castilla La Mancha, con funciones de diseño y seguimiento de los planes y medidas que afecten al conjunto de la industria, sería un foro muy adecuado para estos objetivos.
En conclusión, estas propuestas están concebidas desde la voluntad de contribuir a que el impulso de la industria favorezca la recuperación de un crecimiento sostenible y que los graves problemas económicos y sociales derivados de la crisis económica en Castilla-La Mancha puedan encarar una senda de solución.