Eusebio Gª del Castillo Jerez.- Desde la asociación juvenil Ciudad Real Cats, impulsora del proyecto CES (capturar, esterilizar y soltar) para el control de colonias de gatos abandonados, han manifestado a este digital su malestar al no haberles comunicado el Ayuntamiento aún una respuesta, pese a que presentaron su iniciativa el pasado mes de octubre. Tampoco se les ha hecho llegar el informe emitido por el Colegio de Veterinarios de Ciudad Real, que recoge una serie de impedimentos para poner en práctica el sistema CES.
Teresa Pecero, presidenta de Ciudad Real Cats, solicitará esta semana una nueva reunión con la concejala de Sostenibilidad para conocer de primera mano los argumentos por los que el Consistorio podría haber desechado su proyecto. Ésta es su impresión tras las palabras de Rosario Roncero en el último pleno al ser preguntada por el grupo municipal socialista al respecto.
Por otro lado, recuerda que, independientemente de las apreciaciones que recoge el informe del Colegio de Veterinarios, los gatos abandonados son responsabilidad del Ayuntamiento y es necesario dar una solución a los más de 800 ejemplares que moran en las aproximadamente 20 colonias censadas en Ciudad Real.
La presidenta de Ciudad Real Cats considera que el documento elaborado por el Colegio de Veterinarios no cierra la puerta al método CES. Al contrario, recoge información acerca de los escoyos que el proyecto debe superar. Por ello, están en contacto con asociaciones animalistas de ciudades donde actualmente se aplica este sistema para reelaborar la propuesta.
Respecto a la marca -un pequeño corte en la oreja- que se efectuaría a los animales antes de soltarlos para poder identificarlos como esterilizados, y que el informe del Colegio de Veterinarios califica de «mutilación» y, por tanto, un acto prohibido por la ley, Teresa Pecero asegura que no conoce a ningún veterinario que la tilde como tal. «Es un corte minúsculo en la oreja para poder diferenciar a los gatos que han pasado por el protocolo CES. Es mucho peor amputar uñas a gatos, o cortar rabos y orejas a perros, y se hace habitualmente». Además, puntualiza, se efectuaría durante la intervención quirúrgica para la esterilización; es decir, bajo sedación.
En cuanto al coste que el Colegio de Veterinario estima para aplicar el tratamiento a cada uno de los animales durante el primer año, 300 euros en el caso de las hembras y 180 euros en el de los machos, cree que está muy por encima de lo que podría llegar a costar teniendo en cuenta la cantidad tan elevada de intervenciones que habría que realizar. Lo normal, señala Pecero, sería llegar a acuerdos de colaboración con las clínicas veterinarias, en cuyo caso el coste podría reducirse a la mitad.
Sobre el hecho de que la Ordenanza municipal de tenencia y protección de animales de compañía no contemple la posibilidad de que un animal abandonado, una vez capturado y retenido en un centro de recogida, no pueda volver a ser puesto en libertad, desde Ciudad Real Cats recuerdan que su proyecto recoge que los gatos sociables se cuidarán en un espacio apropiado y preparado a tal efecto y que se entregarán a personas que estén dispuestas a hacerse cargo de ellos. Distinto sería el caso de los animales asilvestrados. «Desde la ética animalista, no se puede condenar a un gato libre, que no quiere relacionarse con humanos, a vivir encerrado de por vida en una protectora donde no quiere estar. Tampoco puede entregarse en adopción porque no son animales sociables, y lo primero que hará un gato en esa tesitura será tratar de escapar». Por ello, la presidenta de Ciudad Real Cats insiste en que en una colonia bajo el método CES los gatos asilvestrados vivirían en libertad, pero estarían controlados y protegidos.