UPyD, en defensa del patrimonio urbano de Manzanares

Jerónimo Romero-Nieva Lozano. Portavoz de UPyD Manzanares.- El pasado día 2 de diciembre, se acordó en Junta de Gobierno Local conceder Licencia de demolición de la casa Calle del Carmen, 8 c/v a Calle Vázquez de Mella. UPyD en Manzanares entendemos que si el Ayuntamiento está empeñado en la rehabilitación del casco antiguo del pueblo, interés por otra lado compartido por muchos, en este caso se debería considerar que dicha casa ha de formar parte del Catalogo que no acaba de concretarse ni de ver la luz, y en consecuencia que al menos su núcleo principal, fachada y patio, sean rehabilitados y no demolidos.

UPyD en Manzanares elevará a la Comisión de Patrimonio petición en el sentido de salvaguardar los elementos de dicha finca que lo puedan requerir.

Apelamos a la sensibilidad del Equipo de Gobierno Municipal en estos temas para que impida una nueva, y otra más, agresión de similar naturaleza que nos retrotrae en el tiempo a modos y maneras que creímos y superadas, y que desde luego nunca pensamos que pudiera ocurrir al cambiar de signo político en la gobernación de nuestro pueblo.

Exigimos coherencia al equipo municipal de gobierno cuando a la vez de que se empeña mucho en hablar de rehabilitar del casco viejo permite al tiempo agresiones de esta naturaleza.

Manifestado lo anterior no es por menos pertinente reconocer los derechos de la propiedad de dicho inmueble. De donde surge la necesaria conjugación de intereses diversos sobre este tema. Si nos mantuviéramos como sociedad en ciertos niveles de capacidad y de bienestar se podría apuntar hacia el pago y protección de tal derribo. Tenemos que conjugar también el derecho patrimonial y la priorización en el contexto de nuestro tiempo. Esta, como otras muchas casas no es de las mejores, aunque el lugar si es de los más notables, aunque está deteriorado por otras casas del entorno.

Por todo lo expuesto parece oportuno que, además de la crítica, presentemos una alternativa: el solar, en el caso de transformación ineludible, tendría que quedar cerrado en condiciones y se podría obligar a dejar una pared fachada falsa, con tal de no degradar ese rincón, o condicionar el derribo, en su caso, con la presentación del proyecto nuevo, y dar un plazo máximo para edificar.

Ese rincón de Manzanares no se merece estar como el Casino, largos años de abandono; no se merece que quede como el solar tras la Ermita de San Blas, con un esqueleto de edifico degradante por su estado de paralización y abandono; no se merece quedar en un mero cerramiento como lo es espacios que bordean la Plaza del Castillo, y tantos otros espacios que solo muestran una cara de solar manchego sin apenas expectativas de futuro.

Si se hunde es para construir, y si está en ruina, que no lo parece, se tira por dentro y se acondiciona un muro de cierre. En el punto intermedio y fácil, y rechazable de cualquier manera, esta la peor salida para nuestra imagen, el dejar el solar vacío, abierto en sus medianeras.

En el esfuerzo de convivencia, y de defensa de los intereses de todos, las autoridades han de buscar las alternativas que respeten mejor las legítimas aspiraciones con el patrimonio, la tradición y la cultura.