Importadores procedentes de Alemania, Chile, Francia o Estados Unidos han participado este jueves en una de las catas temáticas organizadas en el contexto de la II Cumbre Internacional del Vino. La actividad tenía como objetivo promocionar el potencial de los varietales de Castilla-La Mancha entre aquellos encargados de introducirlos en otros mercados.
La cata temática ha incluido 18 vinos de las diferentes zonas vitivinícolas de la región. El enólogo Jorge Maldonado ha sido el encargado de guiar a los participantes en esta aproximación, puesto que para algunos de ellos era la primera toma de contacto. “Hay que aprovechar catas como esta para despertar el interés por un producto puntero que en boca gusta por todo lo que por sí mismo ofrece”, ha destacado Maldonado, quien ha hecho hincapié en el esfuerzo de bodegas y cooperativas en materia de calidad.
Calidad que para este enólogo ha borrado de golpe el concepto que de los vinos españoles se tenía principalmente en países centroeuropeos durante décadas pasadas. Una afirmación que corroboraba de primera mano Helmut Troeyer, importador procedente de la localidad germana de Colonia. “Hasta hoy de la cartera de 200 vinos que disponía sólo uno era de Castilla-La Mancha. Tras esta visita a la Cumbre incorporaré más porque francamente me han sorprendido muchos de ellos tanto por su variedad como su enorme personalidad propia”, ha subrayado Troeyer.
Una idea en la que coincidían otros importadores que han trasladado sus buenas percepciones por los vinos de esta tierra a la consejera de Agricultura del Gobierno de Castilla-La Mancha, María Luisa Soriano. La consejera ha compartido la sesión con estos profesionales y con algunos periodistas agroalimentarios acreditados en el encuentro. Soriano ha explicado que esta personalidad de nuestros vinos obedece a que a lo largo de las más de “436.000 hectáreas de viñedo los viticultores cuidan al milímetro sus cepas para que el producto que llega al consumidor sea verdaderamente un vino con alma y de calidad”.
