Ejecutiva Local del PSOE en Ciudad Real.- Ahora que ha deshojado la margarita que ya tenía deshojada y sabemos que Rosa Romero vuelve a repetir como candidata del PP a la alcaldía de nuestra ciudad, sería necesario puntualizar algunas expresiones a tenor de sus declaraciones, donde dice “prometo dedicarme exactamente igual que hasta ahora”.
Ese “igual que hasta ahora” ha implicado compartir su responsabilidad en la alcaldía con la de diputada regional y, posteriormente, con la de parlamentaria nacional, trabajo que desempeña hasta la fecha. Al parecer, tiene previsto la misma dinámica, engañar de nuevo a los ciudadanos hablando de dedicación exclusiva a la ciudad, cuando en realidad es una dedicación a tiempo parcial.
Es cierta la repulsa ciudadana actual por el acaparamiento de cargos políticos públicos, por muy legal que el tema sea. Pero ese virtuosismo de sumar cargos es entendido hoy por la ciudadanía como un privilegio que peca de minusvalorar la necesaria dedicación personal que el servicio público necesita.
Los propios funcionarios públicos tienen acotadas por ley desde el año 84 sus incompatibilidades y no se entiende que la clase política no haga un esfuerzo de testimonio y ejemplaridad ante los ciudadanos. Compartimos esa reclamación social de un solo cargo en una persona, los duplicados restan eficacia a la gestión en las Instituciones a las que prometemos servir.
Todo lo demás es “apropiación indebida” de cargos públicos por parte de algunos políticos, como Rosa Romero, que menoscaba la gestión pública y supone una transgresión a las intenciones de los votantes que reclaman una dedicación plena y exclusiva para solucionar los problemas de su municipio. Hoy en día, incluso, es una inmoralidad a los ojos de miles de desempleados el hecho de exhibir un pluriempleo, que si bien no suma sueldos si lo hace en dietas, protocolos, viajes gratuitos, presupuestos de libre disposición, etc., tal como hace nuestra actual alcaldesa y candidata del PP para el 24 de mayo.
Si los que aspiran a un cargo político en las Instituciones prometen en sus discursos electorales entrega sin reservas y jornadas enteras dedicadas al servicio de los ciudadanos, tienen que hacerlo sin falsas paradojas farisaicas, tienen que hacerlo con la entrega sincera para resolver los problemas de la convivencia en una sociedad democrática.
Todo ello, al igual que Ia limitación de mandatos, es imprescindible para romper con el creciente alejamiento de políticos y ciudadanos, para regenerar la vida pública y para quebrar esa sensación de la ciudadanía de que sus representantes tienen un estatus superior a ellos mismos.
En este tiempo electoral, lo políticos debieran expresar su compromiso público de contrato con los ciudadanos, dejando bien claras sus intenciones al respecto. Cosa que deja en duda la declaración de la Sra. Romero. Es evidente que no tiene intención de comprometerse a trabajar en exclusiva para la ciudad, al igual que no lo hace actualmente.
Hay un refrán castizo que dice “el ojo del amo engorda el caballo”. Resulta verdaderamente difícil devolver la confianza a quien nos ha engañado una vez; pues en el fondo estamos convencidos de que volverá a hacerlo. Obremos, pues, en consecuencia.