El alcalde de Alcázar de San Juan, Diego Ortega, ha salido al paso de las críticas recibidas por la próxima rotulación de un pequeño parque de la localidad con el nombre de Eugenio Molina, alcalde desde 1964 hasta 1979, afirmando que, más allá de su ideología, lo que quiere reconocer el Ayuntamiento son los muchos logros obtenidos por este vecino de Alcázar para el progreso de la ciudad durante los años en que le tocó dirigir el Consistorio.
Así, Ortega ha señalado que durante el mandato de Eugenio Molina, se consolidó y amplió el polígono industrial, creado en 1960 como polígono de descongestión de Madrid. También en esta época se inauguró el Parque Alces y se destinaron en esta zona varios terrenos para la construcción de nuevas viviendas. En esta misma ubicación se construyó y puso en marcha el Hospital Comarcal, conocido como Hospitalillo, que permaneció en funcionamiento hasta la inauguración del actual Hospital General La Mancha Centro.
Eugenio Molina fue también el impulsor de la construcción de la Piscina Municipal, consiguió para el Ayuntamiento la titularidad de la Plaza de Toros, que hasta entonces era propiedad privada, y colocó en esta zona la máquina de tren que aún hoy es uno de los principales símbolos de la ciudad. Desarrolló igualmente los servicios de agua, alcantarillado, pavimentaciones y acerados. Creó la Mancomunidad de Servicios Consermancha, construyó la Oficina de Turismo y puso en funcionamiento el Museo Municipal, entonces situado en el entorno del Torreón y del que formaban parte los mosaicos romanos hallados en la zona.
En cuanto al papel de Alcázar como ciudad cervantina, durante el mandato de Eugenio Molina se restauraron en su integridad los molinos del Cerro de San Antón, se diseñó el anagrama y lema “Alcázar de San Juan, Corazón de La Mancha”, y se colocaron en la Plaza de España las esculturas de Don Quijote y Sancho Panza, obra de Marino Amaya, además del Monumento a la Madre de la Plaza de Santa María. También en estos años se creó la Orden de Sancho Panza y el Festival de la Canción de Primavera, origen del actual Festival Internacional de Folklore que el pasado 2014 cumplió 50 años.
Por todo ello, para Diego Ortega no cabe duda de que, al margen del momento político en el que vivió, Eugenio Molina, que obtuvo la Medalla de Oro al Mérito Deportivo en 1968, es un ejemplo de “auténtico servicio público en toda su extensión”, marcado además por un “espíritu de consenso y de reconciliación que supo inspirar en la transición política, abriendo la institución municipal a la democracia y siendo pionero en instalar en nuestra ciudad un espíritu democrático”.
Por otra parte, el alcalde alcazareño ha querido subrayar que durante los años de gobierno municipal socialista también se homenajeó a varios alcaldes anteriores a la democracia, rotulando con su nombre varias calles de la localidad. Es el caso de Eulogio Quintanilla (1914), Francisco Paniagua y Pedro Arias (años 30) e incluso un alcalde del periodo franquista como fue Bonifacio Romero, primer edil entre los años 1942 y 1951. “Se entiende que eligieron esos nombres por su gran labor como alcaldes, sean del periodo que sean”, afirmaba Ortega.
Para el alcalde de Alcázar de San Juan, “nadie duda de los logros conseguidos por Eugenio Molina para Alcázar, pero sí cabe duda de lo conseguido por el fundador del PSOE, Pablo Iglesias, para Alcázar y los alcazareños, en cuyo honor se denominó una gran avenida en el mandato socialista y se erigió una estatua pagada a modo de impuesto revolucionario exigido a un empresario para ser adjudicatario de una obra”.
Finalmente, Diego Ortega ha aclarado, respecto al parque escogido para recibir el nombre de Eugenio Molina, que “no hay constancia en los registros municipales ni en la conciencia ciudadana de que esa zona verde se llamase Pablo Picasso”, nombre que sí tiene el Pabellón Deportivo situado enfrente y un colegio público cercano.