Miles de jóvenes abarrotaban esta tarde las instalaciones de Playa Park, próximas al campus universitario de Ciudad Real. El motivo no era otro que el de celebrar, desde las 12:30 horas, una de las grandes cervezadas del año, la de Derecho, Administración de Empresas y Relaciones Laborales. Recientemente se suspendió la cervezada de Industriales, por lo que los estudiantes han cogido con fuerzas esta primera cita con la fiesta, ya en plena primavera.Durante la celebración de este mismo evento, el año pasado, fue necesaria la intervención de los Bomberos del servicio de Emergencia Ciudad Real para rescatar a una chica de 21 años que se cayó en plena noche a un pozo de más de diez metros de profundidad próximo a la zona, tras participar en el macrobotellón asociado a la cervezada. La joven se precipitó en el pozo tras ceder la chapa que lo cubría.
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Nada que ver con lo que había hace 10 años. Que pena
Una sociedad para el futuro.
Parece evidente que una persona de cuarenta años no podría vestir con la ropa que llevaba puesta cuando tenía solamente catorce; su cuerpo y también su mente no lo aceptaría. Aunque físicamente tuviese las mismas medidas, cosa harto difícil, seguramente que no aceptaría vestirse con ella, se vería anticuada.
Pues bien, creo que a la sociedad de nuestro tiempo puede estar sucediéndole lo mismo. En los últimos sesenta años la sociedad, hablo de la del primer mundo, ha pegado “un estirón” como nunca había sucedido. El desarrollo técnico, industrial y de servicios ha conseguido un grado de bienestar para una gran mayoría de ciudadanos y las referencias políticas, filosóficas y económicas que existían se han quedado obsoletas y raquíticas. La sociedad se ha vuelto mucho más compleja y variada, se ha vuelto más justa aunque todavía quede mucho camino por andar en esto, pero el esfuerzo y la valía personal han tomado el relevo a lo heredado y gratuito. Por otra parte hoy ya no se dan las condiciones sociales y económicas que desembocaron en la lucha de clases.
Las filosofías políticas actuales no han evolucionado al mismo ritmo que la sociedad y en nuestro país que es el que más nos interesa, el desajuste aparece con más intensidad. Eso de izquierdas y derechas, huele ya a baúl con naftalina; por mucho que se añadan al ropaje retales para que intenten dar la talla. Ni el estilo, ni la tela soportan más el paso del tiempo. Hacen falta aires nuevos, ideas aglutinadoras nuevas. Ese permanente y continuo cruce de acusaciones denunciando situaciones a las que son ajenas el grueso de la población no hace sino demostrar la falta de oxígeno, la falta de ideas nuevas para la realidad social actual. ¿Para cuándo las ideas? ¿Dónde están los “pensadores” que iluminan a esta sociedad tan mayor de edad en algunas cosas y tan púber en otras? Porque a la vista está que a esta aldea global le falta un estilo común propio, una ilusión hacia dónde ir, una meta hacia la que mirar, unos políticos con perspectiva de futuro y no de poder, con ideas que respondan a filosofías sobre la realidad social más evidente; global porque la inmensa mayoría de ciudadanos tienen los mismos intereses cada mañana y son los que hacen funcionar al país. Esta sociedad no aguanta más esa casposa y recurrente película de blanco y negro, de buenos y malos. La sociedad tiene hoy una hermosa policromía y una sugestiva figura ansiosa de que algún pintor la sepa dibujar en el horizonte.