Entre 2001 y 2007, se produjeron dos denominaciones grupales y tribales, muy similares y altamente especulativas, que ahora parecen volver. Denominaciones descriptivas aquellas, que actualizaban los viejos contenidos de los primeros setenta, de la llamada entre nosotros ‘Gauche divine’; que tuvo ya en los ochenta otras actualizaciones semánticas a través de la denominación francesa de la ‘Gauche caviar’; y, luego la tornasolada ‘Beatifull people’. Dando a entender con ello, con esas denominaciones forzadas a grupos socioculturales de distinto pelaje, pero caracterizados casi siempre por su fuerte apego al poder; apego exhibido con ademanes aparentemente desinteresados. Y no es sólo, por ello, sociología recreativa y politología descriptiva, sino la permanencia de las pasiones brutas.
La primera de las denominaciones fue conocida como BOBO’S, y reflejaba el anagrama de la denominación sajona Bourgeois-Bohemians. Denominación que incluso se mantenía en español, para dar cabida a una nueva tribu urbana, conocida como la de los ‘Bohemios-burgueses’, como anticipo paleolítico del Hipster encabalgado en cierto confort revolucionario o en cierto apresto revolucionario vestido de ‘Comme de garçons’. Que definía e ese clan de los BOBO’S, no solo como un oxímoron probable, sino como un segmento social improbable y a veces, difícil de identificar. Segmento social polimorfo y no sé si perverso; así querido por los magnates de la ideología excedentaria del Posmodernismo, y por los mangantes de la decencia del Segundo Imperio. Con ello, con esa designación cacofónica, advertimos, o nos advierten, de un colectivo equidistante del Polo Norte y del Polo Sur, puro Ecuador geosocial, que participaba de ambos valores: del frío verbal del Norte y del frío lingüístico del Sur. Pero vivendo en la zonas cálidas y soleadas del planeta.
Lo Bohemio junto a lo Burgués, ejemplariza las altas cotas de comercialización a la que se puede llegar en todo tipo de etiquetas y en todo tipo de ismos, en la edad de la inocencia perdida. Para algunos, los BOBO’S señalan a un sector conservador ‘ma no troppo‘, que tiene un lenguaje ‘gauchista‘ y muy gesticulante. Es decir sería algo así como un burguesía del XIX, reinventada y revisada tras el final de la Guerra Fría. Una burguesía abierta y evolucionada como sus tatarabuelos, frente a otra burguesía cerrada y retardataria, que bien podrían denominarse como los COCO’S. Y así tendríamos un encuentro de los BOBO’S frente a los COCO’S. Una muestra periclitada y no sé si vigente aún hoy, de los BOBO’S formados, sería la algunos miembros del llamado ‘Clan de ceja’: peliculeros y cancionetistas varios, apoyando al ex presidente Rodríguez Zapatero.
Ejemplos anticipados del BOBO’S los proporcionaba Raúl del Pozo en 2003, al citar en su artículo ‘Millonarios comunistas’ que «A la condesa de Madrid [que] le llevaban cada mañana el ‘Mundo Obrero’ en una bandeja de plata,[ o a] los condes de San Luís [que] estuvieron en la creación de Comisiones Obreras«. Otro ejemplo afortunado y actualizado de BOBO’S lo compone Carmen Lomana. Capaz de lo más y capaz de lo menos; capaz de lo In y de lo Out. Incluso, capaz de merendarse el roscón de Reyes, con un invitado de postín revolucionario, como Juan Carlos Monedero, en su mesa adornada de la calle Serrano con litografías del Comandante Chaves. Por no hablar de la imagen coherente compuesta por Tania Sánchez, candidata de Izquierda Unida por Madrid, luego de su renuncia como cartel electoral, y en busca de los horizontes perdidos, capaz de erigirse en portada icónica de revistas mundanas luciendo palmito. Ya no sé si electoral, o simplemente frívolo.
La segunda denominación, curiosamente, viene de Venezuela y nos afecta menos, aunque es igualmente descriptiva de esos avatares de la sociología recreativa. Venezuela, plaza bien conocida por el invitado de la BOBO’S Lomana y que atiende por Monedero, ha dado lugar a ese advocación de los llamados ‘Boliburgueses‘; como adición reducida y fusionada de la Burguesía Bolivariana. Que no deja de ser otro oxímoron sudamericano y posmoderno, puesto en circulación por la oposición del 2007, al comandante Hugo Chaves, de boca del periodista Juan Carlos Zapata. Y que se refería a los sectores de «los nuevos ricos del chavismo, que se han enriquecido de forma rápida y no siempre transparente«.
Si toda revolución, genera a sus hijos que serán devorados por el correspondiente Saturno filicida de turno; igualmente, podemos advertir que toda revolución genera su propia burguesía nacarada, instalada y aprovechada, en formas diversas y formatos variadas: de ‘Nomenklatura’, de ‘Comite´Central’, de ‘Politburó’, de ‘Burguesía roja’, de ‘Beatiful people social progresista’ o de ‘Boliburgueses‘. Por eso lo señalado en el blog venezolano de León Briceño de la Vega sobre la confusión reinante y sobre la superposición de los beneficiados burgueses y de los proletarios empobrecidos, cual lumpen proletariado del XIX: » El capitalismo [está] más vivo que nunca en Venezuela, pero disfrazado por voceros oficialistas como socialismo del siglo XXI, para que el pueblo asalariado crea que es un sistema económico que le beneficia, y que Maduro y su gabinete los protege del egoísmo y la codicia innatos de los capitalistas, incluida la neoburguesía o burguesía roja«.
En esos años de esplendor petrolero y de nacionalizaciones incruentas, el movimiento popular del chavismo bolivariano, crecía de manera similar a la velocidad desplegada por el crecimiento de esa Burguesía Bolivariana. Amante de modos burgueses en su boato y consunción, pero capaces de usar un verbo tremendamente revolucionario en las formas. ¡Ay las formas! Eso comentaba días pasados, el periodista argentina Jorge la Nata, sobre el ‘kichnerismo‘. A los que tildaba de «un grupo de derechas, con lenguaje de izquierdas y sin apoyo del ejército«. Lo mismo, a su juicio, pero con apoyo del ejército era el chavismo.
Burguesía Bolivariana, que obviamente, no usaba chándal y que bebía whisky de 18 años y conducía majestuosos todo terrenos Hummer. En esos años de ‘Bolibu‘ (no confundir con la colosal industria cinematográfica de la India Bollywood y casi homofónica de la venezolana) se produjeron los primeros negocios líquidos de Monedero. En trabajos de asesoramiento a ese raro conglomerado de chavismo bolivariano y de Burguesía Bolivariana. Por eso, finalmente, no es rara la coincidencia de mesa y mantel de una representante de los BOBO´S con otro señalado heredero de la Burguesía Bolivariana. Porque los extremeños extraños, se tocan. Además de la vigencia de lo anotado por Vázquez Montalbán ¡en 1971!, sobre las particularidades semánticas hispánicas, a las que tan aficionados están resultando Wert, Cospedal, Floriano y Moreno Bonilla. «Este tema excede la cuestión de la ‘gauche divine’, a la vista de lo utilizable que es en nuestras latitudes. Porque se ha demostrado que la ‘gauche divine’ aprovecha, y a unos les sirve, para denunciar las trampas de la derecha y a la derecha para devaluar la izquierda. Nunca se vio fantasma tan necesario. Habrá que deducir, finalmente, que si la ‘gauche divine’ no existiera habría que inventarla como gran coartada lingüística de la revolución semántica española«. Pues eso, revoluciones sí, pero sólo semánticas; no se vayan a desmadrar. Vivir para contarlo.
Periferia sentimental
José Rivero
