Emilio Morote Esquivel.- Ciudad Real capital disfruta de la existencia de calles peatonales vigiladas por cámaras de seguridad y por agentes de la autoridad que se encargan de hacer cumplir la ley. Esto es: de hacer que esas calles sean, como su propio nombre indica, peatonales. Existe una normativa sobre carga y descarga y sobre entrada de vehículos de motor en los garajes ubicados en calles como General Aguilera, Ramón y Cajal o la entrañable calle Montesa. Como decimos, la acertada política del Ayuntamiento en cuanto a vigilancia y prevención ha hecho posible que esas vías públicas sean destinadas a que los peatones paseen por ellas tranquilamente, a que sus hijos jueguen sin temor a ser atropellados y a que sus padres y sus abuelos charlen sentados en un banco sin temor a que un malhadado accidente les traiga más de un disgusto.
Es de aplaudir la iniciativa del Ayuntamiento de Ciudad Real de mantener esas vías públicas en el estado en que se encuentran hoy: expeditas para el uso de los peatones sin riesgo para ellos.
Pero existe en Ciudad Real, por desgracia, una excepción, una dolorosa y hasta nos atreveríamos a decir que indignante excepción.
Esta se encuentra en la calle Zarza, ubicada, como muchos de ustedes sabrán, en los alrededores de la Catedral de la Virgen del Prado, lugar emblemático de nuestra capital que tiene el dudoso privilegio de albergar en sus cercanías una de las más conflictivas zonas de tráfico rodado de Ciudad Real.
El tramo peatonal de la calle Zarza ─que va desde su esquina con la calle Infantes hasta la Plaza del Carmen─ se define legalmente como “calle peatonal”. Consta de su pertinente cartel en el que se indica con toda claridad que a la calle, en ese tramo, solo podrán circular quienes hayan de acceder a una cochera o quienes hayan de efectuar labores de carga y descarga, y estos últimos sólo en los horarios fijados por la ley.
Pero la calle Zarza carece de vigilancia. No hay cámaras en ella, y hace mucho tiempo que una serie de ciudadanos ─una prolongada serie, nos tememos─ han convertido la calle Zarza ─por aquello de que solo somos buenos cuando nos vigilan─ en un aparcamiento gratuito.
En efecto, desde hace años y todos los días, día tras día, docenas de vehículos aparcan con toda tranquilidad en la calle Zarza, al parecer, sin temor alguno a ser sancionados.
Ello provocó que muchos padres de los niños que acuden al colegio San Francisco Javier tuvieran la idea de usar, por qué no, ellos también la calle como un aparcamiento, o más bien como un singular (y muy peligroso) campo de maniobras.
La entrada de padres con sus vehículos en ese tramo de la calle Zarza la convierte, literalmente, en inhabitable. Los vecinos de la calle me comentan que viven asustados de los padres de los alumnos que acuden, como decimos, día tras día, mes tras mes, año tras año, todos los días con sus enormes ─o no tan enormes─ coches a dejarlos en medio del carril, encima de las aceras, pegados contra las puertas de los garajes.
Los días de lluvia, la situación es caótica, infernal para los vecinos y transeúntes. Y todos los días, sean lluviosos o despejados, muchos vecinos ni siquiera pueden sacar su coche a esas horas, y cuando por fin pueden se encuentran con la ya conocida hilera de coches aparcados ─atención al detalle─ en una calle peatonal donde no debería haber ninguno.
Algunos vecinos han tomado la opción de mudarse, o sea: de huir de los papás con sus coches y sus miradas amenazantes y retadoras; otros han adaptado su horario de trabajo al de los padres que llegan con sus niños y sus coches a la calle peatonal: salen antes de que lleguen porque saben que cuando lleguen los papás, ellos ─los vecinos─ no podrán sacar el vehículo de su garaje y por lo tanto llegarán tarde al trabajo. Eso, si no se ven envueltos en una pelea de las que según me comentan ya se han producido varias en estos años entre padres y vecinos, con intervención de la Policía Nacional y el subsiguiente procedimiento penal incoado en los juzgados de Ciudad Real por amenazas, insultos y hasta agresiones físicas sufridas por los vecinos.
Una pareja de ancianos me comentan que hace años que no se atreven a salir de su casa en los momentos en que los padres conductores hacen de las suyas: amenazas, insultos y miradas patibularias son moneda común en la calle Zarza: los conductores la han hecho suya, es de ellos, no de los vecinos, no de los ciudadanos que respetan la ley, sino de los que no la respetan; no de los propietarios que han pagado un dinero ganado honradamente por una plaza de garaje (por la que también pagan un IBI), sino de los papás que llevan sus coches de lujo y tracción a las cuatro ruedas por las aceras de la calle Zarza y, de paso, destrozan las baldosas pagadas con dinero de todos.
Y la cosa no queda ahí: según también me comentan los mismos vecinos de la calle Zarza, la magnitud del descontrol ha atraído ─como suele suceder en estos casos─ a otros inciviles: fumadores de porros, esnifadores de cocaína y adictos a las pastillas pasan la mañana y tarde sentados frente al colegio consumiendo drogas, sea o no hora de clase, a veces el olor a marihuana llega hasta la misma puerta del colegio; motoristas cercanos al calificativo de “suicidas” atraviesan la calle ─recuerden: una calle PEATONAL─ a velocidad de vértigo y usando los inútiles pivotes de seguridad como cómodos obstáculos que esquivar con sus potentes (y muy ruidosas y hasta letales) máquinas a dos ruedas.
Y por si fuera poco, se da un inquietante y un tanto siniestro espectáculo que he tenido ocasión de observar yo mismo atraído por la curiosidad y por ciertos rumores: algunas tardes, un coche ─a veces de una marca, a veces de otra; a veces de color claro, otras de tono oscuro─ entra en el tramo peatonal, se detiene unos minutos, enseguida aparece alguien que habla con el conductor: una mano se cruza con otra, un billete cambia de dueño y una bolsita pasa de un bolsillo a otro: el trámite se ha cumplido, la calle Zarza, la pretendida calle peatonal, ya no es una calle para las personas honradas, sino un coto de caza para drogadictos, matones y camellos.
Y todo se arreglaría con un par de cámaras de seguridad conectadas a las centralitas de las muy eficientes (cuando las dejan actuar) fuerzas del orden de Ciudad Real.
Y esto me lleva a dos preguntas que me hacía el lloroso vecino que acabó marchándose de la calle Zarza porque no podía vivir en el centro de Ciudad Real, al lado de la Catedral de la Virgen del Prado y al lado de un colegio… porque tenía miedo: ¿Es mucho pedir? ¿Valen más dos cámaras que la tranquilidad de las personas decentes, trabajadoras y cumplidoras con la ley?
Valiente denuncia!!! Espero que se tomen medidas
Joder, llevan razón en todo salvo en lo de la gente esnifando y comiendo pastillas(por supuesto lo de los porros es cierto), pero lo otro de la coca y las pastillas es pura mentira fantasiosa de jubilado aburrido. Por lo demás, todo cierto! Por favor lo de los papás dejando a sus nenes en la puta puerta del cole hay que erradicarlo, y sino que se levanten antes o que no tengan hijos pero a los demás que no nos jodan, y sino, es pá ponerse en la puerta de su cochera y no dejarles salir(como hacen ellos en las cocheras del centro) cuando salen a las 8y30 cagando prisas pá dejar a los nenes y no llegar tarde. pero como la mayoría de estos malnacidos viven en un adosado a las afueras…….no tiene ese problema. MADRUGEN SEÑORES Y SEÑORAS, MADRUGEN Y DEJEN DE JODER A LA GENTE DE BIEN QUE VIVE CERCA DE LOS COLEGIOS.
En el artículo se habla mucho de la calle zarza pero en la plaza san francisco ocurre exactamente lo mismo y es por que les dejan, una semana multando y problema resuelto
CIUDAD REAL ENAMORA……..
Denunciar en horario de colegio, miau.. Todas las entradas de los colegios están igual o peor que la calle Zarza. Algunos colegios ni siguieran cuentan con policía local a la entrada y salida, penoso. Todos sabemos que esto es por culpa de la falta de civismo de los conductores, cámaras? posiblemente sea uno buena opción, pero seria recaudatoria, mal, policías? falta personal, mas policías gasto para el pueblo, mal? entonces que?
La verdad es que el articulo es un puro delirio y viendo el autor, conocido por los vecinos de la Zona, aclara cualquier duda.
Mañana serán perros que defecan entre una multitud de prostitutas y terroristas en la calle Azucena o cualquier divertida historia.
_No son gigantes sino molinos mi señor.
_ Creo que me toca la medicación, Sancho.
Amigo ciudadano, a lo mejor llegan los molinos un día a la puerta de tu casa y te parecen gigantes, quién sabe. Todo es una cuestión de perspectiva. Ya sabe usted que se ven muy bien los toros desde la barrera.
no se porque me da que «ciudadano» se identifica más con los papas que traen a los niños hasta la puerta del colegio (se sobreentiende que en su coche claro) o pasea al perrito por nuestra querida calle y encima nos deja el recuerdo de su can…
le queda muy bien lo de «ciudadano» o mejor dicho un poco grande.
La calle, a parte de lo comentado en el articulo, SI se ha convertido en un placido paseo para los perros y sus dueños, cagadero obligado, solo hay que pasearse un fin de semana cualquiera a primera o última hora del día y contar las kakas de los canes,también los vecinos hemos sido testigos de que cuando nuestra queridísima policía local a aparecido han sido consentidores de muchas de las cosas denunciadas en el articulo, como por ejemplo estar la calle con varios coches aparcados y pasar de largo.
Nuestra queridisima policia local? Ahora va a ser culpa de la policia el incivismo de los conductores? Siempre echando mierda a los demas, somos asi. La policia sabra cuando es conveniente actuar o no, pero que sepa que se ha recaudado mas de 1,3 millones en denuncias, una pasada para ser ciudad real, de las cuales de su calle habra unas cuantas. Yo abogo por poner vallas para acotar la zona en horario de colegio. En cuanto al trapicheo de droga abogo por la participacion ciudadana y pasar toda la informacion a la policia nacional. El tema de perros hubo una campana por parte de la policia local y en este medio los pusieron verdes, ya se podian dedicar a otra cosa, decian algunos. Civismo es lo que falta.
He de añadir, para los que me acusan de no sé exactamente qué (parece que a la gente o le cuesta ver la verdad o es que se benefician de ella o es que no les importa vivir al lado de gentuza), que recientemente se clausuró de forma provisional un bar muy cercano a la calle de la Zarza POR VENTA DE DROGAS (y esto es un dato objetivo del cual omito cualquier tipo de identificación por razones obvias, pero el que quiera saber que pregunte por la zona, que nos enteramos todos, pero todos, que tontos no somos: aunque veamos gigantes en vez de molinos a veces los gigantes existen de verdad);
También debo aclarar que HE VISTO CON MIS PROPIOS ojos, a las horas de la siesta en verano, cómo un coche llegaba todos los domingos y sábados para hacer un trapicheo;
he visto a jóvenes y no tan jóvenes fumar porros al lado del colegio, las rayas de cocaína se las metían los chavales en los propios portales, que tuvieron que ser cerrados todos ellos para evitar males mayores:
Otro dato objetivo: hace diez años ningún portal del tramo peatonal de la calle Zarza tenía rejas; hoy, todos la tienen, ¿esto es paranoia, me estoy imaginando que hay rejas donde no las hay, o es que tengo un tío al que el negocio de la venta de rejas para portales le iba mal y me paga para que escriba esto? ¿Ein?
A ver si os venís esta primavera a pasar el día entero en la calle, a observar durante días (entre otras cosas, podréis comprobar que TODOS LOS PORTALES ESTÁN ENREJADOS, claro que también puede ser que yo imagine rejas como imagino gigantes, quién sabe, luego me lo aclaráis cuando paséis por la calle, si hay rejas o no las hay), y luego habláis de gigantes y molinos, pero luego, claro, no desde la barrera. Un saludo.
Emilio tienes licencia para vender tus libros? Me imagino que si, mas que nada por tu exigencia a la hora de hacer cumplir la ley.
No tengo licencia para vender mis libros, ¿para qué iba a tenerla?
En todo caso, Peter, y suponiendo que yo venda libros (que no los vendo, los regalo, cuando quieras me pides uno y te lo doy con mucho gusto y firmado si es tu gusto), ¿pretendes establecer una comparación entre una (supuesta) venta de LIBROS, y una REAL VENTA DE DROGAS? Francamente, no acabo de ver el paralelismo, digamos, ético, si es que esta palabra tiene algún sentido para ti, que atacas a una persona que defiende los derechos de toda una calle. Un saludo, amigo, Feliz Navidad, y ya sabes: cuando quieras un libro mío, solo tienes que pedírmelo, SON GRATIS, NO VALEN NADA.
Emilio Morote, ¿le parece bien que haya cámaras de seguridad vigilando las calles? A mí no, a mí me disgusta este modelo de vigilancia al que cada vez estamos más sometidos. Y yo no tengo nada que esconder lo digo en serio, hoy, pero quizá dentro de un tiempo puede que años, meses, quizá en algún momento si tenga algo que esconder, no lo sé. Pero hace unas semanas se aprobó una ley de seguridad ciudadana por la cual hay cosas prohíbidas que antes no lo estaban. Quizá dentro de poco otras leyes hagan que todos o la mayoría tengamos algo que esconder y para entonces la presencia de las cámaras nos incomode un poco más.
Sr , Emilio Morote, los trabajadores que tenemos que hacer uso de las zonas de carga y descarga de esta ciudad, no tenemos la culpa de lo que hagan el resto de conductores particulares en estas zonas, o sea que dediquese a denunciar a los particulares y deje furgones de reparto y otros que intentan realizar su labor.
Cuantas veces habre tenido yo que pagar zona azul por no haber sitio en carga y descarga ocupada por particulares.