José Ignacio González Mozos.- El próximo sábado, 31 de enero, a las 20:30 horas, tendrá lugar un nuevo concierto de la Asociación Cultural Banda de Música de Puertollano en el teatro del colegio salesiano de la localidad. El concierto en honor a San Juan Bosco será dirigido por Ángel Parla Candenas y estará dedicado por entero a nuestro teatro lírico nacional, la zarzuela.
La primera parte del concierto será un homenaje a Pablo Sorozábal y en ella podremos disfrutar de selecciones de obras tan importantes como Katiuska, Don Manolito o Black el payaso. La segunda parte del programa tendrá como protagonistas a autores tan destacados como Ruperto Chapí, Fdez. Caballero o Gerónimo Giménez, autores que dejaron una profunda huella en el género, con páginas tan célebres como La Revoltosa, Gigantes y cabezudos o La Boda de Luis Alonso.
A modo de esbozo sobre el género de la zarzuela, diré que ésta es el teatro lírico español por excelencia. Un teatro lírico de rasgos similares a los que presentan géneros tan reconocidos y respetados a nivel internacional como la decimonónica ópera cómica francesa o el Singspiel alemán. A pesar de ello, y sin que nuestro teatro lírico presente un nivel musical inferior a los géneros citados, la zarzuela ha quedado relegada al ámbito de influencia de nuestro país, hecho que posiblemente sea debido al acusado carácter local de los libretos que en muchas ocasiones a lo largo de estos dos últimos siglos, han tildado a la zarzuela como género menor o incluso «populachero». Todo ello ha motivado una limitación en una música que, por otra parte, podría haber adquirido un marcado impulso internacional.
En relación a este asunto ya Emilio Arrieta, siendo director del Conservatorio de Madrid a finales del siglo XIX, afirmaba: «Ópera cómica es el nombre que debió haberse preferido por todos nuestros compositores para nuestro teatro lírico nacional (…). El malhadado nombre de zarzuela ha causado más daño a la ópera cómica española, en la opinión general acerca de de su verdadero carácter e importancia artística, que sus envidiosos y los necios que no la comprenden. La zarzuela no es ni más ni menos que lo que en Francia se llama Ópera Cómique (…) tal como se viene cultivando también en Alemania (…) sin que a nadie se le haya ocurrido en aquellos ilustrados y afortunados países lamentarse de esta clase de espectáculos, calificándolos de híbridos e indignos del arte, como aquí hacen los que más obligados están a respetarlos».
Con estas palabras Emilio Arrieta no solo se refería a enconados enemigos del género como el gran compositor Felipe Pedrell, padre de nuestro nacionalismo musical, quien utilizaba calificativos como «degradado» o «encanallado» para referirse a ella, sino también a la nobleza y la alta burguesía que, asiduos a la ópera italiana, menospreciaban la diversidad regional y el color local del que hacía gala la zarzuela como un símbolo del atraso de España respecto al resto de Europa.
Aunque la época de esplendor de la Zarzuela comienza a mediados del siglo XIX de la mano de autores como Saldoni, Carnicer o Pedro Albéniz, su nacimiento como género se remonta al siglo XVII en los tiempos del reinado de Felipe IV. El rey gran aficionado a las cacerías, organizaba cerca de El Pardo las llamadas «Fiestas de Zarzuela» con el fin de amenizar dichas cacerías y como símbolo de ostentación del poder real. En estas fiestas cortesanas se interpretaban obras musicales similares a las óperas pero en las que se alternaban partes de canto con partes habladas, usando ritmos populares españoles en bailes y danzas, así como tonos y tonadas en las que los protagonistas eran impulsados por emociones humanas en vez de por la mitología antigua.
Grandes literatos como Calderón de la Barca o Lope de Vega intervinieron en algunos de los libretos de las primeras zarzuelas sobre música de Juan Hidalgo, Sebastián Durón o Antonio Literes. A destacar zarzuelas del barroco como «El Jardín de Falerina», «El Golfo de las Sirenas», «Celos aún del aire matan» o «La selva sin amor».
Aunque se siguieron componiendo zarzuelas como «Viento es la dicha del amor» de José de Nebra durante el siglo XVIII, la zarzuela pierde fuerza frente a un nuevo género que surgirá con fuerza; la Tonadilla escénica. También se impondrá la ópera de estilo italiano, debido a la influencia que el castrati «Farinelli» ejercerá en favor de ella en la corte borbónica de Felipe V.
Como ya he señalado la verdadera restauración de la zarzuela tiene lugar a mediados del siglo XIX. El género se divide en Zarzuela Grande en dos o tres actos, Género Chico en uno o dos actos y de carácter popular sobre asuntos castizos, el Sainete Lírico en un acto, la Revista que consistía en una sucesión de escenas sin enlace argumental y el Género Bufo.
Al primer éxito de la Zarzuela Grande de Rafael Hernando «Colegialas y Soldados» estrenada en Madrid en 1849, seguirán un gran cantidad de obras del género de autores destacados como Gaztambide, Barbieri, Arrieta, Bretón, Chapí, Chueca o Giménez, que llevarán a cabo un desarrollo del género sin precedentes.
Durante el S. XX, la zarzuela comienza su particular ocaso sobre todo a partir de la guerra civil española tras la que aparecerán géneros musicales de carácter más frívolo y que en su mayor parte derivarán del Género Chico. Destacan el Cuplé, el Vodevil, la Revista o el Juguete Cómico-Lírico. A parte de esto, la zarzuela también tuvo que competir con el auge de la música comercial, el pop y el rock, que en los años cincuenta y sesenta supondrán una verdadera revolución musical en España. A pesar de esto la Zarzuela Grande y el Sainete Lírico seguirán cosechando éxitos. Autores como Amadeo Vives, Francisco Alonso, José Serrano, Pablo Luna, Usandizaga, Vicente Lleó, Soutullo y Vert, Manuel Penella, Jacinto Guerrero, Moreno Torroba o Pablo Sorozabal, crearán una ingente cantidad de obras de una calidad notable y de las que la asociación banda de música de Puertollano va a dar fe en el concierto que este próximo sábado día 31 de Enero tendrá lugar en el teatro del colegio salesiano de Puertollano, bajo la dirección de D. Ángel Parla Candenas.