Qué tendrán los requiebros, qué los remoquetes… Ah, nada hay más difícil que encontrar el amor cuando se lo busca, aunque también es cierto que puede colarse por cualquier rendija de la vida, y entonces la chifladura se desborda en vidamías y chischibeos, y se pela la pava, y se dicen flores… Sí, el amor no tiene fronteras ni conoce obstáculos. Y a falta de agencias, internet y muros de Facebook bueno está buscarlo en el muro de la esquina de la calle, como ha hecho este futuro amante en Puertollano quien, al parecer, no carece de dotes persuasivas. ¡Suerte!