Bioy Casares era amigo de Borges. Tan amigo era, que se le pegó su forma de escribir. Dentro de unos límites, claro; que escribir como Borges no está al alcance de cualquiera. De hecho, y según veo, escribir como Borges no está al alcance de nadie. Adolfo Bioy Casares hacía lo que podía.Como todo el mundo. Y Adolfo Bioy Casares podía bastante. La prueba está en esta novela, que es corta, entretenida y, a veces, demasiado densa para el lector medio español, esa pobre víctima de los ejecutivos multinacionales. Un libro como este, hoy, no tendría editor. 
Demasiado complejo, demasiado bien escrito, demasiado para el cuerpo, como decían los pasotas hace treinta años. Demasié. Una historia de ciencia ficción contada con un lenguaje severo y adecuado, rico y profundo, sencillo y certero; en suma, una novela de ciencia ficción que no parece una novela de ciencia ficción, sino un ensayo sobre cómo ha de escribirse bien para que a uno lo entiendan y al mismo tiempo se sepa que uno tiene ideas profundas sobre las cosas. Bromas con las notas al pie, como si el editor, en este caso Alianza, hubiera investigado la veracidad de lo que aquí se narra. Un hombre solo en una isla llena de objetos. O un hombre no tan solo. Porque enseguida aparecen acompañantes. Una novela fantasmagórica, un invento, el invento de Morel. Que esta pequeña joya de la literatura argentina no sea más conocida en España es una prueba más del abismo de molicie y cerrazón intelectual hacia el que nos precipitamos gracias, entre otras cosas, a nuestro sin par sistema educativo, a nuestra inefable televisión pública, a las no menos inefables cadenas privadas, a las drogas, a los videojuegos… Dejémoslo ahí. De bastante mala baba nos levantamos por las mañanas pensando en el mundo que nos vamos a encontrar. Disfrutemos el sueño de Morel, su invención, y la obra de Bioy Casares en su totalidad. Porque este hombre no escribió un libro malo. Yo, al menos, no lo he leído.
Emilio Morote Esquivel
Palabras marginales
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Más allá de Morel, hay un libro de Bioy Casares excepcional. Y es, justamente el llamado ‘Borges’. Cúmulo de notas transcritas, de recuerdos anotados y de conversaciones producidas durante años en los encuentros porteños de ambos. Vertiginoso.
Gracias, José, por la recomendación. Tengo el libro en casa a medio leer, y me parece muy interesante por la visión que un genio da de otro. Borges es la cúspide de las letras en español durante el siglo XX. Cuando termine el libro «Borges», igual lo comento. Un saludo.